#17N ELECCIONES 2023

A la cancha, que es la hora de sumar

CFK vuelve de nuevo. ¿Para volver o para volver a inventar un suplente? Dichos y hechos y los dibujos en la arena de la economía determinante.

Con "la fuerza de la esperanza"Cristina Fernández de Kirchner saldrá este jueves a la cancha ante una multitud en el Estadio Diego Maradona de La Plata, su segunda aparición desde el atentado que sufriera el 1 de septiembre y motivo de redobladas especulaciones acerca de su eventual candidatura presidencial para las elecciones de 2023.

 

Para una parte de la dirigencia que la sigue con fidelidad, esa postulación es un hecho inevitable. ¿Habrá hoy un indicio contundente en ese sentido? Ante lo que aún no se conoce, conviene optar por la prudencia. ¿No existía la misma la "certeza" en 2019, hasta que un sábado de mayo ella sorprendió al país al anunciar que iría de compañera de fórmula de Alberto Fernández?

 

Lo objetivo es que el crescendo de intervenciones de la vicepresidenta –las formales, con discurso incluido, y las informales, dadas por hechos y decisiones– conforman un plan de acción destinado a acumular apoyo a su alrededor, tanto en la interna del Frente de Todos, donde descolla, como fuera de él. El tiempo mostrará hasta qué punto lo segundo es igual o diferente de cero, lo que podría definir si será candidata o buscará una nueva alquimia para volver a ofrecer la amplia unidad del panperonismo con fines de dar pelea por el premio grande.

 

La opción, también bajo su propio nombre o el de algún incondicional, simplemente apuntaría a salir de 2023 como jefa de una oposición con poder de veto a un megaajuste. La segunda opción es temida por Axel Kicillof, quien no quiere que lo saquen de la lucha por la reelección en la provincia de Buenos Aires, pero no por Eduardo de Pedro, al que se lo ve con ganas de empezar a construir algo diferente en su carrera.

 

Como sea, este es momento de acumular respaldo; el tiempo dirá para quién y con qué presunción de éxito. Otra vez: ¿dará hoy alguna pista?

 

Dichos y hechos

Sin antagonismos no hay construcción política populista, como la peronista y, hay que decir todo, como toda la existente en países políticamente agrietados, incluso en las derechas. Claro que ese rasgo puede aparecer este jueves en el discurso de la única oradora del acto por el Día de la Militancia, pero lo que se espera que prime es la voluntad de mostrar amplitud. 

 

Fernández, cuya salud denuncia lo mucho que le está pesando este tiempo políticamente impiadoso, no está para hacerle de rival y Sergio Massa es tan necesario para aguantar los trapos que parece blindado al tipo de críticas con las que –por bastante menos– el cristinismo torturó a su predecesor, Martín Guzmán. Lo que queda afuera contiene, a su vez, un espacio que votó a Todos hace tres años y al que urge reconquistar en la mayor medida posible. Ya se sabe dónde está el enemigo.

 

Más allá de las palabras que Cristina pronuncie, con todo, otros gestos implican también una suerte de programa o plataforma electoral.

 

Igual que el antiperonismo recalcitrante, el Poder Judicial sí será un blanco, muy probablemente hoy y si no, mañana. El Senado convirtió en ley el Presupuesto 2023 –uno de ajuste, cabe recordar–, la prórroga de impuestos y el blanqueo para la compra de viviendas usadas, pero lo que se lleva los titulares es que también votó la designación de sus representantes al Consejo de la Magistratura a espaldas de lo decidido por la Corte Suprema, con Martín Doñate en la lista y no con Luis Juez. Medios que se oponen a sus modos e ideas señalaron al senador y a las senadoras no K que facilitaron el logro del cuórum ante la ausencia de Juntos por el Cambio, que judicializará el tema, así como la confirmación de tres jueces de cámara en Santa Cruz. Más allá de eso, es delicado el desconocimiento de un fallo del principal tribunal del país, que puede no gustar –mil veces no gusta–, pero no ignorarse. Se consuma, así, un conflicto de poderes peligroso y, en materia política, una pelea que empeora mucho de lo conocido.

