Desde el lunes, el dólar oficial flotará entre 1000 y 1400 pesos, los ahorristas podrán comprar dólares oficiales en los bancos sin restricciones y sin impuestos y las importaciones y exportaciones se pactarán a un único tipo de cambio. El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) cocinado por Javier Milei y Toto Caputo supone la apertura prácticamente total del cepo, con restricciones para el envío de dividendos y regalías de ejercicios pasados de compañías al exterior.
El FMI parece haber sido inflexible en algo: para poner dólares en el Banco Central, se aseguró de que esas divisas no puedan quemarse fácilmente. La flotación será entre una banda ancha. La referencia del Gobierno es el dólar paralelo y no el oficial mayorista actual, al que entran las importaciones. Desde el lunes, la cotización oficial puede subir hasta 30% antes de que el BCRA intervenga.
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El nuevo esquema que anunció Toto Caputo
Un breve repaso sobre la “Fase 3” del programa económico que anunció el Gobierno. El FMI aportará USD 15.000 millones de “libre disponibilidad” durante 2025, como parte del programa por USD 20.000 millones. El primer desembolso será de USD 12.000 millones, según anunció Presidencia. El Banco Central afirmó que espera reunir USD 3500 millones adicionales de otros organismos multilaterales y negociar otro repo con bancos por hasta USD 2000 millones. En total, aseguró, sumará a las reservas USD 19.600 millones. Eso permitiría tener “poder de fuego” para abrir el cepo y favorecer el siguiente régimen cambiario:
- Los ahorristas, ahora, podrán comprar dólares en el banco, sin impuestos. Sí tributarán para abonar servicios y turismo externo vía tarjeta de crédito. Las restricciones para que las personas humanas se dolaricen prácticamente se terminaron.
- Los importadores ya no tendrán que esperar 30 días o más para acceder al mercado de cambios. Tampoco regirá la restricción de 90 días sin dólares oficiales si hacían operaciones vía contado con liquidación.
- Los exportadores ya no tendrán que liquidar el 20% de sus divisas en el mercado paralelo. El dólar blend no existe más.
- Importadores, exportadores y ahorristas irán al mercado único y libre de cambios. Allí, el dólar flotará en una banda ancha.
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La competencia de monedas de Toto Caputo
Captura de redes
Cuándo podrá intervenir el Banco Central
- El piso que habilitará al BCRA a intervenir para comprar y mantener un precio sostén será de 1000 pesos.
- El techo que le permitirá vender para evitar una devaluación mayor será de 1400 pesos.
- En el medio, el BCRA podrá intervenir. “Dentro de la banda, se promoverá la flotación libre del tipo de cambio entre los límites establecidos para el régimen. El BCRA podrá considerar la compra de dólares en función de sus objetivos macroeconómicos y de acumulación de reservas internacionales (RIN), así como la venta de dólares para morigerar volatilidad inusual”, se lee en la web del Central. La discrecionalidad para “morigerar volatilidad inusual” es la clave. Probablemente requiera de alguna conversación con el Fondo.
- El BCRA no esterilizará los pesos que redunden de su intervención en el mercado cambiario. No los quitará de circulación. Esto “facilitará la remonetización”, dijo. Si, por un lado, se faculta a los ahorristas a que se dolaricen, por el otro se afirma que habrá reglas estrictas para no financiar al Tesoro ni el pago de intereses con emisión monetaria y que esta solo ocurrirá por demanda genuina del público. No habrá dolarización y el BCRA busca promover un peso fuerte.
Caputo negó que haya una devaluación, pero lo cierto es que el dólar oficial subirá desde los $ 1078 a los que cerró el mayorista y los $ 1097,50 de cotización para la venta del Banco Nación de este viernes. “Esto no es una devaluación, esto es una flotación”, dijo Caputo.
