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#ESPECIALPASO2023

Las PASO achicaron al peronismo

Las primarias tienen un efecto ordenador del voto rival: el PJ bonaerense perdió diez legisladores en el tránsito a las generales.

Toda definición de reglas de competencia electoral fija, en última instancia, el sistema de incentivos que regulará el comportamiento de todos los actores -candidatos y votantes- de una elección. En ese sentido, el sistema de Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) en la Argentina no es la excepción.

Desde su implementación, en 2009, este cambio en la mecánica de competencia modificó el escenario político argentino y el comportamiento electoral. Produjo un proceso de “agregación de preferencias” muy particular que favorece lo que se llaman “votantes de identidad política negativa” frente a los “votantes de identidad política positiva”. Mientras los primeros se conducen por el rechazo a determinadas ideas, programas y espacios políticos; los segundos votan por adhesión o pertenencia.

Esta distinción aplica muy bien para discriminar el comportamiento del votante peronista/kirchnerista, que tiene una identidad más positiva del comportamiento del votante no peronista o anti kirchnerista, que mayormente se identifica como votante independiente y suele estar guiado más por la posibilidad de obturar el triunfo del peronismo/kirchnerismo que por el interés de promover el triunfo de la oferta o la alternativa electoral de preferencia.

Frente a la presencia de una porción importante de votantes de identidad negativa más que positiva, un sistema de primarias como el argentino -por ser obligatorio, ofrece mucha información para favorecer el voto estratégico- termina teniendo un efecto ordenador: el sistema le ofrece al electorado una instancia muy valiosa de información precisa respecto de cuál de todas las ofertas rivales está en mejores condiciones de ganarle la elección al espacio que más se rechaza.

Más de cal y menos de arena

Precisamente por este fenómeno ordenador de las PASO en la dinámica de competencia, el peronismo/kirchnerismo ha recogido más perjuicios que beneficios en el tránsito entre las primarias y las elecciones generales. Al repasar el comportamiento de los electores en la provincia de Buenos Aires, se ve que en la mayoría (2013, 2015, 2017 y 2019) la principal oferta rival a la oferta peronista/kirchnerista logra captar una mayor afluencia de votantes entre PASO y generales que los que logra recolectar el peronismo/kirchnerismo en este lapso. Esto probablemente sucede porque muchos de los votantes que rechazan al peronismo/kirchnerismo, guiados por un sentido utilitario de su voto, deciden migrar hacia la oferta más competitiva para ganarle al peronismo.

Este aspecto del proceso se puede observar en los resultados de las elecciones de legisladores provinciales en la provincia de Buenos Aires, una categoría que está bajo disputa en todos los turnos electorales.

Entre las PASO y las generales, el principal rival que enfrentó al peronismo/kirchnerismo en las elecciones 2013, 2015, 2017 y 2019 creció por encima del 20% respecto de las primarias, mientras que el peronismo/kirchnerismo solo en 2017 pudo crecer con doble dígito en ese lapso, impulsado por la migración de votantes de Florencio Randazzo, quienes, empujados por el magro resultado, prefirieron votar la oferta peronista más competitiva.

Este efecto, no se verifica en las elecciones que marcaron el debut de las PASO y en las últimas legislativas, pero porque operaron motivos particulares que las eximieron del efecto. En 2011, porque el resultado de las PASO fue tan abultado y definitorio, que no produjo efectos significativos en el comportamiento electoral registrado en la general; más bien el efecto fue que potenció al ganador de las PASO (efecto carro del vencedor). Al quedar el resultado ampliamente definido, redujo el efecto ordenador del voto opositor antiperonista/antikirchnerista.

Tampoco se verificó en 2021, cuando se produjo un fenómeno concomitante particular: un alto nivel de ausentismo en las PASO en zonas donde al peronismo le suele ir muy bien -el tercer cordón del Gran Buenos Aires, por ejemplo-. El peronismo/kirchnerismo logró, mediante un esfuerzo de sus organizaciones, movilizar en la elección general esa base de votantes y pudo contrarrestar el efecto ordenador de las PASO sobre la principal oferta no peronista que se había verificado en elecciones anteriores. La principal fuerza opositora al peronismo/kirchnerismo creció entre las PASO y las generales, pero el peronismo tuvo la oportunidad de aprovechar los márgenes de crecimiento que le dejó la baja participación de sus votantes en la PASO.

En números, este comportamiento potenciador de la principal oferta opositora al peronismo/kirchnerismo significó una reducción de las bancas legislativas en relación con las que pudiera haber obtenido según los votos de las PASO. Ese efecto reductor se notó mucho en las elecciones donde el peronismo era oficialismo en la provincia de Buenos Aires (2013-2015), donde perdió ocho potenciales legisladores provinciales entre las PASO y las generales, y se notó menos en las elecciones donde era oposición (2017-2019), donde perdió tres potenciales legisladores.

El peronismo/kirchnerismo se perdió de contar con cinco bancas del Senado y seis de la Cámara de Diputados provincial extra por los resultados entre 2013 y 2019. Sólo en la elección 2021, producto de aquella movilización de su base electoral que le permitió recortar distancia, logró un saldo favorable de una banca, cuando se compara la distribución según resultado de las PASO y de las generales.

En definitiva, observando los antecedentes en las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires, la incorporación de las PASO funcionó como una instancia ordenadora del voto refractario al peronismo/kirchnerismo que arroja un saldo negativo de diez escaños.

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