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Las acciones del FdT: cómo se reparten las intendencias del conurbano

Los 24 distritos gobernados por el peronismo acumulan el 54% del padrón bonaerense. Supremacía K, el armado de AF, el massismo y los electrones sueltos.

LA PLATA (Corresponsalía Buenos Aires) La última elección legislativa dejó evidenciado, una vez más, el poder de fuego de las intendencias del conurbano en la recolección de votos. La región es determinante para la elección en la provincia de Buenos Aires y tiene gran incidencia en la compulsa nacional. En medio de la crisis del Frente de Todos (FdT), vale preguntarse cómo se reparte el poder territorial entre las tribus de la coalición gobernante. Veinticuatro distritos del denominado conurbano bonaerense ampliado gobernados por el peronismo acumulan el 54,8% del padrón electoral provincial. Son 7.230.680 electores, de un total de 13.185.036, según el padrón publicado por la Junta Electoral para la elección de 2019. La comandancia de esos distritos peronistas está en manos de tres tribus: once están en manos de intendentes alineados al kirchnerismo, siete se ubican en el albertirsmo neonato y dos forman parte del Frente Renovador (FR). En tanto, cuatro son difíciles de clasificar en alguno de los sectores.

 

Con sello K

El kirchnerismo es quien más acciones territoriales tiene en la alianza de gobierno. Se explica, fundamentalmente, en la tracción de votos de Cristina Fernández en los conglomerados urbanos del primer y segundo cordón del conurbano. No solo gobierna la mayor cantidad de intendencias (once), sino las más populosas, las de mayor peso electoral. Algunos números: La Matanza, Lomas de Zamora, Quilmes, Almirante Brown y Merlo amontonan tres millones de electorales.

 

Quilmes, comandada por Mayra Mendoza, es la única intendencia del conurbano en manos de La Cámpora. Suma al kirchnerismo el jefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde, jefe comunal en uso de licencia de Lomas de Zamora y referente de otros intendentes, entre los que se cuentan a Mariano Cascallares -también con licencia-, jefe político de Almirante Brown; el ministro de Infraestructura, Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas); y el jefe comunal de San Vicente, Nicolás Mantegazza.

 

Sentado sobre la montaña de votos que aporta La Matanza está Fernando Espinoza, quien en 2019 ganó con el 64,18%, más de medio millón de sufragios. Se suman a la tribu los cristinistas Mario Secco (Ensenada) y Federico Achával (Pilar); el intendente de Florencio Varela, Andrés Watson, alineado en el esquema del insaurraldismo, aunque su jefe político, Julio Pereyra, mantiene una excelente relación con el Presidente y un trato diario con el jefe de Gabinete Juan Manzur; el titular del BAPRO e intendente con uso de licencia de Merlo, Gustavo Menéndez, de buen vínculo con todas las tribus pero, junto a Insaurralde, quien le abrió las puertas del PJ bonaerense a Máximo Kirchner, y el dirigente de Nuevo Encuentro e intendente de Morón, Lucas Ghi.

 

Con F de Fernández

En la tropa en línea con Alberto Fernández se anotan seis intendentes y una intendenta. Tres de ellos están de licencia en sus municipios y ocupan cargos en el gobierno nacional: Gabriel Katopodis (San Martín), a cargo del Ministerio Obras Públicas; Jorge Ferraresi (Avellaneda), ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, quien pasó de liderar “la cuna de la resistencia kirchnerista” a ser el primero en pedir la reelección de Alberto Fernández y Juan Zabaleta (Hurlingham), titular de Desarrollo Social.

 

El caso Hurlingham requiere un párrafo aparte. Zabaleta es el único de los jefes comunales que al irse dejó en el cargo a alguien que no le responde. El distrito está gobernador por La Cámpora, con Damián Selci, quien, pese a ser interino, limpió el gabinete de zabaletismo y milita el cristinismo duro en la interna de Todos. El 24 de marzo pasado exhibió una foto de cientos de militantes con una bandera que decía “Hulingham con Cristina”. En 2023 se verá quiénes son los dueños de los votos.

 

La lista de intendentes albertistas se completa con Mario Ishii (José C. Paz), Alberto Descalzo (Ituzaingó) y Ariel Sujarchuk (Escobar), a quien el Presidente le dio el control de la Hidrovía. También juega en el albertismo neonato Mariel Fernández, que gobierna Moreno, único distrito en manos del Movimiento Evita.

 

Massismo

El Frente Renovador de Sergio Massa controla diez municipios, pero solo dos están en el conurbano de potencia electoral. Uno es el que comanda Juan Androtti, San Fernando, ubicado en el Primera sección; el otro es Presidente Perón, en la Tercera, con Blanca Cantero.

 

Hay cuatro intendentes que están ubicados en una zona gris, es decir, no responden a ninguna de las estructuras anteriormente mencionadas. Uno de ellos es el intendente de Berazategui, Juan José Mussi. El tradicional barón del conurbano, como él mismo se reconoce, pivotea entre diversas trincheras. En el pico de la crisis del FdT dijo “Berazategui apoya el acuerdo con el FMI”; al mismo, invita asiduamente a la titular del PAMI, la camporista Luana Volnovich oriunda del mismo distrito, a compartir actividades políticas y de gestión. En la misma línea se maneja el histórico intendente de Ezeiza, Alejandro Granados.

 

A ellos se suman dos casos con sus particularidades. El intendente de Tigre, Julio Zamora, quien llegó al cargo de la mano de Massa pero luego se distanció. El otro es el caso del intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray, enfrentado a Kirchner, alejado del gobierno provincial y con alguna mejor sintonía con el gobierno nacional, aunque, por ahora, juega suelto.

 

El vocero presidencial Manuel Adorni.
Marcelo Lewandowski junto a Silvina Frana quien iba a ocupar la vicepresidencia del peronismo de Santa Fe.

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