PROYECCIÓN '23

El gen de la supervivencia se empieza a activar en intendentes de JxC en Córdoba

Sin re-re ni liderazgo provincial definido, jefes y jefas municipales aliancistas bocetan su propio juego. Prioridad, preservar el territorio. Unidad, se verá.

CÓRDOBA (Corresponsalía) Intendentes e intendentas de Juntos por el Cambio (JxC) en la provincia no tienen un manual de estilo para jugar en la ronda electoral de 2023 y esto supone un problema para quienes aseguran que la única garantía del triunfo aliancista es la unidad. Con la convocatoria a las urnas en La Falda, definida esta semana para el 19 de marzo próximo, en varios municipios cayeron en la cuenta de que quienes tienen la responsabilidad de mover el voto en el territorio no tienen la malla de contención suficiente, ni liderazgos claros para unir esfuerzos el día de la elección provincial y empujar la candidatura que surja de la interna o el consenso.

 

El gobernador Juan Schiaretti canceló la posibilidad de modificar la ley que impide las re-reelecciones indefinidas y así lo hizo saber por medio de su flamante ministro de Gobierno y Seguridad, Julián López. En JxC, al menos un centenar de intendencias habían presentado sus notas para discutir su futuro en la Legislatura. Sin chances, como todo parece indicar, la prioridad es sellar la sucesión en sus gobiernos, más que dedicarse a la suerte de quien resulte el aspirante a la gobernación para enfrentar al peronista Martín Llaryora en la cuadrícula de la Boleta Única.

 

A su vez, la incertidumbre sobre la evolución de las discusiones por las candidaturas que ha entrado en un show de cumbres y contracumbres, de amagues mediáticos y desandes políticos, alimenta la postura conservadora intendentista. ¿Por qué deberían “pegar” sus elecciones a los comicios generales en un escenario tan confuso y sin variables que jueguen a su favor? El gen de la autopreservación política cordobesa empieza a tallar. Ejemplos abundan y algunos son muy ilustrativos de esta estrategia.

 

El entonces intendente de Villa Allende e íntimo amigo de Mauricio Macri, Eduardo “Gato” Romero, resolvió en 2019 buscar su reelección lo más alejado posible del turno nacional, ratificando con la decisión el fracaso de la política del Presidente y de Cambiemos. Las tardes de golf no se discontinuaron años después. También, el jefe del “kilómetro cero del cambio”, el marcosjuarense Pedro Dellarossa, en 2018 prohibió la entrada a referentes nacionales desgastados por la crisis; a diferencia de este año que abrió las puertas a toda figura de JxC que le ayudara a hacer sombra a un hiperactivo gobernador.

 

El recuerdo de la atomización de la coalición en la compulsa provincial de mayo de 2019 pesa fuerte en la toma de decisiones para el inmediato 2023. En aquella oportunidad, la desarticulación fue tal que la UCR perdió 30 intendencias que gobernaba, incluida la Capital. El PRO, dos. En cambio, el PJ anexó 49. Este precedente refuerza la tendencia separatista, aunque en el contexto actual es usada para jugar en la propia interna de JxC que promete –con suerte– definiciones recién para marzo, según desliza uno de los mejores posicionados, el radical Rodrigo de Loredo, para la exasperación del primero en cantar el puesto, Luis Juez.

 

Expectativa vs. realidad

Las autoridades municipales enroladas en JxC se nuclean en distintos bloques: Foro de Intendentes Radicales; Municipios y Comunas Radicales (Mucora) y Comupro. En el plano de los deseos, la intención es lograr una estrategia articulada. Sin embargo, en el de las realidades, el panorama indica lo contario.

 

Empezando por el Comupro, núcleo que lidera el intendente de James Craik, Oscar Fasolis, la convivencia de distintos espacios políticos en esta liga de unas 30 localidades (fundada por el entonces macrista Gabriel Frizza para que funcionara como el alter ego del ente de la UCR, y que luego giró hacia el perfil vecinalista) indica la libertad de acción en materia electoral como la mejor herramienta. Se sabe que en algunos casos juegan para Hacemos por Córdoba y en otros para JxC.

 

En los núcleos del partido centenario la posición está dividida. Ariel Grich, del Foro radical, mantiene en reserva su visión sobre quién sería el candidato más recomendable y sobre la conveniencia o no de plegar los comicios a las elecciones generales, aunque en los mentideros de la política se lo conoce como el portavoz de una opinión según la cara del cliente. En definitiva, está sumido en las mismas incertidumbres sobre el año próximo que sacuden a la alianza.

 

En tanto, Daniel Salibi (Mucora), el intendentismo de buenas relaciones con el schiarettismo referenciados en Myrian Prunotto (Estación Juárez Celman) y Gustavo Benedetti (Arroyito); más el pelotón de alcaldes que se referencia en De Loredo, atan la posibilidad de firmar un gran domingo electoral en función de la resolución de la interna cambiemista y su resultado. Juez sigue dividiendo aguas en el radicalismo y la indefinición de De Loredo exaspera a unos cuántos que ven en las filas de Hacemos por Córdoba un respaldo seguro a sus pretensiones políticas.

 

“La idea es ir todos juntos, detrás de una opción con chances reales de ganar. Esa es la variable de ajuste: pedimos que la formula sea competitiva y que no se dé un escenario como el de 2019, porque sería un suicidio”, condicionaba un hombre del riñón del deloredismo en diálogo con Letra P, en la víspera del acto que tuvo al diputado de Evolución UCR como el gran protagonista.

 

Como se observa, el juego con la fecha electoral no es de monopolio exclusivo de Schiaretti. En los últimos días, volvió a escucharse en los círculos de la alianza la versión de que el gobernador autorizaría durante el Mundial de Fútbol la modificación del Código Electoral para adelantar las elecciones, tal como hiciera en noviembre de 2018, cuando en una conferencia de prensa en la Legislatura se anunció la suspensión del apartado referido a la fecha.

 

Si bien esta situación acortaría los tiempos de instalación de Llaryora en el interior provincial, desorganizaría a JxC porque tendría que apurar los consensos u organizar la interna en ojotas y bermudas.

 

En el PRO intentan llevar calma: “Esta crisis del PJ los bloqueó, están desorientados por la posibilidad de que JxC esta vez compita unido y porque Llaryora no penetra en el interior. La única que les queda es acercarse a la mesa nacional y desde allí descomponer Córdoba. No veo otra para que puedan retener el poder. Hoy los veo más acercando la fecha de las elecciones al calendario nacional que adelantándola”.

 

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