RICOS & QUEJOSOS

"Inútil" y "para la tribuna": el Círculo Rojo ya combate el impuesto a la fuga

Cal: el G6 acusa que el objetivo es aumentar la imagen diabólica del empresariado. Y arena: confían que no pasará el Congreso para evitar volver a Tribunales.

El Círculo Rojo ya descarta por "inútil" al proyecto de ley presentado por el oficialismo para pagar la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) a través de un impuesto sobre los bienes “que fueron fugados y no están declarados en el fisco”. Con reproches por "jugar para la tribuna" y "acusar a los empresarios de ser el mal del país", el poder económico desestima participar del "blanqueo encubierto" que el Frente de Todos lanzó de la mano de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, con el aval del jefe de Estado, Alberto Fernández. Como contraataque, resonó una clásica alarma: "El clima de negocios es cada vez más turbio y con amenazas y cambios de regla de juego, la inestabilidad seguirá en todos lados, especialmente en los precios".

 

"Esto es un blanqueo encubierto y los blanqueos han servido muy poco al país. Se necesitan otras herramientas para generar confianza, pero a través de miedo y otras cosas, vamos cada día un paso más para atrás", disparó, en estricto off the record, el jefe de una de las seis organizaciones empresarias que integran el poderoso Grupo de los Seis (G6), consultado por Letra P. Sin excepciones, las declaraciones fuera de micrófono fueron regla debido al temor de "represalias" del Gobierno. "No queremos quedar como encubridores de personas que fugan plata. Si decimos lo que pensamos, enseguida nos quieren demonizar", aclaró otra de las fuentes. Como antecedente están las 200 demandas premium que se presentaron en los tribunales para intentar no pagar el Impuesto a la riqueza. 

 

No fue aleatoria la elección del léxico. Pocas horas antes, el Presidente llegó a tildar de "diablos" a los empresarios que remarcan precios en medio de una inflación descontrolada e hizo eje en la producción y comercialización de los alimentos. Entre ellos están las fábricas que participan en la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (COPAL), un sector de mucho peso en la Unión Industrial Argentina (UIA). Ambas entidades, de primer y segundo grados, son comandadas por el abogado laboralista Daniel Funes de Rioja.

 

"Es una locura que sólo genera más incertidumbres y una visión negativa hacia el futuro. Todo esto se refleja en todos los sectores de negocios privados", se quejó el dueño de una fábrica que también integra la conducción de la UIA. Los industriales, con mayor afinidad a las políticas productivas del Gobierno, también se mostraron "preocupados" por la avanzada antiempresa del kirchnerismo, respaldado por todo el arco oficialista.

 

Las fábricas, que quedaron en el fuego cruzado de la guerra contra la inflación, aprovecharon para dejar claro que la suba de precios en góndolas como en otros rubros de la actividad económica está marcada, además de por la crisis mundial, por "un clima de negocios enrarecido". "Después el Gobierno pregunta por qué se remarca por las dudas y cómo se pueden bajar las expectativas inflacionarias", señaló, de manera retórica, el mismo empresario fabril.

 

Esa postura no es aislada en la UIA. Uno de los vicepresidentes de la entidad sumó otra mirada pesimista. "Es poco serio. Esto es un blanqueo de capital y no sé cuánta gente va a hacerlo ahora", advirtió.

 

Caza de brujas

Otra fuente empresaria, vinculada al mundo mercantil, mostró su incredulidad sobre la intención del oficialismo, al señalar: "En la actualidad, la AFIP (Administración Federal de Ingresos Públicos), comandada por Mercedes Marcó del Pont, tiene herramientas para detectar si existen bienes en el exterior que no fueron declarados". En esa línea, apuntó que están vigentes "distintos convenios con muchos países del mundo que le permiten al organismo cobrar el 35% de multa, que es mucho más que el propuesto en el proyecto de ley".

 

Todo conduce a una desconfianza creciente del empresariado local sobre la necesidad de "agrandar la figura endemoniada del sector privado", según coincidieron los referentes del G6 consultados por Letra P. Incluso, tildaron de "rareza" la creación de "la figura del colaborador": "Es peligroso, porque se puede llegar a prestar a venganzas. Con tal de juntar un dinero, que puede ser importante, se va a crear una caza de brujas". 

 

El problema que existe, grafica la óptica empresaria, es la instalación de un clima de negocios que prohíba el crecimiento de las empresas. "Si esta escalada se multiplica, podemos caer en la trampa de considerar a los generadores de riqueza y de puestos de trabajo como enemigos de la Patria. Nadie quiere invertir y proyectar su destino en un país que lo considera un traidor", alertó otro de los que se sienta en la mesa del G6. En esa mesa del poder están convencidos de que el proyecto oficialista es sólo "jueguito para la tribuna".

 

"¿Alguien piensa que van a enganchar a mucha gente? Nadie va a blanquear y menos con un costo del 20%. Puede ser que algún contador o alguien delate a algún tipo que sepa", sentenció un empresario consultado por Letra P. Hay una segunda sentencia: "La ley no va a salir, así que no me preocupa".

 

El Círculo Rojo siente que el debate no será práctico de manera legal, pero admite que las esquirlas ya lo rozaron. "Lo único que vale es el relato, que dice que nosotros somos los culpables de todos los males del país, que no dejamos hacer las cosas, que aumentamos los precios y nos fugamos la plata y que los funcionarios políticos son los buenos", se resignó el líder de una de las seis patas del G6.

 

Martín Menem y Karina Milei.
Javier Milei en una exposición de maquinaria agrícola, uno de los pocos sectores industriales con expectativas

También te puede interesar