La Cancillería argentina, que conduce Santiago Cafiero, citó a la embajadora del Reino Unido, Kirsty Hayes, para manifestarle el “malestar” del Gobierno por el entrenamiento de militares kosovares en las Islas Malvinas, un gesto considerado como una “provocación innecesaria y de difícil comprensión” por parte de la Casa Rosada.
Según supo Letra P, el secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Guillermo Carmona, recibió a Hayes el martes junto al subsecretario de Política Exterior, Claudio Rozencwaig. El gesto tendió a demostrar que el planteo fue una decisión orgánica de la diplomacia nacional.
Además de que el entrenamiento de kosovares supone una nueva acción tendiente a la militarización de las islas usurpadas y del Atlántico Sur en general, cabe señalar que la Argentina no reconoce la independencia de Kosovo.
Ese territorio es reclamado por Serbia y la Argentina, que -justamente por la causa Malvinas- defiende el principio de integridad territorial de los Estados ante posturas separatistas, es respetuosa de ello.
Carmona le reclamó a la embajadora británica que su gobierno revierta esa decisión -que ya es oficial, aunque la fecha de su ejecución no ha sido todavía anunciada- y le manifestó que, de no darse una marcha atrás, nuestro país se reserva el derecho de revisión los acuerdos de cooperación en curso entre ambos países.