CLARA GARCÍA

“Nuestra lista es una propuesta de futuro para el día después de Perotti”

La precandidata a senadora nacional por el FAP sostiene que la feroz disputa del PJ aceleró los tiempos políticos en la provincia. Interna propia y liderazgos.

Por Gabriela Albanesi y Pablo Fornero

 

Clara García se encontró con una oportunidad inesperada. Ante la muerte de su compañero y candidato puesto Miguel Lifschitz, a la diputada provincial santafesina le toca liderar un proceso complicado y sensible para el socialismo. Asumió el compromiso y se apresta a reconducir un proyecto que, reconoce en diálogo con Letra P, tiene puesta la mirada en 2023.

 

Primero le toca dirimir la interna del Frente Amplio Progresista (FAP), donde deberá enfrentar a un viejo conocido, Rubén Giustiniani, por la candidatura para el Senado. Advierte que es una “disyuntiva equivocada” creer que la contienda del 12 de septiembre define la conducción del FAP, como sí interpreta el intendente rosarino Pablo Javkin. Por otro lado, afirma que la lista que conduce “representa ese futuro del final del gobierno de (Omar) Perotti”.

 

-¿Cómo tomó la decisión de ser candidata?

 

-Fue una decisión colectiva. La ausencia de Miguel nos trajo, más allá del dolor personal, en términos de nuestro socialismo, lo que a veces pasa en las familias cuando falta una figura fuerte como un padre, un hermano mayor.

 

-¿El espacio que gane las internas del FAP conduce y el resto acompaña?

 

-Es una disyuntiva equivocada pensar que estas internas diriman los liderazgos del FAP. Se anticipó innecesariamente esa puja. No es el momento de estar dividiendo fuerzas políticas dentro del FAP. Quizá podría haber sido mejor tener una lista de unidad, pero creo que el 12 de septiembre vamos a caminar juntos hacia un futuro que es el día después de este gobierno de Perotti.

 

-¿La otra lista sí piensa que la interna es una lucha de liderazgo hacia adentro?

 

-Hay algunas manifestaciones en ese sentido, pero no creo que la construcción política que venimos desarrollando tenga esa mirada. El socialismo es una fuerza que tiene tanta presencia territorial, tanta historia y experiencia de gestión, que parece escaso quedarse solo en una medición de fuerzas dentro del FAP, que tiene en sí mismo un simbolismo muy grande y se configura como un actor muy fuerte en Santa Fe. Nuestra lista es una propuesta de futuro para el día después de Perotti.

 

-¿La nómina que conduce tiene el horizonte puesto en 2023?

 

-En la provincia se anticiparon los tiempos, el hecho de que el gobernador sea precandidato y la vicegobernadora sea precandidata y lo hagan de manera confrontativa, casi que ellos mismos están terminando este gobierno anticipadamente y hay que pensar en el día después. No nos dijeron la verdad cuando, en el oficialismo, hablaron de unidad en la diversidad. Están demostrando que esa tal unidad no existía y la fuimos viendo en el gobierno de Perotti cuando fue perdiendo las fichas de sus principales ministros. Se fue en plena pandemia el ministro de Salud, se fue el jefe de Policía, se fue el ministro de Gobierno, el ministro de Seguridad tuvo una pelea intestina tremenda con su propio bloque de senadores. Todo esto configuraba una crisis institucional interna del gobierno y del justicialismo que la terminan de blanquear ahora, no solo en dos listas internas -porque para eso está la democracia participativa- sino en una confrontación de tanta agresividad como la que estamos viendo.

 

-Hay interna en los tres grandes frentes políticos de la provincia. ¿La muerte de Lifschitz desordenó la política santafesina? 

 

-Sí. Miguel era un hombre de tanta fortaleza personal y política que su palabra era ordenadora. Hacia adentro, hay partidos que decidieron un camino diferente, por ejemplo la UCR, que decide seguir los lineamientos nacionales y quizás otros partidos chicos también buscaron un techo transitorio en otros espacios. Y hacia afuera, también se ve desorden. Miguel en especial, pero los tres gobernadores del Frente Progresista, tuvieron mucho respeto institucional. Teníamos una relación seria de gobierno a oposición, de gobierno provincial a intendencias, de Ejecutivo a Legislatura, a la Justicia y ahora es un polvorín que no es bueno. Tenemos que recuperar algo más sano.

