Géneros

No volvieron (las) mujeres

El Gobierno que impulsó la IVE retrocede en términos de paridad. Designaciones rima con varones, pese al instructivo de Fernández. El massismo salió del grupo.

 

Los últimos reemplazos, el de Cristina Caamaño por Agustín Rossi al frente de la Agencia Federal de Inteligencia y el de Silvia Traverso por Guillermo Michel en la Aduana son ejemplos de lo que viene ocurriendo desde, por lo menos, la derrota legislativa. Los varones que se fueron de sus cargos fueron reemplazados, claro, por representantes del mismo género: Roberto Feletti por Guillermo Hang en la secretaría de Comercio Interior (en donde Feletti ocupó el lugar de Paula Español) y Matías Kulfas por Daniel Scioli en Desarrollo productivo. Según pudo saber Letra P, hay más de una mujer de segunda y tercera línea con un pie afuera, más por decisión propia que por pedido de alguna autoridad.

 

A la salida de mujeres de las distintas áreas del Gobierno se suma el éxodo de funcionarias massistas del grupo de WhatsApp de Mujeres gobernando, encabezadas por Malena Galmarini. En ese entorno explicaron que esa salida significó una muestra de descontento con la falta de espacios de debate y discusión dentro del Frente de Todos. “En época de grupos de Whatsapp, la manera de dejar claro el descontento es irse de ese chat”, describió una persona del riñón del Frente Renovador y aclaró que la unidad no está en cuestión, sino que la demanda es que sus voces sean escuchadas.

 

Unos pasos para atrás

El gobierno del “Volvemos mujeres” y el fin del patriarcado retrocede sobre sus propios pasos en términos de equidad de género. El mentado instructivo, anunciado primero en una reunión que mantuvo el Presidente con la ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta, después de la asunción de Juan Manzur como jefe de Gabinete y luego relanzado por la portavoz Gabriela Cerruti, nunca estuvo claro. De hecho, al principio se interpretó que debía ser un decreto, algo absurdo porque sería para el cumplimiento del propio Gobierno. Finalmente, se transformó en una recomendación: que los nombramientos fueran de mujeres hasta alcanzar la equidad y que fueran acompañados por un informe sobre la participación por género de esa área del Gabinete. Hoy, la defensa de esas instrucciones parece haber quedado a cargo de la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra, y de Cerruti, dando batalla casi sin armas y con escasa compañía.

 

“A partir de ahora, aquellas reparticiones públicas que nombren a sus autoridades, lo deben hacer aplicando el criterio de equidad de género y deben enviar un informe pormenorizado sobre la participación por género de la cartera. Un gobierno para todas y todos”, tuiteó Cerruti. “Para este gobierno, que trabaja con el compromiso de construir una sociedad más igualitaria que promueva la autonomía integral de todas las personas, sin establecer jerarquías, la participación de mujeres en todos los niveles resulta fundamental”, decía el texto de la instrucción presidencial que la portavoz adjuntó a su posteo en Twitter.

 

A cuatro meses de aquel anuncio y según el último Mapa del Estado que publica Jefatura de Gabinete, las mujeres no solo son minoría entre titulares de ministerios. Las secretarías de Estado también están mayoritariamente a cargo de varones: 62%. De acuerdo con un informe de la organización Ecofeminita, “ Aníbal Fernández fue más veces ministro que la cantidad total de ministras mujeres que tuvieron a cargo áreas como Jefatura de Gabinete desde su creación en 1995, o las carteras de Interior, Obras Públicas, Energía, Turismo y Deportes (0), Economía (1) o Trabajo(2). Los diez ministros varones que más veces repitieron cargo ministerial (31) superan a la cantidad de ministras mujeres desde el retorno a la democracia que fueron nombradas al menos una vez (27)”. 

 

Más allá de los números reveladores, luego del anuncio del “instructivo”, algunos ministros y hasta integrantes de la mesa chica del Presidente mostraron descontento con la sugerencia presidencial. “En un área con un 92% de varones, hablan de discriminación porque se recomienda nombrar a alguna mujer”, cuenta una persona que recibió los reclamos.

 

No es un capricho

Para un gobierno que escuchó la demanda de la marea verde e impulsó la legalización del aborto y el cupo laboral travesti-trans -además de las numerosas políticas públicas con perspectiva de género impulsadas por el ministerio que conduce Gómez Alcorta y de otras áreas del Gobierno lideradas, en general, por mujeres- el reclamo cobra fuerza desde adentro y desde afuera.

 

Es que la verdadera discusión no tiene que ver con cantidades. La disputa que plantean las feministas es por la participación en los espacios de decisión. No se trata de una demanda caprichosa, sino de la convicción de que sus voces son necesarias a la hora de definir y poner en práctica políticas públicas para erradicar la desigualdad. Ante las crisis, la respuesta de la dirigencia política suele ser volver a lo conocido. En este caso, lo masculino. Quizá es tiempo de hacer lugar para una manera más novedosa de ejercer el poder: la feminista.

 

Martín Menem y Karina Milei.
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