LA ECONOMÍA 2022

El contexto global y la crisis propia ponen límites a la fábrica de dólares

Las exportaciones tuvieron una fuerte recuperación el año pasado, pero difícilmente mantengan la tendencia. Son clave para el cepo, el crecimiento y la deuda.

El año pasado fue de rebote en la mayoría de los rubros de la economía, uno más fuerte que el esperado por muchos. Las exportaciones no fueron la excepción, ítem que merece una atención especial de cara el nuevo año debido a su rol clave en varias dimensiones. La "fábrica de dólares genuinos" deberá solventar en los próximos años el pago de la deuda renegociada –con los acreedores privados– y por renegociar –con el Fondo Monetario Internacional y con el Club de París–. Además, el excedente comercial que –ojalá– se sostenga financiará la importación de insumos cruciales para la expansión de la producción y, con ello, del crecimiento económico, el empleo y los ingresos de la población. Por último, la dureza del cepo será inversamente proporcional a la disponibilidad de divisas en el Banco Central. Así las cosas, ¿a dónde va la Argentina?

 

De acuerdo con las cifras oficiales más recientes del comercio exterior, correspondientes a noviembre, las exportaciones de los primeros 11 meses del año ascendieron a 71.320 millones de dólares, nada menos que 38,9% por encima de 2020, el año del Gran Confinamiento por la pandemia y de la semiparalización del tráfico mundial de productos y servicios.

 

En tanto, las importaciones alcanzaron a 56.968 millones, un crecimiento interanual del 48,2%, superior al de las ventas externas. Esto se explica en el hecho de que la reactivación de la economía generó, como es habitual, un incremento de las compras al exterior, tanto de bienes de consumo como de insumos y partes para la producción, especialmente la industrial.

 

Fuente: INDEC.

De lo anterior surge un saldo positivo para el país de 14.352 millones de dólares entre enero y noviembre que seguramente se estirará cuando se conozcan los datos de diciembre. ¿Boom a la vista?

 

Según fuentes oficiales, la economía nacional se liberaría de todas sus trabas cambiarias, el llamado "cepo", y liberaría en mayor medida sus posibilidades de inversión y producción si el país exportara, al menos, 90.000 millones de dólares por año. El número que dejó 2021 está todavía lejos de ese umbral y, mucho más, de la promesa de Alberto Fernández de duplicar las ventas externas. Spoiler: el auge aún no está en marcha.

 

Según un informe del consultor y analista Marcelo Elizondo, director de DNI Consultores y presidente del Capítulo Argentino de la International Society for Performance Improvement (ISPI), los datos del mes pasado harán que las exportaciones de 2021 superen los 76.000 millones de dólares y que las importaciones sean de más de 62.000 millones. De ese modo, el superávit quedaría ubicado en torno a los 14.000 millones de dólares.

 

Cuando se habla de un crecimiento de las exportaciones del orden del 40%, debe tenerse en cuenta que la base de comparación es extraordinariamente baja. De ese modo, las exportaciones del año pasado fueron menores que las de 2010, 2011, 2012 y 2013.

 

Además, el salto del último año fue producto de una suma de factores exógenos como los elevados precios de las materias primas –el 70% de las exportaciones nacionales corresponden al complejo agrícola, la mayor proporción en 40 años–, la recuperación del comercio internacional a un ritmo de 10% según volúmenes, la política monetaria expansiva de los Estados Unidos, que infló los precios de todas las mercancías que cotizan en dólares, y el impulso que supuso un rebote fuerte de las economías de los principales clientes de la Argentina (Brasil, China, India, Estados Unidos y la Unión Europea).

 

Cabe destacar especialmente, según el trabajo de Elizondo, otro factor que ayudó a potenciar el saldo comercial favorable: la recuperación del comercio mundial de bienes fue mucho más rápida que la del de servicios, ítem, este último, habitualmente deficitario para la Argentina, como se comprueba especialmente en el caso del turismo.

 

De acuerdo con el trabajo, si bien "el resultado nominal en dólares de las exportaciones de bienes de la Argentina en 2021 es muy satisfactorio", todavía está unos 5.000 millones por debajo del récord de 2011.

 

De hecho, ese buen desempeño debe entenderse en el marco de un contexto global de recuperación. Así, de acuerdo con datos del Banco Mundial, las exportaciones argentinas representaron, el año pasado, 0,34% del total mundial, por debajo del 0,45% de 2010.

 

Según Elizondo, las tendencias externas que jugaron a favor el año pasado desaparecerán totalmente o en parte este año.

 

En ese marco, cita a la Organización Mundial de Comercio (OMC) para recortar a menos de la mitad la expansión del comercio internacional tras el salto del 10% de 2021.

 

Segundo, el crecimiento de Brasil –principal comprador de productos industriales argentinos– caerá del 4,5% estimado para el año pasado a apenas 0,36% en el actual, de acuerdo con el informe Focus que elabora el Banco Central de ese país.

 

En tercer lugar, dice Elizondo, "es muy relevante que la política monetaria en Estados Unidos se ajustará" con una esperable suba de la tasa de interés, "debilitando probablemente precios internacionales –casi 80% del comercio internacional planetario opera en dólares–".

 

Cuarto, llama a ser conservador en cuanto a previsiones al considerar factores domésticos como la brecha entre los tipos de cambio paralelos y oficial –expectativas de devaluación mediante, desalienta la liquidación de exportaciones y acelera las importaciones–, la persistencia de retenciones y altos impuestos a la producción, la inestabilidad macroeconómica y la sobrerregulación de la actividad productiva.

 

Por último, lista "hipotéticos riesgos globales como el poco previsible comportamiento de la pandemia y posibles novedades geopolíticas", entre otros.

 

Por todo lo anterior, el especialista concluye, de modo provisional, que las exportaciones argentinas no crecerían este año en relación con 2021, mientras que las importaciones sí se acercarían a su valor promedio de los últimos diez años. De allí que quepa esperar un superávit del comercio de bienes entre 8.000 y 9.000 millones de dólares, cifra condicionada, además, por lo que arroje la balanza de servicios.

 

Para liberarse de sus cepos y dar lugar a un proceso de desarrollo debidamente financiado por la "máquina de dólares" comerciales, la Argentina necesita mucho más que condiciones externas extraordinarias. El ordenamiento de la macro y la mejora sostenida de las expectativas y la inversión son objetivos ya ineludibles para el país.

 

Martín Menem y Karina Milei.
Javier Milei en una exposición de maquinaria agrícola, uno de los pocos sectores industriales con expectativas

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