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La apuesta Mundial de la TV Pública para sostener la TDA

Asediada y con números rojos, la señal estatal se juega un pleno en Qatar. Una inversión módica para poner en valor una política "experimental" de origen K.

Mediante la Televisión Digital Abierta (TDA) se podrán ver los 32 partidos del Mundial de Qatar 2022 que transmitirá la TV Pública en alta definición o HD, por lo que este sistema y su buen funcionamiento vuelven a ser tema de interés tanto para el Gobierno como para las audiencias. Las transmisiones de Brasil 2014 y Rusia 2018 muestran que en el período mundialista la audiencia de la TV Pública triplica el promedio anual de la emisora; por lo que el canal estatal tiene una vez más la posibilidad de llegar a buena parte del país y reconectar, aunque sea por un mes, con una audiencia que desde hace años no reacciona a casi ninguna de las propuestas de su programación.

 

La penetración de TDA, una de sus grandes debilidades, ronda el 9% y 11% de los hogares a nivel nacional, según dos estudios encargados por el Consejo Asesor del Sistema Argentino de Televisión Digital. Se trata, afirman en oficinas gubernamentales, de más de cuatro millones de personas que miran televisión abierta en esta modalidad en el país. Una cifra en ascenso desde las últimas mediciones en 2014 y 2015, y nada despreciable en un territorio con cerca del 80% de penetración de la televisión paga. 

 

“Los índices de interés van de la mano de los torneos oficiales en los que participa la Selección de fútbol masculina, donde se alcanzan valores superiores al 20% como valores históricos”, afirman fuentes de la Empresa Argentina de Soluciones Satelitales (ARSAT) consultadas por Letra P.

 

Con la presencia de numerosas figuras del canal, la TV Pública presentó días atrás su propuesta para la cobertura de Qatar 2022. Tanto Rosario Lufrano como Claudio Martínez, presidenta de Radio y Televisión Argentina (RTA) y director ejecutivo del canal, respectivamente, destacaron el uso “racional” de los recursos en la cobertura mundialista.

 

Martínez aseguró que el dinero destinado a Qatar 2022 se corresponde con un “presupuesto racional y austero”, en sintonía con los tiempos críticos de la economía del país. Por su parte, Lufrano destacó que todas las decisiones relativas a la transmisión del evento fueron tomadas por unanimidad en el Directorio de RTA de siete integrantes, que incluyen dos representantes de la oposición. “Cuando escuchen en algún medio privado que hay despilfarro en la TV Pública y no se sabe cuánto se gasta en el Mundial, es falso”, enfatizó la funcionaria luego de que, días antes, se conociera el Plan de Acción y Presupuesto para el ejercicio 2022 de RTA, que estima una pérdida operativa para este ejercicio de $ 14.346 millones.

 

El costo mayor por la trasmisión de los 32 partidos del Mundial es el sub-licenciamiento de los derechos, por un valor fijo de U$S 8 millones. La empresa destaca que abonó por este concepto “el mismo monto que la gestión anterior por el mundial de Rusia 2018”. Al cierre de esta nota, RTA informaba haber colocado publicidad por $ 1.284.914.095 (unos U$S 8,5 millones al tipo de cambio oficial), por lo que, según el contrato celebrado con TyC International BV, debe ceder el 50% de esos ingresos netos a la FIFA. A esta inversión y los costos hundidos por la operatoria habitual del canal y las radios, se suma el envío a Qatar de equipamiento tecnológico y un plantel de 27 personas; concepto que adiciona al presupuesto $ 42.580.261 entre pasajes, alojamientos, seguros y viáticos.

 

Un proyecto tecnológico eternamente “experimental”

TDA fue uno de los grandes proyectos tecnológicos del último kirchnerismo. De dimensiones faraónicas, la obra comandada por la extinta cartera de Planificación de Julio de Vido, demandó una cuantiosa inversión en instalación de infraestructura de transmisión, el reparto de 1,6 millones de decodificadores a población vulnerable y la producción de cientos de horas de contenidos audiovisuales. El servicio, disponible por vía terrestre o satelital para la mayor parte de la población, permite ver 17 canales en todo el país y conserva desde el origen el carácter “experimental”. Esto último da amparo legal a que el funcionariado de turno pueda decidir discrecionalmente cómo se conforma parte de la grilla.

 

Definida desde 2016 por el entonces oficialismo como “la mochila de plomo” de ARSAT, TDA estuvo lejos de ser un proyecto prioritario para la administración de Mauricio Macri, que apostó a su declinación. Según Gonzalo Carbajal, coordinador general del Consejo Asesor de la TDA, el macrismo “no supo qué hacer con la TDA, pero en algún momento dejaron que tuviera un decaimiento vegetativo”, al detener el recambio y mantenimiento tecnológico necesarios. Consultado por Letra P sobre la política para TDA durante su gestión, el extitular del Sistema Federal de Medios, Hernán Lombardi, no realizó comentarios. 

 

Desde 2020, la Secretaría de Innovación Pública a través de la estatal ARSAT comenzó un proceso de recuperación de los activos del sistema. Sin embargo, los recursos destinados a la puesta en valor de TDA, compuesta por unas 100 estaciones de transmisión dispersas en el país, se limitaron a menos de U$S 3 millones provenientes de un crédito internacional; una plantilla de planta de nueve personas de ARSAT y un equipo técnico de siete integrantes con contrato temporal hasta enero de 2023. En la empresa de soluciones satelitales, brazo ejecutor del mantenimiento de TDA, se mira con indolencia y desinterés este proyecto, más parecido a un servicio público deficitario que a sus otras y más lucrativas unidades de negocio a las que destina esfuerzos y recursos. 

 

El mantenimiento del sistema le cuesta al Tesoro aproximadamente unos $ 200 millones por mes, por lo que fuentes gubernamentales reconocen que TDA resultaría de más interés si tuviera entre sus contenidos algunos de los eventos deportivos que la televisión paga mantiene en exclusiva. El Mundial marca siempre la oportunidad de visibilizar esta política e incrementar su adopción.

 

La Agencia de Noticias Télam continúa cerrada y la intervención oficial resolvió abrir retiros voluntarios para achicar la estructura.
Héctor Magnetto, ceo de Clarín, titular indiscutidoy uno de los más afectados por el caputazo a la pauta oficial.

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