Para conseguir la unidad o ganar la interna del peronismo que protagonizan Cristina Fernández de Kirchner y Axel Kicillof, en la Quinta sección electoral hay que mirar a General Pueyrredón, cuyo distrito cabecera es Mar del Plata: concentra casi la mitad del electorado de la región costera, donde el cristinismo predomina, aun después de las últimas derrotas electorales bajo la misma conducción partidaria.
Entre Mar del Plata y Batán hay 569.590 electores en condiciones de votar, cifra que sólo supera La Matanza, según datos de la última elección publicados por la Junta Electoral de la provinica de Buenos Aires. No obstante, es un municipio esquivo para el peronismo, gobernado por el PRO desde 2015. En orden de importancia electoral, le sigue Tandil, con 116.941 electores. También es un municipio esquivo al peronismo: gobierna el radical Miguel Lunghi desde hace 22 años.
Mar del Plata contra todos
Si bien los 27 municipios que integran la sección que este año pone en juego cinco bancas para el Senado bonaerense tienen una diversa influencia en cuanto a espacios políticos y referentes territoriales, lo que pase en Mar del Plata será determinante para el resto. Es allí donde el kirchnerismo de CFK tiene mayor adhesión detrás de la figura de Fernanda Raverta, extitular del ANSES y candidata a intendenta de las últimas dos elecciones, en las que cayó frente al macrista Guillermo Montenegro.
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Axel Kicillof, Fernanda Raverta y Gustavo Pulti.
En esa ciudad, el kicillofismo empieza a armar su estructura con un viejo conocido, el exintendente vecinalista Gustavo Pulti, hoy diputado provincial de UP, y con el referente del sindicalismo Raúl Calamante, secretario adjunto de la CTA, quien podría buscar ser el primer candidato a concejal en ese distrito. Pulti llegó a la Legislatura tras un acuerdo con el ravertismo que se tradujo en el frente Encuentro Marplatense, que se extinguió rápidamente tras la derrota electoral de 2023.
Las caras de CFK en la Quinta sección
Raverta empezó a militar con Néstor Kirchner y CFK en 2003. De ahí que, en cuanto a la concepción de formación y de recorrido, no duda que la conductora es Cristina. El mismo camino toma el senador provincial de esa sección Pablo Obeid. No obstante, es un espacio que asegura trabajar para que a Kicillof le vaya bien, incluso desde el Concejo Deliberante marplatense, donde hay cinco representantes ravertistas. Raverta fue ministra de Desarrollo en la primera gestión de Kicillof, con quien mantiene un buen vínculo.
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Este sector controla el peronismo distrital desde 2015, sumando a casi todas las vertientes internas. Luego de la derrota de 2023, algunos sectores se fueron alejando o por lo menos intentan dar una nueva discusión sobre la conducción. Sin embargo, el cristinismo no rompe filas y muestra como prueba el acto por el aniversario del Teatro Auditorium que encabezó Kicillof en Mar del Plata en enero, al que asistió Raverta, y que es dirigido por Vito Amalfitano, otro dirigente alineado a esta tropa.
En esa cancha también juega Marcos Gutiérrez, administrador del puerto de Mar del Plata, que no es de La Cámpora sino de la corriente Descamisados, también soldado de CFK como la presidenta del bloque peronista en el Concejo, Mariana Cuesta. Las otras cuatro bancas del concejo se reparten así: dos de La Cámpora, uno proviene del sindicalismo y otra se referencia en Leopoldo Moreau. Es decir, el ravertismo consiguió, hasta ahora, ser casi la única terminal del peronismo en Mar del Plata.
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No romper es la cuestión
Ante el fantasma de un eventual desdoblamiento de las elecciones en la provincia, algo que podría producir la fractura definitiva entre CFK y Kicillof, el cristinismo de la Quinta avisa que pase lo que pase la solución no es la ruptura. Raverta, que volvió a su trabajo como asistente social, tiene intenciones de encabezar la lista para el Concejo Deliberante, tras varios años en cargos provinciales o nacionales, lo que podría acercarla aún más a la coyuntura política local.
En cuanto a lo provincial, Obeid finaliza su mandato como senador y nadie descarta que intente ir por otros cuatro años, aunque ello dependerá de lo que defina la organización en la Quinta que se referencia en CFK. Esta estructura busca que esas decisiones se tomen sin polemizar ni fogonear una interna con Kicillof de la que después sea difícil retornar.
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El gobernador Axel Kicillof y Verónica Magario, junto a 35 intendentes del peronismo en Villa Gesell.
Las caras de Axel Kicillof en la Quinta sección
Hay un grupo de intendentes de esta sección que están empujando el liderazgo de Kicillof en el peronismo nacional y están dispuestos a jugar en 2025 para cumplir con ese objetivo. Entre ellos figuran Gustavo Barrera (Villa Gesell), Alberto Gelené (Las Flores) y el exjefe comunal de Mar Chiquita Jorge Paredi. Algunas voces arriesgan que alguno de ellos será candidato al Senado, pensando en que Pulti no jugará porque entró como diputado hace dos años y Calamante buscaría una banca en el Concejo marplatense.
En el distrito cabecera, Kicillof alista a las agrupaciones Libres del Sur, Somos Libres y la CTA. Pulti quiere erigirse como principal defensor de Kicillof en Mar del Plata y discursivamente defiende su gestión en la Legislatura. No obstante, su concejal Horacio Taccone conserva el bloque Acción Marplatense, separado de UP. Esta tribu entiende que Kicillof es el dirigente más importante para hacerle frente a Javier Milei, por gobernar la provincia más grande, que concentra el 38% del padrón electoral nacional y por la diversidad y complejidad que la constituye.
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Por eso el intendentismo kicillofista que encabeza Barrera en la sección lo pone como uno de los armadores que querrán ser parte de la toma de decisiones a la hora de armar la lista, dicen, sin dejar afuera a nadie, pero que todo sea en pos del proyecto del gobernador. El hombre de Gesell fue anfitrión de una cumbre que reunió a más de 30 intendentes que impulsan el liderazgo de Kicillof.
La Costa y Tandil, entre CFK y Axel Kicillof
Otro apellido que no se puede soslayar en la Quinta es De Jesús. Juan, el veterano intendente del Partido de La Costa, estuvo en la cumbre de Villa Gesell, aunque tiene peso propio en un armado del que hace años se hace cargo su hijo, el diputado provincial Juan Pablo De Jesús. El exintendente de ese municipio estuvo al frente de las negociaciones por el Presupuesto por presidir la comisión que debía tratar el proyecto y por la influencia en varios intendentes del conurbano.
El hombre de La Costa tiene vínculo aceitado con Máximo Kirchner, enemigo íntimo de Kicillof y presidente del PJ bonaerense. De Jesús tiene un rol importante dentro del peronismo provincial y funciona armónicamente con La Cámpora y el massismo. Este sector entiende que el kicillofismo tampoco quiere romper, sino que está ejerciendo presión para formar parte de las negociaciones por los lugares en las listas 2025.
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El diputado Juan Pablo De Jesús.
En Tandil, el cristinismo está representado en el diputado camporista Rogelio Iparraguirre y en un grupo de concejales que controla con Darío Méndez. El legislador fue candidato a intendente en 2019 y 2023, aunque perdió en ambas oportunidades con Lunghi. Todos serán parte de la discusión que buscará ganar bancas en los concejos deliberantes y en el Senado, donde dos de las cinco bancas que se pondrán en juego pertenecen al peronismo, representadas en por Obeid y Gabriela Demaría.