EL OJO EN LA CERRADURA

La oveja celeste

Mayans es un fanático lobista antiaborto contra la ley del Gobierno que le toca representar en el Senado. La soplada a Pichetto en la 125 y los cruces con CFK.

Esa madrugada del 17 de julio de 2008, Miguel Pichetto se había reservado las palabras más duras para Julio Cobos. El Senado debatía la resolución 125 y la votación había resultado en un empate 36 a 36. La frase que pasaría a la historia sería la del voto “no positivo” del por entonces vicepresidente de la Nación, pero previamente el presidente del bloque oficialista en ese momento había apurado al mendocino con acidez. Trayendo al recinto la traición de Judas relatada en el Evangelio según San Juan, Pichetto increpó a Cobos. “Jesús le dijo a los discípulos: ‘Lo que haya que hacer, hagámoslo rápido’”. La autoría intelectual de esa respuesta le corresponde a José Mayans, el senador que estaba justo a su lado al enfrentar lo que sería una dura derrota política para el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.

 

A nadie podría sorprenderle que la cita bíblica tuviese origen en Mayans, senador ultra católico, de relación personal e íntima con el gobernador Gildo Insfrán y a punto de cumplir 20 años ininterrumpidos como representante de Formosa en la Cámara alta. De hecho, lo difícil es imaginar a un anticlerical como Pichetto sacando de sus entrañas la voz de Jesús. “Es cierto, José me recordó la cita y yo la reconstruí”, rememoró y confirmó el ahora dirigente de Juntos por el Cambio (JxC) a Letra P.

 

“Hay dos cosas que José puede citar de memoria”, cuenta alguien que conoce a Mayans desde hace décadas: “Las obras de Perón y la Biblia”. Otros compañeros de bloque lo definen con otro término: fanático.

 

En 2008, Mayans le sopló a Pichetto la cita bíblica antes del voto "no positivo".

Mayans es la oveja celeste que el Frente de Todos (FdT) tiene en su bloque justo antes de volver a enfrentar a la historia con el debate por la legalización de la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). No es el único miembro de la bancada oficialista que no acompañará el proyecto enviado por el Poder Ejecutivo e impulsado por el mismísimo presidente Alberto Fernández, pero su caso reviste otra gravedad: es el presidente de esa bancada y, a la vez, lobista contra la ley del aborto.

 

Enemigo cama adentro

Hiperactivo en el hiperactivo grupo de WhatsApp que reúne a senadoras y senadores antiabortistas, Mayans se cargó al hombro el trabajo de hacer lo que haya que hacer para que el aborto no sea legal en la Argentina, como ya hizo en 2018. En contacto permanente con el resto de las y los representantes indirectos de la Iglesia en el Congreso, hace un seguimiento minucioso y se mantiene cerca de los celestes que detecta dubitativos. Así lo hizo esta semana con un senador que llamativamente bajó su participación en ese chat. Mayans no considera su tarea una responsabilidad institucional, sino una misión divina.

 

Luego de partirse el bloque del Frente para la Victoria (FPV) en el Senado, en 2017, Mayans no mudó su banca al cristinismo, sino que se quedó junto a Pichetto, cabeza de un Bloque Justicialista que mantuvo una posición dialoguista o menos refractaria al gobierno de Mauricio Macri. Tanto, que el rionegrino terminó siendo su compañero de fórmula el año pasado. Si bien el senador formoseño no acompañó el 100% de ese colaboracionismo, sorprendió su presencia allí y no junto a Cristina, la líder política de Insfrán, líder político de Mayans. Así lo explican en Formosa: “El modelo formoseño no tiene mucho margen para decisiones personales. En el aborto, puede ser; pero, en lo demás, los intereses de la provincia están por delante de todo”.

 

Un excompañero de Mayans en ese bloque al mando de Pichetto identifica al formoseño como una pieza extraña dentro de esa bancada que gestó el rionegrino entre 2017 y 2019. "Era un kirchnerista radicalizado adentro de nuestro bloque", recuerda y cita de memoria cruces entre Mayans y Pichetto y no de pasillo, sino durante las mismas sesiones. "A veces era más kirchnerista que el bloque de Cristina", cierra el repaso la fuente consultada.

