EL SIGA SIGA DE LAS FINTECH

A casi tres años de su lunes negro, Mercado Pago sigue operando sin control

La división financiera de Galperin dispone de los recursos de sus clientes. El Banco Central y la Comisión Nacional de Valores dejan jugar. El recuerdo de 2019.

Durante los primeros meses del año se conocieron distintos ataques informáticos contra los principales "unicornios" nacionales que pusieron sobre la mesa la seguridad informática de las compañías. A comienzos de marzo, la fintech Ualá, propiedad del mediático Pierpaolo Barbieri, fue objeto de un hackeo que inicialmente buscó mantener en reserva, pero que se hizo público por las quejas en redes sociales. A la hora de utilizar su monedero virtual, un número aproximado de 70 clientes de Ualá encontró su saldo en cero y, además, que se habían realizado transferencias y operaciones sin autorización. Cuando las denuncias escalaron, la empresa se limitó a emitir un comunicado sugiriendo que se trataba de un episodio generado por la "falta de educación financiera" de quienes portaban su app, aunque no negaba que podría haberse tratado de un caso de phishing o robo de datos.

 

Para la misma fecha, Mercado Libre sufrió el robo de información confidencial de personas usuarias de la aplicación y la violación de los códigos de su sistema, que afectó a más de 300.000 clientes. En este caso, la compañía líder de e-commerce aseguró, a través de un comunicado, que no había "evidencia" de que sus sistemas de infraestructura se hubieran visto "comprometidos" o que se hubieran "obtenido contraseñas de usuarios, balances de cuenta, inversiones, información financiera o de tarjetas de pago". No obstante, afirmó lo obvio: que estaban "tomando medidas estrictas para evitar nuevos incidentes".

 

Más allá de los ataques informáticos, Mercado Pago, la división financiera de la empresa de Marcos Galperin, continúa operando bajo una modalidad inédita en el mercado que mantiene en permanente riesgo las inversiones de sus clientes. El mecanismo que utiliza la compañía evita deliberadamente los riesgos a los que se exponen quienes colocan dinero en sus instrumentos. Una muestra de la incertidumbre financiera que atraviesa a quienes confían sus recursos a la empresa tuvo lugar hace casi tres años, luego de las elecciones primarias, cuando el pésimo resultado obtenido por el oficialismo de entonces profundizó la inestabilidad cambiaria y pegó de lleno en los "rendimientos" de la cartera de clientes de la fintech.

 

El 13 de agosto de 2019, casi medio millón de personas usuarias de Mercado Pago amanecieron con la novedad de que sus inversiones tenían "rendimiento negativo" y que los montos disponibles eran menores a los confiados a la firma. “El 12/08 tuviste rendimientos negativos por primera vez. Esperemos que en los próximos días la situación se normalice y sigas aumentando el valor de tu dinero”, se limitó a informar la compañía de Galperin. La comunicación pasó por alto que el funcionamiento de la billetera electrónica no se corresponde con el funcionamiento de un plazo fijo, ni siquiera con el de un fondo común de inversiones, pese a que las promociones dan a entender que sí, frente a una inquietante pasividad de la Comisión Nacional de Valores y del Banco Central, que juegan al siga siga.

 

En rigor, bajo la quimera de acceder a "rendimientos diarios", quienes depositan dinero en la billetera electrónica ponen a disposición de Mercado Pago el total de los recursos sin ningún tipo de reaseguro, como los que sí ofrecen los instrumentos ofrecidos por bancos o financieras convencionales. De esa manera, los recursos quedan sujetos a los vaivenes del humor de los mercados y las coyunturas económicas, dos factores claramente alterados en el país. Este mecanismo de inversión volverá a ponerse a prueba durante las próximas semanas, cuando la evolución del índice de precios y del cumplimiento del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional sellen la suerte económica en el corto plazo.

 

Automeme de Javier Milei. 
Daniel Funes de Rioja y el lobby empresarial

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