LETRA P EN SAN PABLO

Máxima tensión en las rutas: las bases bolsonaristas piden por las Fuerzas Armadas

Hablan simpatizantes del presidente que concentran el aeropuerto de Guarulhos a la espera de la palabra del jefe de Estado. Hay más de 200 bloqueos.

SAN PABLO (Enviado especial) Cerca de la una de la tarde de este lunes, luego de que la justicia electoral confirmara la victoria del candidato por el Partido de los Trabajadores (PT), Luiz Inácio Lula da Silva, en el ballotage del domingo. Daniel vio por televisión las primeras protestas que se formaron en contra del triunfo opositor y tuvo una idea: armar su propio grupo de WhatsApp para cortar la única ruta de acceso al aeropuerto internacional de Guarulhos. "Al principio éramos 100 nada más, ahora somos más de dos mil", dice en diálogo con Letra P, a la vera del asfalto, mientras pide la intervención de las Fuerzas Armadas para "salvar a Brasil".

 

Una patrulla de la Policía Militar circula por la calle y toca bocina. Uno de los agentes se asoma por la ventana y hace un dos con los dedos, el gesto del bolsonarismo. Según la justicia electoral, debería levantar las protestas y acelerar el tránsito, pero no ocurre. "Son brasileños y nos cuidan porque quieren lo mejor para Brasil", segura Felipe mientras responde llamadas de teléfono y de WhatsApp. 'Estamos aquí", es la respuesta que más repite.

 

En 2003, 2007 y 2011, Wagner votó al PT, primero a Lula y después a Dilma Rousseff. "Con la corrupción nunca más", aclara y sostiene que el ahora presidente electo quiere aplicar el "comunismo" en Brasil. Es afrodescendiente y empresario, por eso vota a Bolsonaro porque, dice, el presidente "defiende al sector privado". "Las elecciones fueron robadas; Lula es un bandido y un ladrón", agrega. Al menos hasta ese momento, el oficialismo no había presentado ninguna prueba que acreditara esta denuncia. No importa: si ve a un militante de la oposición, promete, lo va a golpear y "mandar para Venezuela".

 

La lluvia empieza a caer en Guarulhos. Gabriela reúne a la tropa, saca un papel del bolsillo y lee una especie de manifiesto: "Le pedimos a Bolsonaro". El grupo la interrumpe. “Bolsonaro no, el presidente”, aporta uno. “Le pedimos al presidente que convoque a las Fuerzas Armadas”, repite la mujer. El grupo vuelve a la carga. “Fuerzas Armadas no, intervención federal”, aclara. En el fondo, la discordia es de forma porque “intervención federal” es un falso sinónimo de golpe de estado que se basa, sostiene el bolsonarismo, en las atribuciones judiciales del presidente para suspender las elecciones y realizar unas nuevas. “Queremos que el pueblo vuelva a votar. Un expresidiario no nos puede gobernar”, sostiene Anderson, un hombre de casi 60 años, canoso, que está en la protesta con su hija, Julieta.

 

Este martes, Brasil despertó con casi 300 cortes de ruta en 25 estados. En las calles están las bases más duras del bolsonarismo, que no aceptan la derrota de su líder y rechazan una vuelta al poder del “comunismo”. La Justicia ya ordenó el uso de la fuerza para levantarlas, pero la Policía mantiene una política de convivencia. Miles de personas esperan la palabra del presidente, quien mantiene un llamativo silencio desde la noche del domingo. “Cuando hable, va a probar que hubo fraude”, asegura Anderson. Según distintos reportes de prensa, el jefe de Estado esperaba el conteo de votos paralelo que realizaron las Fuerzas Armadas. 

 

-Si Bolsonaro acepta los resultados, ¿Qué pasa?- pregunta Letra P

 

-Acepto-, dicen dos hombres.

 

-No acepto nada. Que salgan los militares-, grita un grupo.

 

Con su celular, Felipe organiza una protesta para este miércoles que no será en el aeropuerto, sino en la entrada de una base militar del Ejército. “Tienen que saber que el pueblo está con ellos así no tienen miedo y defienden al país”, explica.

 

Al mismo tiempo, en grupos de WhatsApp del bolsonarismo se viralizó una convocatoria para manifestarse en la céntrica Avenida Paulista al mismo tiempo. “Seremos dos millones de personas”, promete Germina, una mujer de 67 años que pide que los militares marchen por todo el país. “!Viva Brasil, vivan nuestras fuerzas armadas”, grita y algunas personas la acompañan con las banderas de Brasil en alto.

 

Sobre la banquina de la ruta hay una pirámide con botellas de agua y sobre su base hay frutas y comida. Un hombre con una gorra militar que dice “Bolsonaro 2022” reparte golosinas entre los manifestantes.

 

El bolsonarismo es un movimiento de ultraderecha, masivo y organizado que no desaparecerá una vez que el presidente abandone el Palacio de Planalto.

 

Este domingo, Paulo votó al oficialismo porque el presidente defiende a los “trabajadores autónomos”, como él. “Lula es el ladrón más grande de la historia. Tuvo 14 años para ser el mejor y robó. Bolsonaro tuvo cuatro, una pandemia y una guerra y fue mucho mejor”, asegura. Es alto, corpulento, tiene un saco negro y responsabiliza al “comunismo de China” por el covid-19. “China debería pagar todas las vacunas del mundo e indemnizar a todas las personas que perdieron un familiar”, sostiene.

 

Los camiones pasan por la ruta y tocan bocina, algunos llevan la bandera de Brasil en el capot. Hay cerca de dos mil personas entre hombres, mujeres y adolescentes. “Seremos más, el comunismo no va a vencer”, promete Felipe y sostiene que el país no quiere a “Josef Stalin ni a Mao Zedong, sino la libertad”. Paulo saca su celular, filma la protesta y canta: “Lula ladrón, tu lugar es la prisión”. “Brasil está preparado para una guerra civil”, agita.

 

-¿Saldrás a la calle a participar si pasa?- pregunta Letra P

 

-Con certeza, con certeza.

 

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