 

Los Fernández, Alberto y Cristina, sabían de lo complejo de dejar a un lobista antiaborto al frente del bloque del FdT. Quedó allí como parte de un acuerdo, algo así como una prenda de cambio para la reunificación del peronismo en el Senado, la síntesis de las tropas que comandó Pichetto hasta el año pasado y el kirchnerismo, enfrentadas durante la era Cambiemos. Pero el Presidente y la vicepresidenta lo neutralizaron con agentes propios: pusieron a Anabel Fernández Sagasti como vice del bloque y a María de los Ángeles Sacnun y Carlos Caserio en dos comisiones clave, Asuntos Constitucionales y Presupuesto, respectivamente. Un senador de JxC sostiene que, para que un acuerdo en el Senado tenga sello de garantía, hay que cerrarlo con Fernández Sagasti. De hecho, la fuente reconoce un puente “alternativo” entre las dos bancadas que agrupan a casi la totalidad de la Cámara, que tiene de un lado a la flamante presidenta del PJ de Mendoza –asume el 19 de diciembre- y a su coterráneo Cobos. “Los acuerdos llegan a Mayans ya masticados”, admite el dirigente opositor.

 

Guerra santa

Querido y valorado tanto por sus compañeros como por sus opositores –tiene una gran relación con su coterráneo Luis Naidenoff, presidente del interbloque de JxC-, Mayans mantiene un duro enfrentamiento, como todo el oficialismo de Formosa, con el obispo de la provincia, José Vicente Conejero Gallego, un español de formación franquista que lleva 45 años viviendo en la provincia y nunca perdió el acento extremeño que trajo de Plasencia, su ciudad natal. Esto es algo que admiten hasta sus principales detractores: Mayans no es un “come ostias”, sino un devoto religioso convencido, estudioso y practicante.

 

Gorila acérrimo, el obispo Conejero no sólo juega activamente para el macrismo en Formosa, sino que se encarga de derivar a los curas que muestren signos de progresismo o de simpatía con el gobierno de Insfrán a las parroquias ubicadas en los pueblos más remotos, algo que sacude la otra fe de Mayans: la fe peronista.

 

Nadie pudo certificar el rumor, extendido, de que Mayans fue en 2018 el receptor de los mensajes del papa Francisco durante la votación de la ley de aborto. Tanto él como su compañera de bancada y de provincia, María Teresa González, gestaron un tándem con la diputada macrista Carmen Polledo para operar contra la legalización en las dos cámaras. A diferencia del seguimiento minucioso de la rosca que ese año se pudo hacer en Diputados, la entonces vicepresidenta Gabriela Michetti cercó el Senado para que los celestes se muevan con libertades ampliadas.

 

Oriundo de la ciudad de Clorinda, excelso cantante y poseedor de un pánico a los aviones que lo obliga a hacer el trayecto en auto cada vez que vuelve a su provincia, Mayans tiene otra misión, además de la religiosa: es el representante del gobierno de Insfrán en Buenos Aires. “La directiva es que hagan política en Buenos Aires”, admiten en el gobierno formoseño.

 

Las tensiones con Cristina, con quien mantiene una relación histórica mediada por el propio Insfrán, se cristalizaron cuando resistió la presión de la vicepresidenta para votar la designación de Marisa Graham como defensora del Niño, Niña y Adolescentes. La posición a favor del aborto de Graham fue una condición ineludible para Mayans, que votó en contra.

 

Después de esos sobrevinieron otros cruces, aunque en un tono más picaresco. Uno de ellos fue durante la primera sesión que le tocó presidir a Cristina. A la vigésima vez que Mayans la llamó “presidente” se cansó y lo corrigió: “Presidenta. Ta, ta”. “No tiene sexo la palabra 'presidente'”, retrucó el senador. “Eso dicen los machistas”, clausuró la charla la vicepresidenta. Otro fue en la sesión del 12 de marzo. Mayans hablaba del coronavirus y deslizó entre risas: “Hay que tener mucho cuidado con amenazar la vida y la existencia humana”. Se ganó el reto de la presidenta del cuerpo: “Vuelva a la cuestión, senador”. Habían pasado apenas 11 días desde que el Presidente, ante la Asamblea Legislativa, anunciara su voluntad de enviar un proyecto para la legalización del aborto.

 

Martín Menem y Karina Milei.
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