La amenaza de la Casa Rosada de eliminar el Certificado de Importación de Bienes Usados (CIBU) puso en alerta al gobierno de Santa Fe, que advierte que tal medida pone en peligro el proceso de recuperación de la industria de maquinaria agrícola, una de las que genera más puestos de trabajo.
La medida aún no es oficial, pero los equipos de Toto Caputo y Federico Sturznegger ya han dejado en claro la voluntad de derogar este instrumento creado en 1994 durante la gestión de Domingo Cavallo. “Bajar los aranceles y las restricciones de la maquinaria agrícola local, que limita la capacidad de inversión de los productores, va permitir la importación de maquinaria usada y esto va generar una baja en los precios de las máquinas nuevas”, señalaron. Al mismo tiempo, aclararon que “no es para perjudicar a nadie, en la nueva Argentina necesitamos que todos puedan acceder a los elementos que necesitan para producir, el campo no puede seguir teniendo la pata del Estado encima”.
Mientras tanto, la Casa Gris ya tomó medidas preventivas que tienden a minimizar el impacto. Además, aseguran que el Gobierno les aclaró que el cambio en la regulación alcanzaría solo a autopropulsados y no a maquinaria de arrastre.
Santa Fe, a la cabeza de los reclamos
El Ministro de Producción, Gustavo Puccini, el interlocutor que tiene Maximiliano Pullaro para esta temática, es uno de los responsables de trasladarle las advertencias al gobierno de Javier Milei. “No es una posición proteccionista, pero defendemos la producción nacional por la cadena de valor que genera. Tenemos 900 empresas en Santa Fe”, señaló.
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Maximiliano Pullaro y Gustavo Puccini, ministro de Producción.
Puccini descree del argumento que afirma que la medida alivianará el bolsillo del productor. “La rentabilidad del productor no tiene que ver con que la maquinaria que compre sea nacional o importada, sino con las retenciones; por eso seguimos insistiendo con la eliminación total”, lanzó y se golpeó el pecho defendiendo al sector metalmecánico. “El productor invierte en maquinaria nacional porque la tecnología que tenemos en Santa Fe es de punta a nivel mundial”, se jactó.
La industria, con los nervios de punta
La Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe) sumó su voz al coro de reclamos pidiendo la continuidad del CIBU. "Esto es muy dañino", advirtieron sobre la desregulación que promete El Coloso. "Tenemos 200 establecimientos dedicados a la fabricación de máquinas agropecuarias, que generan 5.000 empleos directos, y un clúster de gran desarrollo en el triángulo de Las Parejas, Armstrong y Las Rosas", señaló la entidad.
Fisfe incluso avanzó y adelantó que la medida generará competencia desleal. “Mientras la maquinaria usada enfrenta un 26,5% en gravámenes, los insumos necesarios para fabricar maquinaria nueva soportan un 47%. Esto no solo perjudicaría a los fabricantes, sino que impactaría toda la cadena productiva, desarticulando esquemas como la toma de usados en la compra de maquinaria nueva y frenando la renovación tecnológica”, señalaron.
El impacto ambiental
El factor económico no es la única variable. En conjunto con el gobierno de Córdoba, Santa Fe y todo el clúster advirtieron también sobre los riesgos ambientales que puede provocar el ingreso de maquinaria usada importada, por la posibilidad de que hongos o plagas desconocidas lleguen a la zona núcleo.
“Nadie puede asegurar que estas máquinas usadas estén libres de plagas, tuvimos muchas pérdidas en los últimos años, es un riesgo innecesario y peligroso”, alertó un productor agropecuario. “No vengan a decir que es un beneficio para nosotros, lo que necesitamos es que hagan lo que dijeron que iban a hacer y saquen las retenciones para que nuestros rindes sean positivos”, insistió.