SEGUNDO TIEMPO

Larreta aguanta la respiración a fuerza de intendentismo y unidad aunque duela

Calibra su plan 2023 en medio de la conmoción por el gatillo fácil y los embates de Bullrich. Confrontación cero y bajo perfil. Tarifazos y gabinete.

Dentro de 20 días, Horacio Rodríguez Larreta comenzará los últimos dos años de su segundo mandato como alcalde porteño. Antes de esa fecha, quiere definir algunos cambios en su gabinete. Desde este jueves por la noche, su entorno es atravesado por la crisis que desató el brutal asesinato del joven Lucas González en Barracas, en un caso de gatillo fácil protagonizado por tres efectivos de la policía de la Ciudad. Mientras transitan la tormenta de críticas y cuestionamientos por el impacto político del crimen, en el larretismo igualmente aclaran que los retoques en el equipo de gestión serán frugales, aunque se ponga en juego el desembarco del intendente de Vicente López, Jorge Macri.

 

Con cautela, argumentan que, luego de disponer aumentos del 45% para los peajes en las autopistas, del 51% en el valor de la VTV y del 50% en el estacionamiento medido, “no hay margen” para anunciar una mayor estructura política.

 

La definición confirma que Rodríguez Larreta volverá a abrazarse a su gestión capitalina como el mejor puente para mantener y expandir sus aspiraciones presidenciales en 2023. En la sede de la calle Uspallata anticipan que, por esa razón, será extremadamente cuidadoso con los equilibrios internos de la coalición que encabeza y que no tomará decisiones que lo perjudiquen frente a su propio electorado, que el domingo pasado llegó al 47% para respaldar la lista encabezada por la exgobernadora bonaerense María Eugenia Vidal en su búsqueda por dejar la provincia que gobernó por cuatro años y regresar al distrito donde comenzó su carrera de la mano de Mauricio Macri.

 

El alcalde considera que, en un escenario poselectoral marcado por la situación económica, puede ser muy criticado por sus votantes si aumenta el volumen del gabinete luego de tocarles el bolsillo con incrementos que no bajan del 50%.

 

La austeridad presupuestaria para limitar cualquier nombramiento estridente será un paragolpe útil en el cierre de las negociaciones que están en marcha. En distintos despachos porteños deslizan que el alcalde quiere completar los pocos “ravioles” disponibles antes del próximo miércoles. Cerca del alcalde no aportan fechas, pero confiaron a Letra P que se reunirá este fin de semana con el intendente Macri para terminar de acordar un destino que cumpla sus expectativas.

 

“Va a tener un rol, pero resta ver el cargo”, dijo un funcionario para confirmar que el primo del expresidente podría tener un puesto enfocado en la relación capitalina con el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) que podría depender directamente de Rodríguez Larreta o del ministro de Gobierno, Bruno Screnci. En medio de la campaña trascendió que el ministro sería reemplazado por Macri, pero, si Rodríguez Larreta lo sacara de la cartera política, recortaría por completo el poder que le queda al flamante diputado electo Diego Santilli dentro del gobierno porteño. El Colorado dejó la vicejefatura para la aventura bonaerense y desde entonces no ha dejado de resignar a dirigentes propios en distintos lugares del Ejecutivo y la Legislatura de la Capital. Una salida forzada de Screnci podría caer muy mal en el santillismo, acotan en la calle Uspallata.

 

La salida de la intendencia que controla hacia un puesto en el gobierno porteño es parte del pacto que aceptó Macri para resignar su interés por encabezar la lista bonaerense de aspirantes a la Cámara de Diputados. Es un cambio provisorio, pero resultó suficiente para que dejara de obstaculizar la candidatura de Santilli.

 

Así como hay un lugar pequeño en la grilla para Macri, no hay chances de que se desdoble el Ministerio de Justicia y Seguridad, que está en manos de Marcelo D’Alessandro, el funcionario que enfrenta durísimas críticas por el asesinato del joven de 17 años y podría ser citado por la Legislatura para dar explicaciones. Tal como contó este portal, el regreso de Vidal a la Ciudad iba acompañado con la designación de su exministro Gustavo Ferrari en una futura cartera de Justicia capitalina. “Está completamente descartado”, recalcaron en la gestión larretista. Para afrontar el desaire a Ferrari, el vidalismo hizo trascender que se mantendrá en la actividad privada.

 

En el caso de Ferrari no pesa solo una razón presupuestario. El radicalismo ya advirtió que no aportará los nueve votos que posee en la Legislatura para aprobar un cambio a la ley de ministerios que ponga en marcha una cartera judicial que la UCR quisiera controlar. En el viejo Concejo Deliberante, otras fuentes macristas puntualizan que la advertencia radical terminó de enterrar el ingreso de Ferrari al esquema larretista.

 

Apenas ordene ese río revuelto, el alcalde redoblará las apariciones vinculadas a su gestión. Desde esa plataforma, comenzará a visitar distintas provincias, siempre en el marco de acuerdos institucionales o invitaciones de la Fundación Pensar. “Aunque sean cuestiones formales, cada gobernador o intendente que lo reciba sabrá claramente a qué va Horacio”, resumieron en el PRO porteño.

 

En el despacho del alcalde se muestran puntillosos con esa precisión. Dicen que nada de lo que haga pondrá en peligro la unidad de la coalición opositora y del PRO. “Está convencido de que el valor más importante es proteger la unidad de JxC. Es lo que permitió los resultados que tuvimos. No hará nada que atente contra eso”, aclaran en el edificio vidriado que está frente al Parque de los Patricios. “Esto quiere decir que no se va a ungir como un líder ni va a contestar absolutamente nada sobre algunas posiciones o diferencias”, acotaron para anticipar que no polemizará públicamente con otros contendientes internos en estado latente, como Patricia Bullrich, con quien ya volvieron los duelos verbales. Apenas terminaron los comicios, opinó que el larretismo sobrevendió expectativas sobre el resultado que podía obtener JxC en la Ciudad y luego se mostró en desacuerdo con la decisión de Rodriguez Larreta y D’Alesandro de separar a los tres policías involucrados en el caso de gatillo fácil.

 

Ambas declaraciones son un pantallazo de la disputa interna que Rodríguez Larreta afrontará de ahora en adelante. Así como cumplirá seis años como alcalde el próximo 10D, ese día también concluirá el operativo que lanzó este año para promover el cambio de domicilio electoral de Vidal y de Santilli. Ambos jurarán en la Cámara de Diputados y se enfocarán en sus nuevos distritos hasta la próxima campaña electoral. Para el jefe porteño, será el comienzo de otra etapa del juego que viene construyendo desde hace dos lustros.

 

torres: hay que debatir la letra fina del pacto de mayo en el congreso
Emilio Pérsico

También te puede interesar