EL SILENCIO

Lesa humanidad: las dos caras del represor desmemoriado que habló, pero no rompió el pacto de impunidad

Julio César Leston, acusado del juicio por crímenes de la Fuerza Aérea en el oeste bonaerense, no declaró nada de lo que testimonió en 2002 como testigo.

Julio César Leston es de los pocos militares señalados como responsables de crímenes de lesa humanidad que, cuanto le tocó sentarse ante la Justicia, frente al tribunal que lo juzga, habló. Lo hizo la semana pasada, cuando frente al Tribunal lo llamó a ampliar su declaración indagatoria en calidad de acusado de secuestros y torturas sucedidas en el circuito represivo de la zona oeste del Conurbano bonaerense, que durante la última dictadura militar estuvo a cargo de la Fuerza Aérea, el arma que integró. Leston habló, intentó esquivar su vínculo con el terrorismo de Estado, pero no dijo todo lo que sabe.

“Yo le pido que por favor rompa el pacto de silencio, acá no dijo todo lo que declaró en instrucción”, diría Mariana Eva Pérez más adelante en la jornada del martes pasado en la sala de audiencias. Pérez es hija de Patricia Rosinblit y José Manuel Pérez Rojo. Los tres fueron secuestrados en octubre de 1978 por una patota que dependía de la Regional de Inteligencia Buenos Aires (RIBA), la estructura de inteligencia en la que se desempeñaba Leston. Patricia estaba embarazada y Mariana tenía 15 meses.

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Mariana Eva Pérez. FOTO: Municipalidad de Morón.

Mariana Eva Pérez. FOTO: Municipalidad de Morón.

Leston no está acusado en este debate por esos casos, sino por otras cerca de 30 personas secuestradas en la Comisaría de Morón, así como también por ser quien estuvo a cargo de la libertad vigilada de dos hermanas adolescentes –13 y 16 años– que cayeron en las garras de la Fuerza Aérea.

Pérez realizó este pedido a Leston porque sabe de memoria lo que aquel dijo muchos años atrás ante la jueza de Instrucción María Servini, años en los que los juicios de lesa humanidad no eran siquiera una posibilidad, años en los que Leston y el resto de los represores de la última dictadura descansaban en la impunidad. ¿Qué dijo el cabo retirado de la RIBA? ¿Qué sabe?

Leston, el acusado por delitos de lesa humanidad

Leston fue el único de los cinco acusados que declaró en el juicio de lesa humanidad por los crímenes de la Fuerza Aérea de la Zona Oeste que dirige el Tribunal Oral Federal número 5 de San Martín. “Antes de que me olvide, quiero dejar mi solidaridad con todos los damnificados y familiares. Yo lo único que quería ser era un oficinista, después me gustó el tema de la aviación”, cerró su indagatoria el pasado martes, que duró un par de horas y transmitieron vía You Tube los medios comunitarios La Retaguardia y FM En tránsito.

Leston llega a juicio oral y público por primera vez. Fue procesado por el juez federal Daniel Rafecas recién en diciembre de 2019 por su responsabilidad en el secuestro y los tormentos a los que fueron sometidas 24 personas que pasaron por la Comisaría 3ra de Morón durante la última dictadura, así como también por los sometimientos que sufrieron las hermanas Zoraida y Adriana Martín, sobrevivientes y querellantes en la causa que investigó Rafecas sobre el circuito represivo de la zona oeste del Conurbano, la denominada “subzona 16” en tiempos de terrorismo de Estado, a cargo de la Fueza Aérea.

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Juan Carlos Vázquez Sarmiento. FOTO: Belén Tenaglia. FM En tránsito-La Retaguardia.

Juan Carlos Vázquez Sarmiento. FOTO: Belén Tenaglia. FM En tránsito-La Retaguardia.

Al ser una declaración indagatoria, el acusado no estuvo obligado a decir la verdad. Campera de cuero negra, cabeza rapada, se sentó en el estrado y dijo que aceptaría preguntas de todas las partes. Lo primero que compartió fueron datos sobre su vínculo con la Fuerza Aérea: que ingresó en 1976 a la RIBA, que no le gustaba porque “había mucha gente de inteligencia”. Negó haber participado de operativos, negó haber tenido conocimiento sobre operativos vinculados con “el combate contra la subversión”, algo que luego la Fiscalía se encargaría de desmentir con el propio legajo del acusado. Asumió que conocía a Juan Carlos Vázquez Sarmiento, otro de los acusados en el debate, por ser “compañero de trabajo”, y deslizó que “con el tiempo” supo que “estaba en problemas porque parece que se había robado a un chico” durante la dictadura. Sobre Zoraida y Adriana, Leston también habló. Sólo dijo mentiras.

Leston, el testigo

Si bien fue su primera indagatoria en un juicio oral, la del martes no fue la primera vez de Leston ante un juez. En 2002, el agente de inteligencia dio testimonio ante la jueza Servini, que por entonces investigaba la apropiación de Guillermo Pérez Roisinblit, el bebé que Patricia Roisinblit había parido en la ESMA, el hermano de Mariana.

Dos veces se presentó a testimoniar Leston aquel año: a mediados de mayo y a mediados de junio. En su primera comparecencia, dio datos a medias: quién era, qué cargo había ocupado en la RIBA, en qué años –entre 1976 y 1980–, cómo se llamaban sus superiores, si conocía a Francisco Gómez, personal civil de la RIBA que inscribió a Guillermo como hijo propio y lo crió con una identidad falsa.

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Su segunda exposición trajo datos precisos sobre el objetivo de la RIBA en el marco de la última dictadura, la función de todos sus integrantes –él incluido–, sobre operativos y destino de las víctimas, sobre el robo de bebés como práctica sistemática. Recolección de información, realización de informes, procedimientos –operativos–, que se realizaban con personal de la RIBA, de la Fuerza Aérea y de las dependencias policiales subordinadas al arma. Él admitió haber participado en varios. “En dichos procedimientos, en algunas oportunidades, se efectuaban detenciones y los apresados eran alojados en una comisaría de la localidad de Castelar cuyo destino final estaba a cargo de la Subzona 16”, declaró entonces.

Ante Servini, admitió que “en varias detenciones hubo mujeres embarazadas y se comentaba entre el personal que las mismas serían trasladadas a la ESMA para su posterior alumbramiento”. Testimonió haber visto “a la chica Roisinblit”, también a María Hilda Pérez, mamá de Victoria Donda; y a María Graciela Tauro, mamá de Ezequiel Rochistein Tauro.

“Por comentarios supe que se decía que el destino final de las criaturas de las chicas embarazadas” que eran llevadas a la ESMA a parir “eran distintas familias de allegados a la Fuerza Aérea”, testimonió Leston. En cuanto a las mamás, "a ellas luego se las arrojaba al mar, ellas no volvían”, completó.

Durante aquel testimonio, señaló que Vázquez Sarmiento, su “compañero de trabajo”, jefe de Contrainteligencia de la RIBA, “recibió una criatura”. “El Colo”, que participó del secuestro de Rosinblit embarazada, Pérez Rojo y Pérez cuando beba, se apropió del hijo de María Graciela y fue el entregador del hijo de Patricia a Francisco Gómez, su jefe.

Patricia Bullrich  
Victoria Villarruel. 

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