SEGUNDO TIEMPO

Empate interno y vientos ultra, el dilema de halcones y palomas en JxC

La coalición no pudo sacar de la cancha al FdT. Ahora debe definir posturas ante el Gobierno y liderazgos irresueltos presionada por la emergencia derechista.

Si la oposición quería firmar el certificado de defunción del oficialismo, no lo logró, aunque su triunfo fue contundente en todo el país. Juntos por el Cambio (JxC) cumplió uno de sus dos objetivos de máxima: deja sin mayoría automática a Cristina Fernández en el Senado. En cambio, no le quitó la primera minoría al Frente de Todos en Diputados. "Todo el debate se va a dar en el Congreso", avisó el jujeño Gerardo Morales, que tiene aspiraciones para 2023 y arrancará por la presidencia de la UCR. "No corresponde institucionalmente ni hace falta", respondió, cuando en radio Mitre le preguntaron si la alianza pedirá ocupar la presidencia de la Cámara baja. El debate ya generaba diferencias internas y más difícil parece ahora, que JxC quedaba dos bancas por debajo del bloque que comanda Máximo Kirchner. Al menos, es el mapa que dejaba el recuento provisorio al cierre de esta nota, mientras en voz baja la oposición avisaba que el escrutinio definitivo en la provincia de Buenos Aires podría darles alguna sorpresa. La coalición cambiemista se ilusiona con una banca más y un empate con el oficialismo.

 

La foto opositora es de victoria, a pesar del festejo oficialista apoyado en algunos datos positivos. En la noche misma del domingo, Alberto Fernández relanzó la gestión a partir de una remontada épica en algunos distritos. Esta vez, el Presidente no demoró su reacción y se anticipó al envío de cartas públicas y a la foto de las figuras ganadoras que JxC se tomará en la tarde de este lunes. A las diez de la noche del domingo, Fernández convocó a la oposición a un acuerdo "patriótico" y anunció que enviará al Congreso un plan plurianual para consensuar con las otras fuerzas políticas. Prometió que no será un ajuste brutal, aún cuando contenga el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. En Juntos por el Cambio desconfían de la convocatoria y no ven cuál es el plan.

 

Las expectativas de la oposición eran más ambiciosas. La dirigencia de JXC se subió la vara después de un contundente triunfo en las PASO. El foco no está en las 120 bancas de la Cámara baja que no consiguió, sino en el estruendoso mapa nacional pintado de amarillo. La primera minoría seguirá siendo Todos, que, con 118 bancas contra 116, no pone en riesgo la presidencia de Diputados, cosa que tanto fogoneó María Eugenia Vidal. El sillón de Sergio Massa ahora es intocable y la que quedó obligada a consensuar es CFK. El jefe de Estado busca, también, retomar la senda del diálogo que se rompió después de la quita de coparticipación a la Ciudad de Buenos Aires. 

 

En ese marco, sin un liderazgo único e indiscutible, Juntos por el Cambio debe definir si entra en mood halcón o mood paloma. Hasta antes del cierre de los comicios, se hablaba de prudencia y responsabilidad. Al emitir su voto, Mauricio Macri anticipó que la oposición ayudaría en la transición, como si se tratara de una elección presidencial y el recambio estuviera próximo. El resultado no la obliga a aceptar el acuerdo político y el contexto empuja a lo contrario después de que Javier Milei y José Luis Espert ganaran por derecha cinco bancas para Diputados, más otros cargos legislativos. Macri y Patricia Bullrich ya hicieron guiños a ese sector y querrían sumarlo en la ampliación de Juntos por el Cambio.

 

Ante esa perspectiva, la principal oposición mantiene su estrategia: analizar el resultado electoral en una cumbre que tendrá lugar este lunes por la tarde y empezar a discutir una respuesta para cuando se efectivice el llamado al diálogo que anunció Fernández. El encuentro de toda la mesa nacional estaba previsto de antemano para las 16 en un espacio detrás del club GEBA. Esa mesa, se supone, estará completa, a excepción del expresidente, que viaja a Arabia Saudita con la venia judicial. Bullrich, Alfredo Cornejo, Maximiliano Ferraro y Miguel Pichetto irán como presidentes de los partidos que integran la alianza. También estarán Horacio Rodríguez Larreta, Morales, Gustavo Valdés, Rodolfo Suárez, Vidal y los jefes de los bloques e interbloques parlamentarios, los diputados Mario Negri, Cristian Ritondo Juan Manuel López y los senadores Humberto Schiavoni y Luis Naidenoff. Todos, excepto este último, llegan con triunfos en sus distritos. Incluso a Naidenoff le podrían reconocer una mejora sustancial en la provincia que gobierna Gildo Insfrán

 

El dilema es el tono y la postura. Una derrota aún más profunda del oficialismo hubiera dejado el poder de un solo lado de la cancha, pero el electorado no inclinó la balanza. "Es una gran elección para Juntos por el Cambio y para la República. Hoy, la ciudadanía decidió poner equilibrio al poder autoritario en las dos cámaras. Estamos sacando más de diez diputados que el FdT y Cristina perdió el cuórum en el Senado. Van a tener que dialogar sí o sí", escribió en sus redes sociales Negri, jefe del interbloque que reúne a radicales, PRO y Coalición Cívica. 

 

El tema es la presión que los libertarios, con su presencia en el nuevo escenario, le imponen al resto, además de que, si JxC apostara a debilitar al Gobierno, todavía quedan dos años por delante. Distinto sería para esa fuerza consensuar si efectivamente se tratara de un mes o dos de transición, como dijo Macri. Como si fuera poco, el resultado no terminó de ordenar los liderazgos, aunque en principio Rodríguez Larreta aparezca como el mejor posicionado y Morales y Bullrich como la dupla más dispuesta a enfrentarlo. El voto ciudadano dejó en la cancha, así, a un grupo grande de jugadores. 

 

Martín Llaryora, gobernador de Córdoba. 
valenzuela acompano a bullrich en un operativo de destruccion de armas

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