SEGUNDO TIEMPO

Perotti y Domínguez, la esperanza blanca del peronismo núcleo

El gobernador santafesino y el ministro de Agricultura se conocen de hace años y sintonizan la misma frecuencia. Una sociedad para caminar tierra hostil.

El ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Julián Domínguez, y el gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, mantienen una relación estrecha. Aunque cae de maduro la necesidad de un vínculo entre una provincia agroindustrial y la cartera en ese rubro, ambos dirigentes se encargan de mostrarse en fotos de forma permanente.

 

La relación comenzó en tiempos de Domínguez como ministro de Agricultura de Cristina Fernández y Perotti como intendente de Rafaela, y desde ahí no se cortó nunca. El vínculo y el diálogo se estrechó cuando compartieron la Cámara de Diputados entre 2011 y 2015.

 

Hoy, esa sociedad les brinda sus frutos y en cada oportunidad que hay aprovechan para sacarse una foto. La llegada de Domínguez le dio aire a Perotti, a quien le tocó mostrarse oficialista pero, al mismo tiempo, defender los intereses de la provincia durante el cierre de las exportaciones de carne.

 

“Perotti encontró a un par en el gabinete”, destacan en el entorno del ministro. El santafesino se caracteriza por tender puentes con el sector productivo, trabajar de manera mancomunada con el sector privado y mucha gestión, señalan cerca del gobernador. La relación con el sector privado es tal que el presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario, Miguel Simioni, reconoció: “Es muy allegado a esta casa, donde podemos discutir todos los temas: producción, la cadena, hidrovía, inseguridad, entre otros”.

 

Quienes conocen a Domínguez lo describen con una identidad y visión política muy similar. “Hablan el mismo idioma”, reconocen aquellos que conocen y trabajaron con ambos. Desde un primer momento, los dirigentes se mostraron juntos. Omar Perotti fue el primer gobernador que recibió Domínguez y ese fue el puntapié inicial de una nueva etapa en esta sociedad política, que algunos definen como amistad.

 

En el círculo íntimo del ministro sostienen que le encomendaron federalizar el gobierno y diversificar la producción. En esa tarea, encuentra en Perotti a un buen ladero. Además, sostienen que uno de los objetivos de Domínguez es recuperar la identidad peronista en la pampa húmeda. Perotti como persona del interior y con identidad productivista es una apuesta importante.

 

“Son los dos dirigentes peronistas que pueden recorrer la zona núcleo sin problemas”, remarcan quienes se mueven dentro del Partido Justicialista. Además, dejaron entrever que son las personas que le pueden disputar el voto a Macri para el 2023. Sin embargo, aseguran que Domínguez no tiene intenciones de reeditar la candidatura a gobernador de Buenos Aires como en 2015. “Va a estar donde lo convoquen”, aseguran.

 

Por su parte, Perotti se encuentra con dos años de gestión por delante y debe rearmarse para el 2023 porque Santa Fe no tiene reelección. En este sentido, quienes conocen el vínculo entienden que, con Domínguez en el ministerio, el gobernador va a tener a un integrante del gabinete nacional con quien caminar y, además, con fondos y políticas destinadas a la esencia de la gestión del rafaelino: el sector productivo.

 

La de Perotti y Domínguez pareciera una sociedad win-win en la que, por ahora, dicen que no trabajan en un 2023 juntos. En el entorno del ministro destacan que la prioridad es reorganizar la estructura y empezar su gestión. “Hasta ahora se apagaron incendios”, manifestaron.

 

Lo prometido es deuda, dijo el ministro. Como una muestra más de esta sociedad, se realizará el primer Consejo Federal Agropecuario de 2022 en suelo santafesino a finales de enero. Perotti y Domínguez sumarán una foto más al álbum y encararán dos años de recorridas por el territorio. Como cantaba Pappo: “Nada como ir juntos a la par”.

 

Horacio Rosatti se pone al frente del cambio de procedimiento penal federal. (NA)
Martín Lousteau y Maximiliano PUllaro durante el proceso electoral.

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