GUERRA GAUCHA 2021

Con diálogo y consenso, Domínguez le puso tope a la exportación de carne

El ministro de Agricultura ponderó la flexibilización de las ventas ganaderas al exterior, pero marcó límites tras el encuentro con la Mesa de Enlace.

 

Adalid del diálogo y el consenso, con las jinetas de haber recompuesto lazos con la patronal agraria como ministro de Cristina Kirchner tras la guerra gaucha de la resolución 125 en 2008, Domínguez especificó hasta dónde se estira la tolerancia oficial. "Mientras yo sea ministro, hay una ecuación que es estadística: la exportación no puede superar nunca entre el 22% y el 24% del total de producción de carne. No nos vamos a mover de eso. Estos son negocios que necesitan reglas claras y previsibles", enfatizó.

 

"No trabajo para un voto más o un voto menos. El Presidente nos encomendó recuperar el diálogo como instrumento para el progreso y el crecimiento que la pandemia ha paralizado", dijo. Con relación al resultado de la reunión con la Mesa de Enlace, comentó que "el acuerdo pactado en la órbita del Ministerio de Producción continúa hasta el 31 de diciembre. Lo que cambia es resolver el problema de 140 mil vacas de faena, vacas viejas, que el mercado interno no consume y que está en manos de pequeños y medianos productores". En el encuentro, del que también participaron gobernadores oficialistas de la zona núcleo, se anunció que el Gobierno flexibilizará desde el lunes próximo el cepo a las exportaciones de carne y rehabilitará las ventas de vaca "vieja" a China.

 

Además, en declaraciones a un canal de noticias, Domínguez aseguró que el cepo continuará para las exportaciones de cortes "populares", y consideró que "no hay ninguna razón para que el precio del asado suba de vuelta". "Es un compromiso que tiene el Gobierno con cuidar el acceso de la carne que, para nosotros, es un bien cultural", resaltó y subrayó que "no se debe alterar la ecuación alimentaria de los argentinos".

 

La suspensión de las exportaciones de carne comenzó a regir en mayo de este año, con el objetivo de bajar los precios en el mercado interno. La medida se tomó por 30 días, pero fue prorrogada. 

 

"En la prioridad del Presidente siempre estuvieron los últimos. Si la Argentina se puede poner de pie es porque no cerró ninguna empresa, las actividades siguieron financiadas por el propio Estado y los trabajadores cobraron esa asistencia. Por eso nos critican y nos dicen populistas, pero... ¿Qué vamos a hacer con el hambre y el dolor de la gente? Hay que encontrar soluciones", concluyó Domínguez.

 

Parte de esos cuestionamientos partieron del presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino, que participó del cónclave junto a representantes de la Federación Agraria Argentina (FAA), Confederaciones Rurales Argentina (CRA) y Coninagro.

 

Pino evaluó este miércoles que la dirigencia agropecuaria se quedó "con gusto a poco" tras el encuentro con el Gobierno. "Nos quedamos con gusto a poco después de la reunión. La expectativa nuestra era la apertura total de las exportaciones. La suspensión es mala, no sirve para nada y pone nerviosos no solo a los productores sino también a los frigoríficos", sostuvo en declaraciones radiales.

 

Sin embargo, admitió que la medida "seguramente va a descomprimir algo, porque los frigoríficos tienen mucho stock en cámaras".

 

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