Los cambios en las bancadas del radicalismo y La Libertad Avanza reconfiguraron el hemiciclo. UP, entre aliados y sus demonios. Oposición mega atomizada.
El nuevo bloque de La Libertad Avanza
La sesión de la Cámara de Diputados que se realizó este jueves en la Legislatura bonaerense mostró una singularidad que puede leerse como preludio de la pelea 2025 en Buenos Aires: la migración de bancas tras la reconfiguración de los bloques de La Libertad Avanza y la UCR ofreció una foto distinta a la del resto del año. Cambia el mapa político.
Hubo dos hechos particulares en las últimas semanas que reconfiguraron la estructura del recinto. Si bien los bloques que sufrieron modificaciones ya venían trabajando en conjunto, a partir de esta semana también lo hacen sentados desde el mismo lugar, compartiendo posicionamientos, bancada y ahora también asientos.
El mayor impacto visual fueron las 12 bancas de La Libertad Avanza con el bullrichismo adentro, que cruzó todo el recinto para sentarse a la derecha del estrado que controla el presidente de la cámara, Alejandro Dichiara. Cerquita, del mismo lado, el radicalismo disidente mostró nueva figura: el retador en la interna radical, Pablo Domenichini, que dejó el bloque que conduce Diego Garciarena, a quien mira desde enfrente.
El centro del hemiciclo estuvo ocupado como siempre por el oficialismo, unido aunque sea desde lo visual, y bien cerquita de la bancada UCR + Cambio federal, que se corrió un par de sillas hacia el centro, para darle paso a otro bloque grande que también se mudó. El peronismo muestra hacia afuera un trabajo unificado entre sus expresiones (La Cámpora, el kicillofismo y el Frente Renovador), lo que no quiere decir que no deba luchar contra sus propios demonios. La sesión volvió a mostrar diferencias entre los espacios kirchneristas.
Pegado al radicalismo se mantuvo el PRO y la Coalición Cívica, tres bloques que siguen trabajando alineados a pesar de ya no conformar Juntos por el Cambio (JxC). Los dos representantes de la izquierda tomaron notoriedad al ubicarse en las primeras bancas, a la derecha del estrado, cuando antes estaban bien arriba, exactamente del otro lado.
La bancada Unión Renovación y Fe, de nueve integrantes, cruzó de derecha a izquierda todo el recinto para dejarle más espacio enfrente a sus excompañeros de LLA, que sumaron refuerzos en las últimas semanas, llegaron a 12 bancas y se convirtieron en la segunda minoría, detrás del PRO, que tiene 13 escaños.
Si bien las nuevas ubicaciones pueden leerse como un hecho natural de trabajo para cada espacio, la nueva imagen es todo un síntoma. Es un adelanto del mapa político que toma fuerza en la pelea por las elecciones de 2025, que tendrán sobre el final de este año ni más ni menos que la discusión clave por el Presupuesto.
Esa disputa encontrará a UP -una vez que resuelva su interna- intentando defender el proyecto de Axel Kicillof y tratará de encontrar un aliado en el bloque libertario blue, que conduce Gustavo Cuervo. El movimiento de sillas ya no los tiene frente a frente.
El radicalismo está literalmente fracturado en dos con sus movimientos luego de las elecciones internas y, con la mudanza de Domenichini, equilibró fuerzas entre el bloque de Garciarena (ocho escaños) y el que conduce Claudio Frangul (siete). Las votaciones entre ambas fuerzas a lo largo de 2024 han sido diversas y los posicionamientos respecto al gobierno de Kicillof también.
La Libertad Avanza asoma como la oposición más fuerte y menos negociadora para Kicillof, que deberá buscar apoyos en lugares donde los encontró aquella medianoche de fines de 2023: el PRO y el radicalismo. Los posicionamientos sobre el proyecto del presupuesto y lo que pase durante 2025 van tomando forma y, desde noviembre, ya se pueden ver en la reconfiguración que Diputados estrenó esta semana.