POLÍTICA DE PIZARRÓN

La delantera Tinelli-Fernández-Kirchner para albertizar la AFA

La Casa Rosada quiere al presidente de San Lorenzo en la conducción del fútbol. Máximo K. tiene la llave para anular la reelección de Claudio Tapia.

Tras la derrota de San Lorenzo contra el Huachipato chileno la semana pasada por la Copa Sudamericana, Marcelo Tinelli denunció que él y su familia recibieron amenazas de muerte y uno de los agresores fue identificado por la justicia. El andar oscilante del equipo, que tuvo un bálsamo contra River, pero que cayó el miércoles con Rosario Central, no le impide conducir la Liga Profesional y aspirar a dirigir la AFA, para lo que cuenta con avales de máximo nivel en el Gobierno. La expectativa está puesta en que la Inspección General de Justicia -el organismo oficial que fiscaliza el funcionamiento de sociedades comerciales y asociaciones civiles- haga lugar a los reclamos de Nueva Chicago y San Martín de Tucumán, anule la reelección de Claudio Tapia y le abra la puerta para quedarse con el sillón de Viamonte.

 

Alberto Fernandez siempre vio con buenos ojos la posibilidad de que el presidente de San Lorenzo, a quien sentó a su mesa de celebrities contra el hambre antes incluso de llegar a la Casa Rosada, condujera la AFA, sobre todo porque desconfía del yerno de Hugo Moyano. El otro peso pesado del Frente de Todos presente en la rosca es el diputado Máximo Kirchner, que prefiere a Víctor Blanco, presidente de Racing, pero tiene una llave de oro para darle una gran noticia al Presidente y a Tinelli: el titular de la IGJ es Ricardo Nissen, su abogado en la causa Hotesur.

 

A la semana de asumir, Fernandez recibió en la Casa Rosada a Alejandro Domínguez, presidente de la Conmebol, junto a Tapia, Lammens, Massa y a un invitado inesperado: Luis Segura, expresidente de Argentinos Juniors y amigo presidencial. En las elecciones de la AFA de 2015, el ahora jefe de Estado fue el armador en las sombras de Segura, entonces al frente de la entidad del fútbil en forma interina, contra Tinelli. Tras el empate 38 a 38, el dirigente del Bicho de La Paternal siguió seis meses en el cargo, pero renunció en 2016. Su presencia en aquella reunión realizada en la Casa Rosada fue leída como una primera advertencia.

 

El año pasado, Tapia usó toda su cintura política, logró adelantar las elecciones que debían realizarse en octubre y se garantizó un nuevo mandato. La pandemia le corrió el eje al Gobierno y los resultados de San Lorenzo, a Tinelli. La negociación incluyó la creación de seis vicepresidencias, tres más que las actuales, que fueron para Tinelli, Rodolfo D´Onofrio, Jorge Ameal y Moyano, presidentes de River, Boca e Independiente, y dos para representantes del ascenso, Guillermo Raed y Marcelo Achile, de Mitre de Santiago del Estero y Defensores de Belgrano.

 

El año pasado hubo dos reuniones para aprobar el adelantamiento de los comicios y extender el certificado de defunción de la Superliga. La primera fue en la casa de Massa con el conductor, Tapia, Ameal y Nicolás Russo, presidente de Lanús y diputado bonaerense por el FdT. La segunda fue en febrero en la casa que Chiqui tiene en Los Cardales: con 16 dirigentes presentes, ahí se consumó el nacimiento de la Liga Profesional con Tinelli al frente.

 

La IGJ permitió que se pudiera votar de manera virtual en plena pandemia porque había una lista única. Ahora Nissen, el abogado del heredero K, puede anular lo que él mismo habilitó.

 

La presentaciones de Nueva Chicago y San Martín apuntan a ciertos pasos administrativos que no se cumplieron. Nissen tiene tres opciones: dejar todo como está, repetir la elección o llamar a un nuevo acto eleccionario desde cero. Una fuente que conoce los pasillos de Viamonte está convencida de que la última opción puede ocurrir: el conductor de Showmatch está listo para saltar a la cancha otra vez.

 

Tinelli nunca explicitó su intención de volver por la presidencia de la AFA, pero en su entorno dicen que el tiempo de Tapia ya está terminado y que Marcelo podría ganar. También hay quienes dudan y recuerdan lo que pasó hace seis años. “Si no pudo ganarle a Segura, que tenía el ascenso dividido, en un momento donde él parecía invencible, ¿qué hace pensar que hoy, con el ascenso detrás de Chiqui, va a poder?”, resume otro dirigente escéptico de la visión tinellista.

 

Cuando AFA lo habilitó a ser candidato en 2015, uno de sus armadores confesó en privado que la elección ya estaba terminada. “No va a ser necesario votar, gana por aclamación”. El día del comicio, el mismo dirigente le preguntaba a los periodistas qué números manejaban porque temían traiciones.

 

En la asamblea de 2020 hubo 44 presentes, la mitad del ascenso y las ligas del interior. Con solo un club de Primera Tapia se blinda, cosa que no le costaría conseguir. Distintos dirigentes que se referencian en él aseguran que está tranquilo y que. de tener que presentarse, gana de nuevo. El único que dijo públicamente que le gustaría competir por el cargo es el también albertista presidente de Defensores de Belgrano, Marcelo Achile, pero "siempre que Chiqui no se presente y sin hacer nada que lo dañe”, como confesó en algunas entrevistas.

 

Las presentaciones en la IGJ fueron realizada por dos clubes que supieron estar cerca de la actual conducción de la AFA. En Chicago, el motor fue Daniel Ferreiro, exvicepresidente, exvocero de Tapia y uno de los fundadores del Ascenso Unido que entronizó a Chiqui. Cuando el cuñado de Pablo Moyano ganó en 2017, el acuerdo era que Ferreiro asumiera como director ejecutivo, pero este cargo fue para Gerardo León, jefe de Gabinete del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) en la era Macri. A pesar de ser peronista, Tapia tiene una relación histórica con el PRO por su vínculo como sindicalista en la Ciudad, en especial con el vicejefe de Gobierno, Diego Santilli. Ferreiro es amigo del ministro de Deporte, Matías Lammens, y de Leandro Santoro, legislador y asesor presidencial.

 

La de San Martín fue fogoneada por Roberto Sagra, expresidente con llegada a la actual comisión directiva. El tucumano avaló la reelección de Tapia, pero se peleó por los ascensos y hasta lo denunció en la justicia deportiva internacional. Y perdió. El año pasado, la bancada de diputados y diputadas nacionales de su provincia firmó un pedido para respaldarlo e incluso habló con el gobernador Juan Manzur para que le hiciera de puente con el Ejecutivo nacional, que había salido a jugar fuerte contra Tapia, pero que por la pandemia frenó y hoy está a la expectativa de la vía administrativa.

 

Tapia tiene el poder de los votos de varios clubes que se ganó haciendo política y desconfían de Tinelli. Temen que pase lo que Julio Grondona siempre logró evitar: que los clubes grandes manejan la AFA. Curiosamente, fue Don Julio quien convenció al conductor a lanzarse a la política del fútbol. Al igual que en 2015, el resultado es incierto, pero, también como ese año, la política no será ajena a lo que pase.

 

Mauricio Macri y Guillermo Dietrich, el armador en Córdoba.
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