El organismo de fiscalización agroalimentaria, bajo fuego. Parálisis en medio de una crisis de sanidad porcina. Lobby de laboratorios y negocios.
Toto Caputo y Federico Sturzenegger, golpe a golpe en el Senasa
NAUn nuevo capítulo de la disputa entre los ministros de Javier Milei, Luis Toto Caputo y Federico Sturzenegger genera la cuasi parálisis del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), mientras estallan crisis como la del sector porcino y el recrudecimiento de la Enfermedad de Aujeszky que ingresó en la cabaña de cría de cerdos más grande del país.
El presidente del Senasa, Pablo Cortese, ingeniero agrónomo con 30 años en el organigrama, está cuestionado internamente por María Eugenia Barbieri, una funcionaria de carrera que empoderó en el Senasa el ex secretario de Coordinación de Producción y alfil de Caputo, Juan Pazo, ahora titular de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA).
Barbieri, a cargo de la Unidad de Gerenciamiento Ejecutivo, maneja la administración de la caja y del personal del organismo descentralizado. Cortese resiste con el apoyo del ministro de Desregulación, Federico Srturzenegger, que está buscando cambiar la lógica del organismo. “Quiere migrar el sistema a la fiscalización. Por ejemplo, que el Senasa no tenga técnicos dentro de los frigoríficos u otros establecimientos”, dicen en el organismo.
Fuentes técnicas del Senasa detallaron a Letra P que “la interna política paraliza, Barbieri no respeta a Cortese y pulsea para reemplazarlo por el tandilense, Jorge Grant, actual Director Nacional de Inocuidad y Calidad Agroalimentaria, que es el funcionario que fiscaliza a los frigoríficos. Es el canal rojo, con más “conflictos y posibles negocios”.
“Nadie empuja la lapicera para gestionar, todavía no lograron reabrir China para los pollos. Sólo se mueven los negocios. La inacción hizo, por ejemplo, que no se haya autorizado a vacunar contra Aujeszky, no se definió el protocolo de vacunación. Los productores están desesperados, se estima que hay 1.800 establecimientos en problemas", añaden. Pérdidas de plata y de productividad.
Aujezky, también conocida como pseudorrabia, es una enfermedad viral que afecta a animales domésticos y silvestres. Altamente contagiosa, se caracteriza por trastornos del sistema nervioso central y padecimientos en el aparato respiratorio.
La enfermedad se declaró en la Cabaña Pacuca de la familia Blaquier que está ubicada en la ruta 205, en el partido de Cañuelas, la más grande del país y con altísimos estándares de bioseguridad. Sólo ahí tienen 75.000 animales en peligro. “Si tienen Aujeszky los Blaquier, imaginate el resto”, dijo la fuente.
Todo sucede mientras se achica el Senasa, en el contexto del ajuste general de la estructura estatal que busca el Gobierno. "Los veterinarios se van porque el sueldo quedó muy bajo, no hay viáticos, ni nafta para las camionetas”, explicó un trabajador.
La disputa en Senasa ya emergió con operaciones cruzadas livianas. Se filtró que Cortese vacacionó en Europa 20 días mientras Javier Milei había reclamado que nadie se muestre descansando fuera del país. Del otro lado de la trinchera, a Barbieri la acusan de vínculos con el kirchnerismo, que no está nombrada oficialmente, solo tiene la firma y no es profesional del área.
Sturzenegger y Cortese no pueden creer cómo se frenó la habilitación para importar la vacuna contra la aftosa del ganado que cubre dos cepas y que se aplica en Uruguay y Brasil. La medida desregulatoria fue anunciada por el vocero presidencial Manuel Adorni y nunca se concretó. Lo pararon.
Sturzenegger, a favor de abrir la importación, había asegurado que los productores argentinos pagaban cinco veces más alto que el precio internacional cada dosis. Cortese rubricó la medida como presidente del Senasa, pero nunca se concretó. “Ganó el lobby de Biogénesis Bagó que vende la vacuna antiaftosa tetravalente a 1,8 colocada contra US$ 0,35", explicó un allegado al gobierno que se había entusiasmado con la apertura.
"El mercado aceptó la vacuna barata en todos los países, pero en la Argentina libertaria que quiere bajar costos, seguimos aplicando la más cara", explicó la fuente a Letra P y advirtió que "el no ingreso de esa vacuna va a terminar haciendo estallar la pelea de Sturzenegger y Caputo".
Las fuentes coinciden que el tándem Pazo-Barbieri fue el impulsor para imponer la identificación electrónica obligatoria para la hacienda. El objetivo es migrar a los productores del sistema de caravanas plásticas con el número tatuado hacia un chip que se instala en cada animal.
La licitación la ganó la empresa suiza Datamars, pero todo quedó trunco y recién se implementaría a partir de 2026. Cuando los suizos, con socios brasileños, adujeron inconvenientes para proveer los chips, los funcionarios hicieron caer la licitación sin convocar a los otro oferentes, que son empresas nacionales como Carreteles Rafaela, que además es fabricante de las caravanas tradicionales, y en el medio de las idas y vueltas tuvo que echar parte del personal porque iban a quedar afuera del negocio.