El peronismo de La Pampa se unió sin fisuras para salirle al cruce al nuevo golpe del gobierno de Javier Milei en perjuicio de la provincia: la marcha atrás con el levantamiento de la "barrera sanitaria" de la Patagonia, que se publicó en el Boletín Oficial menos de 24 horas antes.
La medida que había trascendido entre lunes y martes era una de las pocas del gobierno nacional que beneficiaba a La Pampa desde el inicio del gobierno libertario: el SENASA habilitaba la venta de carne con hueso al sur del Río Colorado, un viejo reclamo pampeano.
Unas horas y un par de reuniones después, Milei se dio vuelta y el Gobierno suspendió la medida por 90 días para darles el gusto a las provincias que se negaban al levantamiento de esa barrera comercial.
El anuncio informal lo dejó trascender el gobernador neuquino Rolando Figueroa después de un encuentro con el ministro de Economía, Toto Caputo, y el secretario de Ganadería, Juan Pazo.
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La explicación es que la “postergación” de la apertura de la barrera será durante 90 días, durante los cuales se conformará una mesa de diálogo entre la Nación y las provincias patagónicas.
Réplica en La Pampa
El primer impacto de la retranca nacional fue la forzada unidad del peronismo contra la medida. El gobernador Sergio Ziliotto y su antecesor Carlos Verna hicieron por primera vez en mucho tiempo un movimiento en el mismo sentido y se quejaron del gobierno nacional a dúo.
“Presidente, no sea cagón y mantenga la medida”, disparó Verna en las redes sociales. “Marcha atrás. Se dieron cuenta de que beneficiaba a La Pampa…”, se quejó Ziliotto.
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El arco político en pleno había saludado la medida del gobierno nacional. También las patronales agropecuarias. Ahora, el gobierno de Milei quedó pedaleando en el aire y prefirió su buena onda con Río Negro y Neuquén.
La barrera que baja y sube en la Patagonia
Entre el lunes a la noche y este martes, el gobierno de Javier Milei había sorprendido al sector ganadero y a las autoridades de la Patagonia al habilitar, a través de la resolución 180/2025 del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), el ingreso de asado con hueso desde las provincias del norte hacia la zona libre de fiebre aftosa sin vacunación.
La medida, publicada este martes en el Boletín Oficial, fue justificada por estudios recientes que indicaron que el riesgo de introducción del virus es insignificante.
La decisión, que había empezado a evaluarse meses atrás, había levantado la guardia del sector y de los gobernadores de Río Negro, Alberto Weretilneck, y de Neuquén, Rolando Figueroa, quienes manifestaron su preocupación ante el impacto sanitario y económico de esta apertura. Durante décadas, la barrera sanitaria impidió el ingreso de carne con hueso desde el norte del río Colorado, lo que garantizaba que la región se abasteciera exclusivamente con ganado patagónico, pero dejando fuera a La Pampa.
Desde hace años, Argentina se encuentra dividida en dos zonas en relación con la fiebre aftosa: al norte del río Colorado, donde se vacuna anualmente contra la enfermedad, y al sur, donde la carne producida no requiere inmunización. Esta división restringía el ingreso de cortes vacunos con hueso a casi toda la Patagonia para evitar cualquier posible contagio.
El cambio impulsado por el Senasa se inscribe en una política más amplia de desregulación del mercado de carnes, en línea con los objetivos del ministro Federico Sturzenegger, quien ha promovido la eliminación de restricciones comerciales en distintos sectores productivos.
Rechazo de gobernadores y productores patagónicos
La medida fue rechazada públicamente por los gobernadores de Río Negro y Neuquén y anticiparon que podrían tomar medidas para intentar frenar su implementación. Entre ellas, provincializar los costos de la barrera sanitaria para mantenerla en alto. Para los productores locales, la barrera sanitaria representaba una protección económica, ya que les aseguraba un mercado sin competencia directa del norte.
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Los principales cuestionamientos giran en torno a la posibilidad de que el virus de la fiebre aftosa pueda ingresar a la región, lo que pondría en riesgo la sanidad del ganado patagónico al sur del río Colorado y comprometería la certificación internacional que le permite exportar a mercados exigentes.