Máximo Kirchner y Sergio Massa mantienen su acuerdo para controlar la Cámara de Diputados bonaerense y habrá un enroque entre su titular, Alejandro Dichiara, auspiciado por el líder de La Cámpora, y el vicepresidente del cuerpo, Alexis Guerrera, hombre histórico del Frente Renovador. En el caso de concretarse el recambio, todos los bloques deberán rediscutir el resto de la autoridades.
Se trata de un pacto al que llegaron los dos de los actores más fuertes del peronismo en Buenos Aires, del que el gobernador Axel Kicillof decidió prescindir cuando se discutieron las autoridades de la cámara. Si bien a mediados de este año hubo voces que dejaron correr la voz de que ese acuerdo no se cumpliría, ahora el camino estaría allanado para que el exintendente de General Pinto controle el recinto en 2025.
Cómo es el proceso de renovación en Diputados
Para concretar el enroque, Dichiara debería renunciar a la presidencia y el resto de las autoridades parlamentarias también. De esa manera, los bloques podrían discutir el reparto nuevamente. El artículo 14 del reglamento interno del cuerpo establece que la mesa directiva se compone de un presidente, un vicepresidente, un vicepresidente primero, un vicepresidente segundo, un vicepresidente tercero y un vicepresidente cuarto.
En ese sentido, quienes forman parte de la oposición y ocupan una de las vicepresidencias (el PRO, la UCR y Unión Renovación y Fe) no tendrían ningún interés en renunciar a sus puestos y discutirlos nuevamente con otro actor que ahora asoma mucho más fuerte que hace un año: La Libertad Avanza.
La Libertad Avanza pide silla
En esa lista están Adrián Urreli (PRO), Alejandra Lorden (UCR) y Fabián Luayza (Unión Renovación y Fe). La otra vicepresidencia le corresponde a Cuto Moreno, un histórico que apoya al gobernador. Hoy el partido amarillo tiene 13 escaños y es el bloque opositor con mayor cantidad de bancas, seguido por LLA, con 12, por lo que la bancada que conduce Agustín Romo estaría en condiciones de pedir una silla en esa mesa. Las miradas apuntan al lugar ocupado por el UCR + Cambio Federal, de ocho representantes, uno menos que el espacio de Luayza, que conservaría una vice.
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Bloque La Libertad Avanza en Diputados.
En la tropa libertaria aseguran que, "por número", deberían tener una vicepresidencia. Quizá esa silla podría ocuparla alguien del bullrichismo, que se sumó al bloque violeta y todavía no negoció nada. El diputado Fernando Compagnoni renunció a su cargo en el Consejo de la Magistratura cuando el grupo díscolo del PRO se armó bloque propio. Es un espacio que aún está amalgamando posiciones y debatiendo criterios de votación.
En diálogo con Letra P, un diputado del PRO avisó que el recambio “no corresponde porque las autoridades se eligen por dos años, sería para el año que viene". "No tenemos ningún interés en cambiar la composición”, avisó. La discusión por las vicepresidencias cobra una importancia sustancial por los módulos, los recursos pero, principalmente, por el poder de las firmas que tiene cada espacio a la hora de aprobarse designaciones y trámites administrativos. Tanto que este año debió agregarse una vicepresidencia para que el sector representado por el bloque libertario blue pudiera tener su silla en la mesa directiva. A veces un puesto de poder puede ser la moneda de cambio para que un proyecto se transforme en ley.
El último antecedente del recambio en Diputados
El último antecedente de recambio de autoridades en Diputados fue durante la gestión de María Eugenia Vidal, quien llegó a un acuerdo con Massa para que el PRO y el FR se turnaran la conducción. En diciembre de 2015 asumió el massista Jorge Sarghini y en 2016 lo reemplazó el macrista Manuel Mosca.
Entonces el Frente Renovador caminaba la ancha avenida del medio entre el macrismo y el kirchnerismo, por lo que negoció el control de Diputados con Vidal, en una cámara que ya se poblaba de varios escaños massistas, entre una composición dominada por celestes y amarillos.
El acuerdo entre Máximo Kirchner y Sergio Massa
Hasta mediados de año, cerca de Kirchner decían que no había demasiado interés en cumplir con el enroque, pero en las últimas semanas eso cambió. También hubo un encuentro reciente a solas entre Massa y Kicillof en la sede porteña del Banco Provincia, en medio de la interna que atraviesa el peronismo. El excandidato presidencial bajó la orden de no participar de esa discusión y “mirarla desde la platea”. En ese marco, la posible conducción legislativa de un renovador no sería mal vista por el gobernador.
Kicillof tiene buena sintonía con Guerrera, con quien compartió diferentes actividades durante el mandato anterior, cuando el exintendente era ministro de Transporte. Cuando tomó relevancia nacional el pedido de la construcción del Canal Magdalena para beneficio de la región cruzaron elogios y visitas. Esto no quiere decir que el gobernador no tenga diálogo con Dichiara ni mucho menos. En UP se ocupan de mostrar que todos los proyectos que envió el Ejecutivo salieron por unanimidad, a pesar de las diferencias: el caso RIGI bonaerense es el máximo exponente.
Fuentes de la cámara se ocupan de avisar que por más que la renovación de la presidencia sea entre dos espacios, el acuerdo deberán darlo todos los bloques. Allí asoma el pantanoso terreno de las negociaciones que podrían iniciarse a mediados de diciembre, en las que podría incluirse: Presupuesto 2025 -estaría próximo a ingresar-, ley fiscal impositiva y (probablemente) reforma electoral.