El comunicado de Javier Milei en el que le pidió la renuncia al gobernador Axel Kicillof para intervenir la provincia de Buenos Aires, a raíz de los sucesivos hechos de inseguridad en el conurbano, generó el rechazo de casi todo el arco político bonaerense, a excepción del PRO, que al cierre de esta nota mantenía el silencio.
“Si le interesa el bienestar de los bonaerenses córrase del camino (esto es, renuncie) y déjenos intervenir la Provincia. En un año nosotros vamos a terminar con la violencia”, publicó el Presidente a primera hora de este viernes. Tras el repudio del peronismo bonaerense -incluso de los sectores distanciados de Kicillof-, la UCR, los bloques dialoguistas y la izquierda cuestionaron el mensaje presidencial.
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Maximiliano Abad y el senador Ariel Martínez Bordaisco, de la UCR.
El freno de la UCR
Una de las primeras fuerzas de la oposición en cruzar al Presidente fue el radicalismo que, a través del senador Maximiliano Abad y el jefe del bloque bonaerense en Diputados, Diego Garciarena, rechazaron el pedido de renuncia. “Señor presidente-Javier Milei-, respete el mandato constitucional del gobernador y ponga las fuerzas federales y al Estado nacional a disposición”, tuiteó Abad, aunque también le pidió al gobernador que acepte la ayuda federal ya que "la inseguridad es un problema gravísimo”.
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Garciarena recordó que la intervención federal es "un mecanismo excepcional” de la Constitución Nacional y que “de ningún modo hay causales" para intervenir la provincia de Buenos Aires. "Sería una violación inadmisible a la autonomía”, apuntó y remarcó que el gobernador "fue electo por el pueblo, al igual que el Presidente". "Atacar esa autoridad, amenazarla o desestabilizarla no va a encontrar acompañamiento de nuestra parte”, advirtió. En el mismo sentido, se pronunció el bloque de senadores de UCR + Cambio federa.
En el sector del radicalismo cercano a Facundo Manes y Martín Lousteau, el diputado Matías Civale consideró “un avasallamiento del gobierno nacional su planteo de intervenir la provincia de Buenos Aires”. En un comunicado difundido por el bloque que preside en la cámara baja, Acuerdo Cívico - UCR+GEN, remarcaron “la defensa irrestricta del acuerdo democrático como base de la convivencia política en nuestro país”. Asimismo, alertaron sobre la actitud del Presidente de “correr los límites de los consensos, lo que afecta la estabilidad institucional y el respeto a las reglas de juego democráticas”.
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El bloque dialoguista Unión Renovación y Fe.
El rechazo de los dialoguistas y de la izquierda
El bloque Unión Renovación y Fe en Diputados también repudió el ataque del jefe de Estado: “Es necesario que el presidente Javier Milei tome conciencia del rol institucional que representa, abandone su lógica tuitera y deje de ofender a la provincia de Buenos Aires. Del mismo modo, que no acompañamos el pedido de juicio político a Milei, consideramos inadmisible que desde el gobierno central se amenace con la intervención federal o se pida la renuncia del gobernador”.
La diputada del PTS-Frente de Izquierda Laura Cano Kelly dijo que Milei habla de intervenir la provincia y "tirar la pelota afuera" después del escándalo de las estafas y la designación por decreto de dos jueces de la Corte. "Todo es demasiado grave como para que seamos usados como campaña electoral. La respuesta de Milei es puro autoritarismo y demagogia”, sentenció.
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Cristian Ritondo. El silencio del PRO.
El silencio del PRO
La dirigencia del PRO en Buenos Aires, que cuestiona la gestión de Kicillof en materia de seguridad, mantuvo el silencio ante lo difundido por el Presidente. El espacio conducido por Cristian Ritondo se encuentra en una posición incómoda ante la oposición concreta que tiene ante el gobierno provincial, aunque trató de desmarcarse en las últimas semanas del discurso libertario en medio del escándalo de la cripto estafa, la indefinición de la Casa Rosada respecto al acuerdo electoral y, ahora, del pedido de intervención de la provincia.
La distancia que separa a Milei con Mauricio Macri derrama en Buenos Aires, por lo que buena parte de su dirigencia prefiere no jugársela por completo por el gobierno nacional, aunque sí se mantiene crítica a Kicillof. La incomodidad se genera ante la preocupación del partido del ingeniero por la polarización que propicia el Presidente con el peronismo y que relega al PRO al rol de, como mucho, un aliado.