 

En un video colgado en las redes sociales, la expresidenta ventiló las omisiones y parcialidades que le atribuye a quien investiga el atentado en su contra, la jueza María Eugenia Capuchetti. ¿Lo investiga a fondo o con freno de mano? Más que pulsear con la vice, el Poder Judicial debería darle a la sociedad seguridades al respecto.

 

En otro hecho que demuestra rumbo, Cristina y Massa decidieron otorgar un pago extra de 30.000 pesos al personal del Congreso, opción que Todos quiere generalizar para el sector privado, mientras el Presidente musita disquisiciones apenas audibles que parecen decir “bono sí, suma fija no". Un misterio insondable.

 

Dibujos en la arena

Todo cálculo electoral depende también de lo que ocurra en la economía, algo que quienes se apresuran a decir que Cristina Kirchner será o no será candidata no tienen en cuenta. En ese terreno, sobra la incertidumbre.

 

El dólar blue saltó otra vez y cerró la rueda del miércoles a 308 pesos –un récord desde julio–, mientras que el legal "contado con liquidación" –cada vez más influyente en los costos de empresas que deben importar insumos por la libre y, por ende, en la formación de precios– superó los 325 y estiró la brecha con el oficial a más del 100%. Para el equipo económico, la pelea por bajar la brecha es la condena de Sísifo.

 

Fuente: infodolar.com.

 

Los analistas se afanan por explicar lo que consideran una tendencia que preocupa. Cierta expansión monetaria muy reciente, dudas sobre la capacidad del Tesoro de refinanciar la deuda que está en manos privadas y nuevos ruidos en el oficialismo en torno a la política económica son las causas que esgrimen. Por algo Gabriel Rubinstein salió el martes a lanzar algunos mensajes que dieron qué pensar.

 

Pese a ello, cautela: el mes que viene, las empresas deben pagar aguinaldos y es posible que deban salir a vender parte de lo que hoy compran, lo que, de concretarse, le pondría un techo a lo que está ocurriendo. Mientras, la calificadora de riesgo Moody’s señaló, por boca de su vicepresidente y analista senior para Argentina, Gabriel Torres, que "el escenario para fin de 2023 es uno en el que más o menos se logra zafar sin que explote todo". Al fin una palabra de aliento.

 

Gabriela Pepe contó, desde Bali, que el Grupo de los 20 (G20) respaldó la idea argentina de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) revise el mes que viene su política de sobretasas, que penaliza con mayores cargas a los países más endeudados. En el encuentro que mantuvieron, Kristalina Georgieva le contó al presidenta argentino de su preocupación por la inflación, pero no debe haber tenido en cuenta que políticas que sus técnicos impulsan, como la aceleración de la depreciación cotidiana del peso y el aumento de tarifas, la alimentan en vez de frenarla.

 

Como sea, el punto de las sobretasas es interesante: su revisión, más la creación de un programa a 20 años –el Fondo de Resiliencia– son hoy tema de debate internacional porque Martín Guzmán los impulsó en su momento. Sí, Argentina fue pionera en esas materias.

 

Cuando se estaba por firmar la refinanciación de la deuda con el organismo, CFK le retiraba la palabra y Máximo Kirchner se preparaba para renunciar como jefe de bancada en la Cámara de Diputados y para votar contra el acuerdo, el entonces ministro y el propio Presidente explicaban que los costos extra iban a caer más temprano que tarde cuando el mundo reparara en que la invadida Ucrania –protegida de Estados Unidos– era la segunda deudora del Fondo y que semejante penalización era inviable; meses atrás, Letra P informó que ese argumento abiertamente era esgrimido en la interna, sin que el cristinismo escuchara. En tanto, respecto de los 20 años, tal posibilidad no existía en la normativa del FMI y era necesario arar mucho para lograr un cambio paulatino al respecto que permita alguna vez reprogramar deudas de modo más realista. El programa ahora existe, pero llevará tiempo que se hiciera con un fondeo grande.

 

En el centro, Gildo Insfrán, presidente del Congreso del PJ, ladeado por Axel Kicillof, Lucía Corpacci y Juan Manzur. 
El Conicet, blanco de la motosierra libertaria.

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