ENTREVISTA

Pata Medina: “Voy a volver”

El cacique sindical no se arrepiente "de nada" y quiere retirarse “por la puerta grande”. Duro con Macri y Vidal, pide “proteger” a Cristina. La cárcel K.

Con cielo judicial que comienza a despejarse, el cacique gremial Juan Pablo “Pata” Medina recibió a Letra P en su casa de Ensenada. Sobreseído por la justicia bonaerense y excarcelado en el fuero federal, aunque con algunas causas en trámite, anuncia que piensa volver a la actividad gremial que, momentaneamente, tiene vedada por orden judicial. "Voy a volver", avisa.

 

De buen semblante, el exjefe de la UOCRA platense sindicado por los gobiernos de Cambiemos como símbolo de todos los males de la vieja política, no esquiva ningún tema. Acomodado en su sillón y fumando tabaco frutal, marca sus diferencias con la conducción de la CGT y confirma que se amigó con los líderes camioneros Hugo y Pablo Moyano, castiga con dureza a Mauricio Macri y a María Eugenia Vidal, cuestiona a la CGT, pide "proteger" a Cristina Fernández de Kirchner, "la única garantía para el movimiento obrero".

 

“Hace ocho años que leo el Corán, eso me hace mucho bien”, revela mientras muestra el tasbih o masbaha ("un rosario musulmán”) que cuelga de su cuello, acompañado por su abogado César Albarracín.

 

Un shrek budista y peronista.

-¿Se siente revindicado por la Justicia?

 

-Me siento revindicado por algunos jueces y fiscales de la justicia actual, pero hay una parte de la justicia a la que no le tengo confianza, porque fue cómplice del gobierno de Mauricio Macri, que se dedicó a perseguir a los dirigentes gremiales que fueron presos y le metió temor al sindicalismo argentino.

 

-¿Usted denunció penalmente al expresidente?

 

-Sí. Está saliendo a la luz todo el daño que le hizo a mi familia. El gobierno de Macri fue una dictadura disfrazada de democracia. Les pido disculpas a quienes lo votaron, pero es lo que pienso. Dejó un desastre en el país.

 

-¿Se considera un perseguido o preso político?

 

-Fui y soy perseguido por las grandes potencias que están en el país y por algunos medios de comunicación que quieren manejar los destinos del país. También por el gobierno de Macri y su banda, con Vidal y su ministro de Trabajo, que me quisieron correr junto a Pablo y Hugo Moyano para imponer la reforma laboral.

 

-¿El peronismo lo dejó a la intemperie?

 

-Yo soy peronista de Eva y del General. La única garantía que tiene el movimiento obrero, los marginados, los desocupados, es Cristina. Respeto mucho al Gobierno, voté al presidente Alberto Fernández, pero veo que los políticos anuncian cosas pequeñas para el pueblo argentino.

 

-¿El sindicalismo lo dejó solo?

 

-Cada sindicalista tendrá que hacerse cargo de lo que hizo. Yo no voy a culpar a nadie. Parte del sindicalismo de la CGT nacional que tiene poder se metió abajo del escritorio. Le tenían temor a Macri. Temor, solo a Dios.

 

-¿Qué opina de la CGT nacional?

 

-No representa a nadie. Para representar al movimiento obrero, tienen que estar en permanente defensa del salario y controlando la inflación para que a los trabajadores les rinda.

 

-¿Intentó ver al presidente Fernández cuando estuvo en Ensenada?

 

-Fui como un vecino más. Hace 40 años que vivo en Ensenada, no tengo ningún cargo. Fui a entregarle una carta para él, para la vicepresidenta y para el gobernador Axel Kicillof.

 

-¿Qué decía la carta?

 

-Lo saludaba y le pedía que Dios lo bendijera en la conducción del país; que generen fuentes de trabajo para los más humildes que están padeciendo esta pandemia que, no tengo dudas, empezó con Macri. Hace dos meses, fui el primero, les pedí por favor que vacunen a los trabajadores argentinos, para que las jefas y los jefes de familia trabajen sin riesgos.

 

-¿Este gobierno es peronista? ¿El Frente de Todos es peronista?

 

-Para que me demuestre que verdaderamente es peronista tiene que aplicar la justicia social del general Perón y Evita, que significa trabajo, salud, educación, más bienestar. Hasta ahora yo no veo eso. Además, no se sabe dónde están los 54 mil millones de dólares que el FMI le prestó a Macri y eso los medios fachos que tenemos no lo dicen.

 

-¿Apoyaría con su voto al Frente de Todos?

 

- Yo prefiero votar al Pata Medina. Hay que votar a los que hacen algo por los trabajadores. Como soy peronista, pondré el voto con mucha bronca, no me queda otra.

 

-¿Cristina Fernández es una perseguida política?

 

-Por supuesto, no hay dudas. Fue perseguida por los poderes nacionales e internacionales. La hija, que es una nena todavía, estuvo a punto de perder la vida en Cuba y acá los fachos, los gorilas se burlaban. De todas las causas que le armaron no se comprobó nada. La oposición hace campaña sucia, mugrienta... no puede hablarles de frente a los trabajadores.

