LETRA P EN EUROPA

Bergoglio, un aliado caído del cielo para Fernández

Gestión y agenda de la audiencia con el papa. Negociación de la deuda, vacunas y crisis sanitaria. Blindaje a Guzmán. Idas y vueltas por el lugar de la cita.

El presidente Alberto Fernández apuesta a fortalecer el frente externo con su decisión de ver al papa Francisco durante su gira europea, donde espera escuchar la que considera una voz influyente en el contexto financiero mundial en momentos en que urge conseguir mayores plazos para pagar la deuda con el Club de París y el Fondo Monetario Internacional (FMI). También, pretende blindar al ministro de Economía, Martín Guzmán, acosado por la interna del Frente de Todos, al llevarlo en la comitiva reducida para mostrarlo como su único interlocutor ante los acreedores.

 

No es casual que la confirmación de la fecha de la audiencia del primer mandatario con Jorge Bergoglio se haya hecho el martes, casi al mismo tiempo que el Vaticano difundía un video en el que el pontífice pedía “regular estrictamente” la especulación financiera ante lo que evaluó como una situación “insostenible y peligrosa”, que la pandemia “ha inflado como nunca” y cuyas consecuencias vuelven a pagar los más pobres. Tampoco es coincidencia que Guzmán, cuya continuidad fue puesta en duda tras la puja por tarifas con el subsecretario de Energía, Federico Basualdo- integre la lista de convocados por el jefe de Estado para acompañarlo. El motivo: su llegada al papa, con quien hace unas semanas estuvo 45 minutos en privado hablando de la cuestión de la deuda.

 

En Europa, Fernández se entrevistará con el presidente Emmanuel Macron, y seguirá en Italia, con audiencias con el mandatario italiano, Sergio Mattarella, y el primer ministro Mario Draghi, siempre con un objetivo de agenda: conseguir apoyo europeo para la renegociación de la deuda.

 

En la soledad de la Quinta Presidencial de Olivos, el Presidente optó por reunirse con Bergoglio entre el viernes y el domingo. “Fue una decisión totalmente personal de Alberto”, dijeron a Letra P fuentes gubernamentales. De inmediato se activaron los protocolos diplomáticos para que el Vaticano diera el plácet y la audiencia quedara agendada. El secretario de Culto, Guillermo Oliveri, contactó a la embajadora argentina ante la Santa Sede, María Fernanda Silva, y la diplomática formalizó el pedido ante la Secretaría de Estado vaticano, que “rápidamente” -confirmaron las mismas fuentes- accedió a la solicitud del mandatario argentino.

 

La apretada agenda de la gira europea, además del apuro, no permitió notar que la fecha requerida, el jueves 13 de mayo, es feriado en el Vaticano por la fiesta religiosa de la Virgen de Fátima, un detalle menor que generó idas y vueltas en orden al ceremonial. En primer lugar, se habló de que no podía hacerse en el Palacio Apostólico por no haber actividad en el pequeño Estado y hasta se barajaron otras opciones, entre ellas la casa Santa Marta, donde reside Bergoglio. Finalmente, quedó establecida para las 11 hora de Italia (a las 6 de Argentina) en la Biblioteca del Palacio Apostólico, hasta donde el pontífice se trasladará especialmente ese día.

 

Fuentes diplomáticas argentinas y vaticanas precisaron que se tratará de una “visita oficial”, por lo que se aplica el protocolo del 1 + 10; es decir, el Presidente acompañado por ese número máximo de personas. Sin embargo, la comitiva será mucho más reducida en número, dados los controles e hisopados exigidos para los vuelos internacionales por la pandemia y la gravedad de la crisis; incluso más todavía que aquella primera vez de Alberto Fernández con el papa el 31 de enero de 2020, cuando fueron apenas siete.

 

Además del ministro Guzmán, está previsto que viajen el canciller Felipe Solá, el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, el vocero presidencial, Juan Pablo Biondi y Oliveri, secretario de Culto e integrante habitual de las comitivas para ver al papa.

 

 

Francisco recibirá a su compatriota el Presidente en privado y, según fuentes gubernamentales, la negociación de la deuda argentina, la crisis socioeconómica por la pandemia y el acceso universal a las vacunas contra el coronavirus, tema de prédica habitual del pontífice, serán temas probables de un diálogo a "agenda abierta" entre Fernández y Bergoglio. Luego, como es de práctica, el papa saludará a la comitiva oficial y las partes intercambiarán regalos. Más tarde, como corresponde por protocolo, el canciller Solá se entrevistará con el cardenal Pietro Parolin, número dos del Vaticano.

 

Para el viernes 14 se prevé que Guzmán participe, en la sede de la Academia Pontificia de las Ciencias Sociales, de un encuentro con economista y empresarios para intercambiar opiniones sobre la deuda externa de los Estados a nivel global y el papel del FMI. Organizado por el titular de ese organismo vaticano, el obispo argentino Marcelo Sánchez Sorondo, se especula con que también asistan la directora ejecutiva del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, y el director gerente del Banco Mundial, Axel van Trotsenburg, entre otros.

 

 

La última vez que Fernández habló con el papa fue en agosto de 2020, mediante una videollamada, poco antes de que el Gobierno anunciara la reestructuración de la deuda. Tras el encuentro de 44 minutos del año pasado, éste será el segundo entre ambos en poco más de un año de mandato presidencial. Iguará en número a Mauricio Macri, quien en 2016 estuvo dos veces con el pontífice: una primera audiencia de 22 minutos, recordada por las imágenes con gesto adusto de Bergoglio, y otra junto a su familia, en la que Juliana Awada y su hija distendieron el ambiente. Cristina Fernández estuvo siete veces con Francisco, un récord que ostenta pese a que su fallecido esposo, Néstor Kirchner, lo consideraba el “líder espiritual” de la oposición. No todos fueron en el Vaticano: hubo en Brasil, Paraguay y Cuba.

 

Martiniano Molina
Martín Gill se reunió con cooperativistas del departamento San Justo.

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