La indefinición sobre qué pasará con el dólar tras el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el posible fin del crawling peg alteraron las cotizaciones y este martes la tensión creció en la plaza local. Mientras, alrededor del ministro de Economía, Toto Caputo, aseguran total normalidad.
Caputo quiso mover primero y habló antes de la apertura de los mercados para advertir que el monto de desembolsos frescos no está definido y que aún no hay determinaciones sobre dejar el tipo de cambio libre.
Dos conclusiones que contradicen al Caputo de una semana atrás, cuando aseguró en una entrevista con LN+ que ya estaba “prácticamente todo acordado” y que sólo faltaba "la letra fina".
La respuesta de los mercados
Dos horas después, el dólar respondió. El blue creció y terminó la jornada unos $30 por encima del cierre anterior, en $1.285 para la venta. Entre el lunes y el viernes pasado, había acumulado otros $40.
El billete informal se alimentó de las divisas financieras que avanzaron todavía más: el MEP subió un 3,9% y terminó a $1.299 y el Contado Con Liquidación (CCL) se incrementó un 3,5%, con una cotización final de $1.299,01.
El alfil de Toto Caputo relativiza el agite
El secretario de Finanzas, Pablo Quirno, intentó relativizar el clima de tensión. "La situación cambiaria no es algo que esté en la cabeza de los inversores de largo plazo. Los movimientos del dólar se dan porque alguien vendió y alguien compró", dijo a un grupo de periodistas, entre los que se encontraba Letra P, a la salida del Latam Economic Forum.
Luego de tomarse una selfie con un asistente al foro empresadio que lo llamó el "Enzo Fernández de las finanzas", Quirno puso paños fríos a las versiones que daban cuenta de una interna entre el presidente Javier Milei y el equipo económico sobre qué hacer con el dólar.
"Si hay algo que no hay es diferencias entre Economía y Milei. Estamos simbiotizados", graficó el funcionario.
La política cambiaria es uno de los temas clave de la discusión entre el Gobierno y el FMI y la incertidumbre de los momentos previos a la aprobación del acuerdo promueven versiones sobre qué quieren ambos lados de la discusión.
El equipo económico rechazó en varias ocasiones una devaluación y este martes Caputo repitió: "Estamos recapitalizando el BCRA para crear las condiciones necesarias para que cuando liberemos las restricciones no haya un salto cambiario, como algunos piensan. Por otro lado, el FMI no pide nada de eso".
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Las posibilidades que se barajan en las mesas de dinero de la City son dos: bandas de flotación (límites entre los que el Gobierno tendría permitido intervenir) y aceleración del crawling peg.
En ambos esquemas, entran en juego otros temas sensibles como la acumulación de reservas y la intervención del BCRA sobre los dólares paralelos.
¿El fin del carry trade?
Otro zumbido que circula por el microcentro porteño es el fin del carry trade. En los primeros 15 meses de la era Milei, el Gobierno controló tanto el tipo de cambio oficial como el financiero usando dos herramientas cuyo futuro esta en duda.
En los mercados entienden que la utilización de un crawling peg por debajo de la tasa en pesos para hacer girar a la bicicleta financiera y así, las compras del BCRA en el mercado oficial, no va más.
"Si las reservas netas casi no subieron con este esquema fue porque el sector público se desendeudó en moneda extranjera, cancelando obligaciones con bonistas y el propio FMI sin acceso al mercado de crédito internacional", explicó la consultora 1816.
Según el mismo informe, las ventas del Central de los últimos días (u$s474 millones el viernes, u$s79 millones el lunes y u$s200 millones este martes) son gracias a la demanda altísima de exportadores repagando préstamos en Argendólares, importadores que venían postergando el acceso al mercado de cambios para aprovechar la diferencia entre las tasas en pesos (Lecap o bancarias) y el crawl o bancos que tenían una posición vendida.
¿Por qué compraron? Analistas coinciden en que no hay claridad sobre la continuidad de las microdevaluaciones diarias. Fue Caputo quien lo puso en duda en la entrevista en LN+ y también en América más temprano, cuando planteó que el dólar "puede flotar" como en cualquier otro país, en cuanto "estén dadas las condiciones macroeconómicas para hacerlo".