La primavera financiera que vive Argentina producto de las medidas adoptadas por el presidente Javier Milei y el ministro Toto Caputo exhibe algunos aspectos claros del plan libertario que aplauden los mercados, pero también pone en evidencia el lado oscuro del dólar barato.
Tomar una caipirinha en Copacabana mirando el atlántico y bailando Sergio Mendes cuesta alrededor de 20 reales, el equivalente a u$s3,44 o $3.784. Es la mitad de lo que sale cualquier cerveza en un bar de Palermo o Lomas de Zamora. Alojarse una semana en un hotel con vista al amanecer en la playa, un promedio de $400.000, igual que cualquier departamento en Mar del Plata para la temporada alta, incluso más barato. El pasaje, u$s400, lo único que hace un poco la diferencia.
Viajar a Brasil nunca fue tan conveniente como ahora, comparado aun con la convertibilidad de los 90. Es un efecto del dólar barato, combinado con la devaluación reciente del real, que alienta un boom de turismo exógeno (fuera del país) y amenaza con la primavera financiera que mantiene Caputo, aunque el Gobierno diga que no.
Dólar barato y brecha corta
Hace meses que el tipo de cambio se mantiene orillando los $1.100, en una buena racha de compra de reservas, liquidaciones del campo que se sostienen, un blanqueo de capitales que fue exitoso y los anuncios que tienen al mercado contento, como la compra de dólares para el pago de los abultados vencimientos de los bonistas privados en 2025.
El Gobierno se encamina a terminar su primer año de gestión con estabilidad cambiaria y hasta hay analistas que dicen que intentará sostener este esquema hasta las elecciones legislativas. Todo un desafío: en Argentina, los años electorales son una montaña rusa para el dólar. Caputo ya advierte sobre el riesgo político.
Tipo de cambio bajo
Ahora bien, un tipo de cambio bajo -en realidad, atrasado contra inflación- puede traer beneficios inmediatos:
- Da oxígeno en el corto plazo.
- Es conveniente para las importaciones.
La expectativa es que en el futuro cercano la trayectoria es sostenible, el Banco Central compra divisas, hay muchos argendólares y la urgencia de que el FMI gatille dinero fresco no es tal.
Sin embargo, si se extiende en el largo plazo, puede dar lugar a complicaciones en la economía. Las enumeró un informe de la consultora 1816:
- Falta de reservas del Banco Central: si el contexto internacional se deteriora o hay incertidumbre política, el peso podría sufrir una fuerte caída. La capacidad del Banco Central para intervenir es limitada, ya que sus reservas netas continúan en terreno negativo.
- Exceso de pesos en el sistema financiero: a este tipo de cambio financiero (CCL), los stocks de pesos en manos privadas superan los u$s100.000 millones, un aumento significativo desde los u$s50.000 millones registrados en enero. Esto genera vulnerabilidades si la demanda por activos en pesos disminuye.
- Sectores económicos no competitivos: con un tipo de cambio bajo, el turismo, algunas economías regionales y ciertas industrias enfrentan dificultades para sostenerse. Este escenario podría provocar destrucción de empleos, sin garantías de que sectores más dinámicos absorbieran la mano de obra afectada.
En las empresas productivas empieza a preocupar la posibilidad de que caiga una “lluvia de importaciones” en los primeros meses de 2025, cuando el impuesto PAIS haya dejado de existir y sea más barato comprar el producto terminado que sólo los insumos para terminar de desarrollar el valor agregado en Argentina.
Playas en Brasil y compras en Chile
También, la cuestión del turismo: además de Brasil, los tours de compras a Chile se incrementan. México y Colombia son otros dos destinos que están creciendo en demanda de argentinos.
Como ya contó Letra P, el equipo económico tiene una respuesta preparada ante la posibilidad de un desborde, al momento en el que el dólar tarjeta baje a $1300.
“Están usando dólar MEP para pagar los consumos: ¿por qué pagarías un precio más caro?”, plantearon en el quinto piso del Palacio de Hacienda.