ELECCIONES 2023

Larreta busca también bendición y tropa evangélicas para su cruzada 2023

El jefe de Gobierno cultiva la relación con los pastores. El titular del IVC, Gabriel Mraida, y Santilli golpean, templo por templo, las puertas de ese cielo.

El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, no quiere dejar ninguna puerta por tocar en el diseño de su campaña para la presidencia. En ese plan, puso el foco en un sector que ganó mucho terreno en la sociedad en los últimos años: el voto evangélico. Las cifras que miran con detenimiento en la sede municipal de la calle Uspallata indican que en 2008 un 9% de la masa de fieles de todas las religiones estaba en esa congregación, para subir a un 18% diez años después.

 

La evangélica es el único de los credos que ve crecer su feligresía. La tendencia general, que consta en los registros del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, es a la baja. En 2018, el poder de convocatoria de estas iglesias quedó de manifiesto durante el debate por la despenalización del aborto cuando generaron marchas con 500.000 personas en promedio.

 

Luego de eso, el entonces presidente Mauricio Macri comenzó un acercamiento a este universo pensando en las elecciones de 2019, que finalmente perdería ante el Frente de Todos, pero el puente entre el PRO y este credo ya había comenzado a construirse. En 2015, antes que el exmandatario, el jefe de Gobierno anotó la necesidad de entablar una relación con este universo social.

 

Esto último fue potenciado por Larreta después de las elecciones de 2019 con el nombramiento del titular de Instituto de la Vivienda de la Ciudad (IVC), Gabriel Mraida. Hijo de un pastor, con relación con los hijos de los principales referentes de la Iglesia Evangélica y también con el directorio de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA), el funcionario es el principal encargado de fomentar el vínculo desde los programas de asistencia y desarrollo social que desarrolla la Ciudad en los barrios.

 

Tan sólo en las últimas dos semanas hubo tres acercamientos importantes entre las autoridades porteñas y la Iglesia Evangélica. Antes de la cumbre de alcaldes del C-40, el secretario general, Fernando Straface, recibió a las principales figuras de esa religión. Su par de Desarrollo Humano y Hábitat, María Migliore, tuvo también un encuentro con esa cúpula en el que mostró el plan para la urbanización de los barrios de emergencia y el titular de la cartera de Justicia y Seguridad, Marcelo D’Alessandro, tiene agendado una reunión para la semana que viene.

 

“Todo forma parte del objetivo de fomentar y mantener las relaciones”, explican en Uspallata. Mención aparte para la forma en la que se relaciona con esa Iglesia el diputado Diego Santilli, quien, además de un vinculo fluido con el evangelismo. se recostó mucho en esa tropa para recorrer la provincia de Buenos Aires. El refuerzo de ese vínculo, al punto tal de que el legislador mantiene conversaciones constantes con los pastores sobre todo del conurbano, se reforzó con el arribo de Cynthia Hotton al esquema de campaña.

 

La decisión de tener contacto directo con JxC también fue parte de la agenda de las iglesias evangélicas. “Necesitan un canal directo”, explicó una fuente conocedora de la relación. De esta forma, en 2019, además de la reelección del intendente de Junín, Pablo Petrecca, cuyo hermano es pastor; la diputada Dina Rezinovsky, cuyo padre es también pastor; el jefe comunal de Venado Tuerto (Santa Fe), Leonel Chiarella, miembro de esa congregación y el exlegislador neuquino David Schlereth representaron los espacios que le dio el PRO.

 

En la visión de Larreta, la relación con la iglesia evangélica se fundamenta, primero que nada, en la labor social que cumple ese culto en tiempos de crisis económica luego de la administración de Macri y la actual del Frente de Todos. “Es un canal directo y transparente de vinculación con la sociedad. que se potencia por la tarea asistencialista que realizan estas iglesias”, sostuvieron cerca del jefe de Gobierno. 

 

A la ecuación que hacen en Parque Patricios se suma que la mirada sobre el pastor en los barrios más carenciados es muy diferente a la que tiene el puntero. Existe, según explican allegados a Larreta, la convicción de que los integrantes de las iglesias son incapaces de “quedarse con un vuelto” y no sucede lo mismo con quienes se identifican con un partido político. Para fundamentar esa hipótesis, en el equipo del alcalde sostienen que, durante la cuarentena por la pandemia del covid-19, se repartieron millones de kilos de alimentos a través de las iglesias y no hubo sospechas sobre la manera en que administraron esos recursos. 

 

Junto a esas variables existe también una creencia, compartida con los pastores evangélicos, en la meritocracia. lo que refuerza el vínculo. Las prédicas de  Larreta, como también de buena parte del PRO, sobre la cultura del esfuerzo y del trabajo coinciden con los valores que bajan los pastores a sus fieles en cada discurso. Si a eso se le suma que, según las cifras de Aciera, hay 15.000 iglesias evangélicas, de las cuales 12.000 están afiliadas a esa organización, y que el número es mayor al de las oficinas que tiene la ANSES en todo el país, el negocio político asoma redondo.

 

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