El gobierno de Jorge Macri ultima los detalles para la logística de las elecciones del 18 de mayo, que serán con boleta única electrónica. La única empresa que provee ese sistema es MSA, la compañía que organizó las primarias de 2023, que fue duramente criticada por la Justicia Electoral.
El cambio del cronograma electoral, que implicó la eliminación de las PASO en la Ciudad de Buenos Aires, acortó los plazos y aceleró las definiciones para la organización de las elecciones generales del 18 de mayo. El Ejecutivo porteño ya resolvió que la boleta única electrónica se volverá a utilizar en la elección local, lo que clausura uno de los principales negocios electorales del año a las empresas informática que operan en el país.
La empresa MSA, de capitales argentinos, queda así en condiciones de volver a ser la proveedora del principal servicio de una elección que costará cerca de 30.000 millones de pesos. En 2023, esa compañía fue la única oferente en la licitación por el mismo servicio para las elecciones primarias y generales que cotizó en 26 de millones de dólares.
Los antecedentes de la empresa
Magic Software Argentina (MSA), el nombre oficial de la empresa de capitales nacionales, es una vieja conocida del PRO y también prestó servicios electorales en Salta, Tucumán, Chaco, Córdoba y Santa Fe. En junio de 2014, el entonces ministro de Cultura Hernán Lombardi contrató la firma para administrar la gestión informática de la venta y emisión de entradas del Complejo Teatral Buenos Aires. Dos años antes, el Ministerio de Desarrollo Económico porteño, con Francisco Cabrera al frente, le otorgó exenciones impositivas al pago de ingresos brutos e impuesto por ser una de las primeras en instalarse en el Distrito Tecnológico de Parque Patricios.
MSA fue la cara visible del desembarco del voto electrónico porteño en 2015, cuando el sistema se aplicó por primera vez para la elección a jefe de Gobierno en la que Horacio Rodríguez Larreta fue electo alcalde. En esa oportunidad, por los reclamos opositores se restringió su uso a las elecciones generales. En 2023, cuando Larreta decidió que los comicios locales se hicieran de manera concurrente a las nacionales, MSA volvió a ganar la licitación que costó 29 millones de dólares, lo mismo que cobró la española Indra para brindar el mismo servicio a nivel nacional.
La performance de la empresa en esa elección terminó en un escándalo que limó la relación del macrismo con la jueza federal María Servini, por las fallas generalizadas del sistema en las elecciones primarias. Las demoras y los inconvenientes de las terminales de votación, gatillaron la intervención de la jueza que ordenó extender el horario de votación una hora y media más de lo previsto. Tras el escándalo, el informe elaborado por la Justicia Electoral precisó que 250 máquinas de las 7300 desplegadas no brindaron el servicio adecuado, y ordenó que en las elecciones generales se volviese al sistema tradicional de boleta de papel.
¿Un anuncio apresurado?
La decisión de volver a usar la boleta única electrónica fue formalizada agitó las aguas dentro del PRO y generó desconcierto entre las compañías del sector. El 21 de febrero, después de la votación que suspendió las PASO en la Ciudad, la vicejefa de Gobierno y presidenta de la Legislatura, Clara Muzzio, anunció vía Twitter la aprobación del proyecto oficial que permite ahorrar $20 mil millones de pesos y le agradeció a los bloques opositores el acompañamiento.
Su mensaje incluyó también un dato que tuvo poca trascendencia pública: "El sistema de votación propuesto en esta elección es la Boleta Única Electrónica". La mención a la modalidad de votación, que no fue incluida en la comunicación oficial posterior, generó contrapuntos del Ejecutivo que conduce Jorge Macri, donde varios funcionarios consideraron que fue un error anunciarlo porque metía ruido en los procesos para la organización de la elección. De hecho, hasta hoy no volvió a mencionarse a nivel oficial esa decisión.
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Una audiencia tensa
Donde sí hubo réplicas de las definiciones de Muzzio fue en el Instituto de Gestión Electoral de la Ciudad (IGE), que formalmente está encargado de definir la modalidad y la logística para el desarrollo de las elecciones. El IGE, a cargo de Adrián González, realizó la semana pasada una audiencia en la que participaron las compañías que deberían disputarse la contratación del servicio de recuento y transmisión de datos. En lo administrativo, es una instancia clave donde las tecnológicas inscriptas en el registro de proveedores del organismo exponen las condiciones técnicas de su servicio ante los actores que participan de las elecciones.
En la reunión prevista por el Código Electoral porteño, observadores, miembros de organizaciones de la sociedad civil y los apoderados tecnológicos de los partidos políticos escucharon a los representantes de Indra, Smartmatic, Correo Argentino y MSA. Algunos de los participantes del encuentro relataron que durante la recepción de los funcionarios a los técnicos de las informáticas hubo un cruce de miradas, que derivaron en cuestionamientos ásperos pero discretos por el anuncio prematuro del sistema de votación.