En un acto de campaña en Iowa marcado por cánticos y alabanzas, miles de personas escucharon al pastor evangélico Hank Kunneman presentar al candidato republicano, Donald Trump, como la elección de Dios para vencer a las "fuerzas de oscuridad", representadas en su oponente demócrata Kamala Harris.
En este acto de campaña con matices religiosos, otros telepredicadores cristianos acusan a Harris de estar bajo la influencia de "espíritus demoníacos" y de "Jezabel", la reina malvada de la Biblia.
El telepredicador evangélico Lance Wallnau, quien popularizó el concepto del "Mandato de las Siete Montañas" (NdeR: una estrategia que plantea que los cristianos deben liderar esa cantidad de áreas de la sociedad), también exhortó a la feligresía protestante a movilizarse en los estados más disputados para “luchar contra el fraude” ante una eventual derrota republicana.
La fe personal en la campaña
La campaña hacia el supermartes del 5 de noviembre se desarrolla en un contexto en el que la fe personal de Trump y Harris tuvo menor relevancia pública que en elecciones anteriores.
A modo de ejemplo, en el último debate televisivo, el 10 de septiembre, la palabra "Dios" no fue mencionada. El dato llama la atención en un país que ostenta el lema “In God we trust” en su moneda.
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La fe de Kamala Davis para ganarle a Donald Trump
Captura de redes
Harris y Trump hicieron, sin embargo, apariciones en iglesias y menciones ocasionales a su religiosidad durante la campaña, pero menos que figuras como George W. Bush, quien oportunamente destacó su conversión evangélica, o Joe Biden, un católico ferviente.
Según una encuesta del Pew Research Center, solo un 14% de los votantes cree que “cristiano” describe bien a una y otro candidato, mientras que la mayoría opina que ni él ni ella representan sus ideales religiosos.
Kamala Harris: religión en clave diversa
Harris, bautista y defensora de la diversidad religiosa, es respaldada en gran medida por comunidades minoritarias, incluidos protestantes negros, católicos hispanos y judíos, según indica Pew Research Center.
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Kamala Harris bendecida en su guerra espiritual contra Donald Trump
Captura de redes
Su herencia espiritual es compleja: criada en un hogar multirreligioso, con influencias hindúes y anglicanas y un esposo de fe judía, su perfil fue difícil de asimilar para sectores más conservadores. No obstante, su enfoque inclusivo gana apoyo entre votantes jóvenes y progresistas.
Donald Trump con bendición evangélica
Trump mantiene un respaldo fuerte entre la feligresía evangélica; un grupo que, aunque percibe al candidato republicano como poco devoto, apoya su agenda conservadora, en especial su postura contra el aborto.
Los datos de AP-NORC revelan que siete de cada diez personas cristianas blancas siguen viendo en Trump al candidato ideal, incluso tras los cambios en sus posiciones políticas, como su apoyo reciente a la fecundación in vitro.
El expresidente cuenta también con el apoyo de un sector minoritario de la comunidad, en particular quienes adhieren al movimiento jasídico Jabad Lubavitch, y, al igual que el presidente argentino, Javier Milei, visitó en Nueva York la tumba del rabino Menachem Mendel Schneerson, conocido como "el rebe de Lubavitch" y considerado milagroso.
Encuestas y “el respaldo” papal
En las últimas encuestas Trump mantiene el apoyo de una mayoría cristiana blanca, mientras que Harris se perfila como favorita entre las minorías religiosas.
Según un sondeo reciente del Pew Research Center, la mayor parte del voto judío (65%) va a Harris, pese a que la candidata demócrata se muestra menos acrítica en el respaldo a Israel que su adversario republicano.
A pesar de sus apariciones en actividades como la cena Al Smith, destinada a la recaudación de fondos para organizaciones benéficas católicas de Nueva York, Trump centró su mensaje de campaña en temas sociales y políticos, en lugar de en la religión.
No obstante, en una breve entrevista que concedió a EWTN en el marco de esta cena benéfica, Trump sugirió que el papa Francisco lo respaldaría, lo cual fue tomado con escepticismo y generó polémica en la comunidad católica.
Consultado sobre las palabras pronunciadas por el pontífice en el avión de regreso de su gira por Asia y Oceanía, invitando a los católicos estadounidenses a “votar por el mal menor”, el candidato republicano respondió: “Él quiere que voten por mí. Yo defiendo todo lo que defiende la Iglesia y Kamala Harris, no”.
Estados clave y el Cinturón Bíblico
La pelea de fondo entre Harris y Trump es por 93 votos indirectos repartidos en los estados indecisos de Pensilvania, Georgia, Carolina del Norte, Michigan, Arizona, Wisconsin y Nevada, que se agrupan en dos zonas geográficas: el Cinturón de Óxido y el Cinturón del Sol.
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En busca de captar el voto religioso, la puja entre la demócrata y el republicano es en el Cinturón Bíblico que integran Oklahoma, Arkansas, Tennessee, Carolina del Norte, Alabama, Louisiana, Georgia y, en menor medida, Mississippi y Carolina del Sur; estados en los que Trump arrasó en comicios anteriores.
En la elección presidencial del 5 de noviembre, Estados Unidos enfrenta una nueva "guerra espiritual", menos centrada en la religiosidad de quienes se postulan y más en la confrontación ideológica entre visiones opuestas de país.