La Política en Ojotas

De Ferrari: "La vuelta al bloque de la UCR era un pedido del partido"

La diputada cordobesa abandonó el bloque de JxC en la Legislatura provincial y criticó a sus excompañeros. Unidad y coherencia, las cartas para 2023.

Desde hace casi cuatro décadas, Patricia De Ferrari pasa sus días de descanso en Potrero de Garay, una localidad ubicada a orillas del Embalse Los Molinos, en el departamento Santa María. En ese lugar, que también le sirve como "centro de operaciones", la legisladora cordobesa sostiene su actividad social y política, escribe y proyecta el año por venir. En diálogo con Letra P, la radical explica su regreso al bloque Juntos UCR en la Legislatura provincial y critica a sus excompañeros de bancada.

 

En el último movimiento legislativo del 2021, la exdiputada nacional -identificada políticamente con su coterráneo Mario Negri- rompió con la alianza opositora tras la aprobación de la ley de regulación del juego on line, que impulsaron su excompañeros Orlando Arduh, Darío Capitani, Alberto Ambrosio, Silvia Paleo y Raúl Recalde. Con ella, Daniela Gudiño también dejó el espacio que compartían con el PRO para sumarse a la bancada que preside Marcelo Cossar.

 

“Estamos acostumbrados a que Hacemos por Córdoba (HxC) impulse, cada fin de año, proyectos que son impresentables, pero nunca nos imaginamos un final de 2021 como el que tuvimos. Fue algo que nos superó totalmente”, señala la legisladora. Y agrega: "El oficialismo les hizo poner la cara a los legisladores de JxC para que la oposición pague el costo político de una iniciativa que perjudica a la mayoría de los cordobeses, especialmente a los más vulnerables”.

 

-¿Se imaginó que los cinco legisladores que presentaron el proyecto del juego on line podían actuar de esa manera?

 

-Era previsible porque venían acompañando al oficialismo en algunas votaciones. Lo que nunca nos imaginamos era que iban a estar dispuestos a pagar un costo tan alto para impulsar una ley que beneficia a Hacemos por Córdoba. En términos políticos es inaudito.

 

-¿Cómo perjudicó esa jugada a la oposición?

 

-En las últimas elecciones la ciudadanía le dio un apoyo contundente a la oposición y no apoyó de la misma manera a HxC. Está claro que nos están pidiendo un mayor protagonismo desde nuestras propias iniciativas y no un rol tan apegado al oficialismo. Aun así, le regalaron ese proyecto.

 

-¿Por qué se fue del bloque de Juntos por el Cambio?

 

-En algún momento, íbamos a tener que considerar la posibilidad de volver al bloque de la UCR porque era un pedido del partido. Además, iba a ser muy difícil mantener un espacio en el que conviven dos miradas tan opuestas respecto a la relación con el oficialismo. Por otro lado, después de lo que pasó no había margen para jugar al desgaste y había que ser muy claros con el movimiento. Cuando el proyecto ingresó al recinto, ya sabíamos que nos íbamos, ya no tenía sentido esperar al 1 de febrero (día en el que se retoma la actividad oficial en la Legislatura de Córdoba).

 

-En un marco general de quiebres, ustedes vuelven…

 

-Por eso no había margen, porque también era un mensaje hacia adentro del partido. No podemos decir que respetamos las instituciones, y hacer lo que nos parezca sin tener en cuenta la opinión de las autoridades partidarias, que había pedido que se retirara el proyecto.

 

-La UCR suspendió temporalmente al legislador Orlando Arduh por defender el proyecto, ¿fue una decisión correcta?

 

-Él jugó una carta que lo desgastó mucho porque ni siquiera tenía el aval de su núcleo interno. No es la primera vez que un dirigente hace algo que conmueve al compromiso político del partido y eso tiene sus consecuencias. Arduh se tendrá que defender ante el Tribunal de Ética, pero lo que uno no puede hacer es llegar  a una banca en representación de una fuerza política y después jugar la propia sin tener en cuentas algunas de las posturas históricamente sostenidas por el partido.

 

-¿Cómo evalúa el desempeño de la oposición a nivel nacional?

 

-Ser oposición es complicado porque uno tiene la función de ejercer control, pero también preparase para ser gestión y legislar en esa dirección. La inédita poca diferencia entre los bloques le da a JxC una responsabilidad que tiene mucho más peso que en otros momentos. La sesión de Bienes Personales es un ejemplo de eso, ya no da lo mismo perder tres votos en el camino a una sesión. El compromiso debe redoblarse porque la demanda de la ciudadanía, que pidió un cambio de rumbo, nos puso en esa situación. La diferencia es tan exigua que no deja lugar a distracciones.

 

-¿Qué opina del acercamiento entre Gerardo Morales y el presidente Alberto Fernández, que volvió a dividir las aguas en la oposición?

 

-Ahí se puede aplicar claramente el Teorema de Baglini, mientras más cerca se está del poder, menos intransigencia hay entre quienes protagonizan el diálogo político. Uno puede ser Milei y hacer o decir una barrabasada sin tener mayores consecuencias, pero si un diputado de un bloque mayoritario llega a sortear su sueldo, eso tiene otras consecuencias y otras lecturas. Algunos gobernadores tienen un mayor diálogo porque deben administrar sus provincias en un país en el que el Ejecutivo nacional maneja la caja con un criterio unitario terrible, y eso los hace más permeables a compartir algunas sugerencias del oficialismo. El problema no es estar abierto al diálogo, el problema es que el oficialismo borra con el codo todo lo que escribe con la mano. Es un gobierno mentiroso que no cumple nada de lo que dice y quienes se abren al diálogo quedan entrampados en esa situación.

 

-¿Imagina a Morales encabezando una lista presidencial?

 

-En la discusión pueden entrar muchos. Más allá de ser dialoguista o no, Gerardo Morales tiene una gestión para mostrar en Jujuy que está a la vanguardia en temas como la explotación del litio, la relación con las comunidades originarias, las políticas de género y un montón de otras cosas. Pensemos cómo estaba antes Jujuy y cómo está repuntando. Eso es lo que va a importar al final de la discusión. Ya pasó en 2015 cuando más allá de las capacidades de Ernesto Sanz y Elisa Carrió, el que tenía una gestión para mostrar detrás de su candidatura era Mauricio Macri. De ninguna manera, se va a definir a partir del diálogo que tenga con el Gobierno porque eso también puede cambiar.

 

-¿Cómo se imagina los últimos dos años de Schiaretti?

 

-La gente empieza a tener un rol mucho más activo, por lo que los representantes deberán hacerse cargo de su rol y actuar en esa dirección. Pongamos el ejemplo de la ley que regularizó el juego o en la negativa a tratar el proyecto Ficha Limpia. El poder está derrotando a la política y, mientras eso pase, vamos a estar cada vez más lejos de la agenda de la gente. Eso pasa en todos los niveles, estamos pasando un verano del infierno sin agua y sin luz. Si no solucionamos eso, no hay maquillaje que alcance. El peronismo va a jugar el juego que más le gusta, que es ver cómo se mantiene en el poder y la obligación de la oposición será mostrar una coherencia y una firmeza, que por momentos no queda tan claro.

 

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