“¿Dónde se va a estacionar el tipo de cambio? No lo sabemos. El año pasado, en julio, el dólar valía $ 1400 y todo el mundo decía que se iba a ir a $ 1800. Yo me acuerdo de que di una entrevista en televisión y dije que, lejos de pasar eso, lo más probable era que iba a converger al dólar oficial y cuatro meses después valía $ 1070. Y eso era en un contexto en el que el Banco Central no tenía respaldo. Entonces, imaginate ahora con un respaldo sobrado de reservas”, argumentó. Se refería al dólar paralelo, que hoy orilla los $ 1400 del techo de la banda. Es decir, Caputo dijo que no devaluó, pero usa como referencia el dólar CCL.
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Caputo tiene como referencia al dólar paralelo, pero los importadores acceden al dólar oficial. Días atrás, una gran alimenticia le dijo a Letra P que las ventas recién comenzaron a recuperarse marginalmente en los últimos meses y que los precios prácticamente no se movieron. “No habrá aumentos… si el dólar no sube”, se atajaron. La referencia de esta fabricante eran los $ 1078 del dólar mayorista, no los $ 1360 del CCL.
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Una plegaria de Toto Caputo
La gran apuesta de Caputo es que, con el nuevo tipo de cambio, los exportadores aceleren las ventas que venían demorando a la espera de la devaluación y que esa oferta de divisas contenga la suba del tipo de cambio. El BCRA ya no resignará los cerca de USD 20.000 millones anuales que iban al contado con liqui con el dólar blend. El tipo de cambio será algo parecido a un dólar “de mercado”. Los exportadores, posiblemente, reciban más que los aproximadamente $ 1150 del blend.
Los importadores tendrán más facilidades para acceder a divisas, pero con un dólar sensiblemente más alto. Hasta ahora, se manejaban con el dólar oficial más el costo de tener que esperar 30 días para acer al mercado de cambios. La baja de aranceles (en el sector textil, por ejemplo) compensará, en parte, los mayores costos, pero el dólar será más caro para ellos y eso se trasladará a los precios. El Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) de abril ya elevó las expectativas de inflación para estos meses.
Es la inflación, Javier Milei
Esta es la batalla que parece haber perdido el Gobierno. El ancla cambiaria fue clave para contener los precios luego del sacudón del inicio de gestión. Hasta hace poco, el presidente Milei decía que el peso se iba a seguir apreciando y que el crawling peg de 1%, que rige desde febrero, le quitaba “inflación inducida” al programa. Hacía una cuenta rara: si el dólar sube 1% por mes, la inflación inducida es la inflación internacional más ese 1%. El paso siguiente, decía, era que la inflación empezara con 0 en algunos meses. Ahí sí liberaría el cepo. Si el FMI o alguien ponía USD 11.000 millones, lo haría más rápido, dijo en Davos, a mediados de enero.
Pero la inflación aceleró. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) encadenó dos meses de aceleración, desde aquel 2,2% de enero que Milei dedicó a los mandriles. Marzo marcó un inesperado 3,7%. Los alimentos se encarecieron un 5,9% en un mes. En el fogonazo de marzo hubo poco de cobertura cambiaria. Los aumentos de productos estacionales (carnes, verduras, frutas, huevos) y la educación marcaron el tono.
Precios Córdoba Febrero Cambiemos
Alimentos y bebidas recalentaron la inflación en marzo, que dio 3,7%.
Eso impulsó al alza las canastas con las que se miden la pobreza y la indigencia. Subieron 4 y 5,9%, respectivamente. La reducción de los índices de pobreza -estabilización mediante- pende de un hilo.
Con un salto inflacionario y un salto del tipo de cambio, a la Secretaría de Trabajo se le hará más difícil pisar las paritarias debajo del 2% mensual, como hizo en los últimos meses. “Desde enero, las paritarias están debajo de la inflación, llevando a una caída real porque el ancla salarial es cada vez más exigente y la inflación dejó de caer hace seis meses”, indicó la consultora C-P, muy atenta a los convenios colectivos. “El 80% de los convenios muestran caídas mensuales”, enfatizó.
Milei y Caputo se juegan todo en estos meses. La promesa de dolarización quedó enterrada incluso antes del 10 de diciembre de 2023. El ancla cambiaria y la expectativa de una neoconvertibilidad, también. El FMI quiere que el dólar flote. En un año electoral, puede ser ponerle un pleno al 00.