 

-¿El escenario de tercios se sostiene en Santa Fe?

 

-Santa Fe es diferente al resto del país. A veces nos proponen con exceso desde los medios nacionales esta grieta, estos extremos que son una construcción artificial y premeditada y que significa ganancia para pocos y la gente queda en el medio. Santa Fe tiene un tercio muy grande y muy crítico de esta grieta y nuestra diferenciación no es solo naif, no es solo que seamos más moderados en los modos. Demuestra, a diferencia de esos dos extremos, que cuando nos tocó gobernar, lo hicimos en favor de Santa Fe, cosa que no pasó en ninguno de los dos polos de la grieta a nivel nacional, que dejaron a Santa Fe muy al descubierto.

 

-¿Se puede competir contra esos dos polos en instancias nacionales como la que se avecina?

 

-Sí, porque los problemas de la gente pasan por soluciones que esos dos esquemas confrontativos no dieron. La salud en esta pandemia es un problema tremendo, la falta de trabajo, que las relaciones interpersonales hayan quedado quebradas. A esos problemas les das respuestas desde una cercanía territorial que siempre hemos demostrado tener y la gente hasta ahora nos ha acompañado. En especial en una elección de medio término donde no se pone en juego quién gobierna y es una instancia más amplia para la participación de otras alternativas.

 

-Javkin volvió a plantear que en 2023 se podría armar un frente de frentes. ¿Coincide?

 

-El FAP ya es un frente más amplio de lo que era, se incorporó Igualdad y Participación (el partido de Rubén Giustiniani), y siempre son bienvenidas otras opciones, pero dentro de lo que nosotros compartimos como valores políticos y éticos. Hermes Binner siempre nos decía que hay sumas que restan, hay que ser cuidadoso en esas sumas.

 

-¿El PRO resta?

 

-Es una alternativa política tan distante a nuestra ideología, a nuestra manera de gestionar, nuestra forma de hacer las cosas. Nuestros valores son tan distintos que en Santa Fe no hay cabida.

 

-De Juntos por el Cambio se fueron figuras, como Maximiliano Pullaro, que integraban el gabinete de Lifschitz. ¿Se imagina una vuelta?

 

-Soy tan respetuosa con quien he compartido camino que no me van a encontrar pensando en los radicales NEO como un enemigo. En todo caso, son adversarios circunstanciales de estas elecciones que quizás se vieron seducidos por alguna cuestión nacional. Pero lo vivido es muy fuerte y acá estamos con los brazos abiertos.

 

-¿Cómo imagina ese vínculo en los años que quedan en la Legislatura?

 

-No la ha afectado todavía. La decisión de Maxi y su grupo político ya estaba tomada y, sin embargo, nosotros seguimos como Frente Progresista no solo en la Cámara de Diputados y Diputadas sino en las listas. Porque a mí me toca encabezar la lista al Senado en el FAP a nivel nacional, pero a nivel local el Frente Progresista presentó más de 330 listas y de ellas 160 son socialistas puras, pero dentro del Frente Progresista estamos unidos. Estamos demostrando una convivencia donde el Frente Progresista prioriza lo territorial y donde una alternativa nacional, hasta ahora, está priorizando caminos diferentes.

 

-Giustiniani venía manteniendo charlas con Lifschitz para su retorno al Frente y ahora quedó del otro lado. ¿La sorprendió?

 

-Nosotros impulsamos que Igualdad y Participación se incorporara al FAP y estoy segura que desde el 12 de septiembre los caminos vuelven a unirse. Tenemos varios ejemplos de internas con Javkin, ya forman parte de nuestro hacer político y al día siguiente a las PASO de su intendencia, nuestra candidata Verónica Irizar se calzó las zapatillas y caminó todo Rosario a su lado. Todos los votos de Vero fueron para Pablo y lo convirtieron en intendente y contó con todo nuestro apoyo en el Concejo para que sus proyectos avanzaran. No veo que sea diferente esta vez, vamos a caminar juntos después del 12 de septiembre.

 

El ministro de Justicia Mariano Cúneo Libarona.
Carolina Losada delante y Germán Pugnaloni, funcionario nacional, detrás. (Foto: Redboing).

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