 

Los asuntos gremiales son la debilidad de Medina. Se siente cómodo y no ahorra palabras para sus definiciones concretas, sin dobleces, ambigüedades o mensajes encriptados. Al hueso, para que no queden dudas.

 

-¿Hay dirigentes gremiales cooptados por los poderes reales?

 

-Hay de todo. Mi bronca no es tanta con el gremialismo. Hace muchos años que vienen engañando al pueblo argentino, que está sufriendo, pero tengamos cuidado porque se aguanta hasta cierto punto.

 

Con su abogado, César Albarracín. "No me arrepiento absolutamente de nada".

 

-¿Tiene pensado volver al gremio una vez solucionado el frente judicial?

 

-Por supuesto. Voy a volver porque un dirigente sindical, natural, popular, no puede arrugar. Voy a volver a conquistar esa herramienta. Un período más y me retiro. Todavía tengo fuerza, pero en plena democracia tengo impedimento de reunirme con compañeras y compañeros trabajadores. Estoy sancionado como si fuera un delincuente. Espero que la Justicia lo resuelva pronto.

 

-En la cárcel, ¿era tan líder como en la calle?

 

-Sin dudas. Todo lo que apliqué en la calle, en el sindicato, en la defensa de los trabajadores lo llevé a la cárcel para ir en contra de la injusticia y a favor de la verdad. Así tuve muchos choques con las fuerzas penitenciarias.

 

-¿Hizo amigos?

 

-Compartí el pabellón con Amado Boudou, Ricardo Jaime, José López, Cristobal López, Fabián de Souza. En la única celda que encontraron micrófonos fue en la mía. Algunos no lo dicen porque tienen celos políticos. Me presenté como querellante en la causa de espionaje contra el gobierno anterior. A este negrito le pusieron cámara oculta.

 

 

-Cuando fue detenido, el intendente de La Plata, Julio Garro, dijo que las propiedades costaban 30% más por sus extorsiones. 

 

-No solo fue el intendente de La Plata. Que no engañen a la genta, que no sean estúpidos, porque cuando se construyeron los edificios el dólar estaba a $4,60. El metro cuadrado valía U$S1.800. Después vino Macri y no se construyó más porque se disparó el dólar al doble y los empresarios levantaron el precio a U$S2.200. A ese precio sigue hoy y nadie compra un metro cuadrado.

 

-¿Se arrepiente de algo?

 

-Absolutamente de nada, pero me duele lo que le pasó mi familia. La cárcel de mi mujer y mis hijos, que el más chico se haya quedado sin mamá y papá. Pero uno sabe el riesgo que corre cuando está representando los intereses de los trabajadores. El sindicalista debe responder únicamente a los trabajadores, no se tiene que casar con ningún gobierno de turno. El compromiso es con sus bases.

 

-¿Hay Pata gremialista para rato?

 

-Yo quiero volver a la batalla, a la pelea, en democracia. Que no se entienda mal, porque los gorilas van a decir que armé un ejército. Volver de la mano sagrada de los trabajadores mediante el voto soberano y popular. Quiero volver a conquistar esa herramienta para ponerla al servicio de las trabajadoras y los trabajadores, para poner las cosas en orden. Para que se beneficien las pymes, los trabajadores, las trabajadoras y no solamente las multinacionales explotando a los trabajadores. Quiero poner todo en regla, cumplir cuatro años más de mandato y retirarme por la puerta grande, saludar a mis compañeros, porque nací de las bases, me tengo que ir por la puerta grande como todo líder sindical que defendió los derechos sagrados de los trabajadores.

 

 

Sobre el final de la entrevista, Medina aceptó con una sonrisa jugar un ping-pong con Letra P, pero advirtió: “Mirá que puedo salir para cualquier lado”.

 

-Macri.

 

-Es un gorila que tiene que estar en la selva.

 

-Vidal.

 

-Otra gorila que tiene que acompañar a Macri.

 

-Cristina.

 

-Es una compañera a la que tenemos que cuidar y proteger.

 

-Alberto Fernández.

 

-Un compañero al que le falta un poquito de fuerza.

 

-Kicillof.

 

-Es joven, tiene experiencia, le tengo mucha fe.

 

-Patricia Bullrich.

 

-Me persigue desde el año 2001.

 

-Frente de Todos.

 

-Hay que organizarlo y hacerlo más fuerte.

 

-La oposición.

 

-No existe.

 

-La oposición gremial a su figura.

 

-No la tengo en cuenta.

 

-La justicia.

 

-La mitad trabaja bien. La otra, afuera.

 

-Moyano.

 

-Un caudillo y viejo luchador. Tuvimos diferencias pero hicimos las paces. Lo respeto mucho.

 

-Héctor Daer.

 

-No lo quiero.

 

-CGT.

 

-No representa a nadie.

 

-Pata Medina.

 

-Un hombre de infancia pobre, de marginalidad, que se crió en un rancho de adobe, que no tenía para estudiar porque sus padres eran pobres. Dios me usa como instrumento.

 

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