SEGUNDO TIEMPO

Boleta única: la sesión opositora que aflojará la bronca federal con Urtubey

Por mostrarse con el camporismo, el salteño cosechó desazón e inquina entre los comensales del asado que organizó hace dos meses. La salida transitoria.

La demostración de fuerza que organizó Juntos por el Cambio (JxC), hace un mes en la Cámara de Diputados, para forzar el debate de la boleta única de papel concluirá este miércoles con una sesión especial que concretará el objetivo que buscaba: demostrarle al oficialismo que tienen cuórum propio para condicionarlo. La movida, según pudo reconstruir este portal, también servirá para que los participantes del asado que comieron en la casa del exgobernador Juan Manuel Urtubey, le perdonen temporariamente su acercamiento con el kirchnerismo. 

 

Este domingo se cumplen dos meses de la reunión que organizó el salteño en su residencia de San Isidro. Fue un miércoles por la noche. El convite duró hasta tarde y los comensales se encargaron de sobrevenderlo al día siguiente. Tenían una justificación, porque participaron desde el gobernador jujeño, Gerardo Morales, su par cordobés, Juan Schiaretti y los diputados Emilio Monzó Rogelio Frigerio; y dos jugadores del bloque lavagnista: el exministro Florencio Randazzo y Graciela Camaño. El radical Morales, que preside el Comité Nacional del partido no estuvo sólo. Llegó acompañado por el exgobernador chaqueño Ángel Rozas. También participó el intendente de Rosario, Pablo Javkin. Monzó es parte del bloque "Encuentro Federal", que tiene cuatro votos y está dentro de JxC, mientras que Randazzo y Camaño forman parte del bloque Identidad Bonaerense, que integra el interbloque "Federal", liderado por Alejandro Topo Rodríguez. Cuentan con ocho escaños y junto al monzoísmo reunen 12.

 

Prolijo, Urtubey sirvió la mesa. Compartieron lecturas políticas sobre la coyuntura, delinearon escenarios y buscaron un diagnóstico común sobre la etapa que atraviesa el país en el promedio del mandato de Alberto Fernández. A la hora del postre quedó el sello de Monzó en la inevitable agenda parlamentaria que podían forzar. Las fuentes consultadas en esos días le restaron importancia a los proyectos que subrayaron sobre la mesa: boleta única de papel y la iniciativa para convertir planes sociales en empleo. Hablaron de casi todo pero, según contaron a este portal distintos comensales, Urtubey nunca les mencionó que estaba dispuesto a protagonizar un reencuentro simbólico con el kirchnerismo en un acto público. Sin embargo, el exgobernador no eludió que había almorzado con el ministro del Interior, Eduardo De Pedro, a mediados de marzo. 

 

La foto con la primera plana del kirchnerismo se concretó cincuenta días después de aquél asado bien regado. El 21 de mayo fue la principal novedad del encuentro que organizó la senadora y titular del PJ de Mendoza, Anabel Fernández Sagasti, junto con De Pedro, en la capital provincial. Urtubey fue duro con el Gobierno. También dijo: “Si me siento a comer asado con los radicales y con los del PRO, ¿cómo no voy a aceptar una invitación del peronismo?”. Dicen que repitió algunos conceptos que le habían escuchado en San Isidro, pero los comensales del asado pasaron del entusiasmo que paladearon durante el postre a la bronca y la desazón. 

 

Schiaretti mandó a sus diputados a quejarse en privado sobre la foto con el camporismo en Mendoza. A Monzó, ahora empeñado en "construir mayorías" desde las sombras, el gesto de Urtubey no le cayó bien. "Volver a un encuentro del PJ de la mando de Wado es increíble. Es difícil de entender la estrategia para alguien tan distanciado con el kirchnerismo", opinaron en ese espacio, sin ocultar el afecto que tienen por el salteño. Reconocen que hay más sorpresa que enojo. Todos los consultados esperaban que Urtubey los alertara de su viaje a Mendoza en honor a la conversación que habían mantenido en su casa bonaerense. 

 

En el lavagnsimo hay silencio y críticas, pero también la eterna comprensión de Camaño. Desde entonces hay dudas entre los protagonistas de la cena. Se preguntan si Urtubey quiere volver a gobernar la provincia, pero en una entrevista reciente respaldó la reelección del gobernador Gustavo Sáenz. Estuvo por Córdoba y también elogió a Schiaretti sin tomar el guante de las broncas privadas. La desconfianza no aflojó y, los más benévolos creen que Urtubey está embarcado "en una idea de laboratorio de pelear en la interna del PJ sin fuerza propia, dentro de un enorme error de cálculo". 

 

Lo único que canaliza esas tensiones es la distancia de las elecciones del año que viene. En el corto plazo la estrategia de impulsar el debate de la boleta de papel anticipa la posibilidad de anotarse un poroto. La semana pasada las comisiones de Asuntos Constitucionales, Justicia y Presupuesto y Hacienda concluyeron con un dictamen de mayoría de JxC y el interbloque Federal, que reúne a lavagnistas, cordobesistas y socialistas santafesinos. Reunieron 58 firmas, una por encima de las 57 que rechazaba la iniciativa, con la firma de los integrantes del FdT en las tres comisiones. 

 

Sin demoras presentaron un pedido de sesión especial para el próximo miércoles.  La base de los votos lo pondrán Juntos por el Cambio, con sus 116 escaños, y el interbloque Federal, con ocho. Se sumarán los cuatro integrantes de los dos bloques de ultraderecha, que lideran Javier Milei y José Luis Espert. También podría sumarse el riojano Felipe Álvarez, que comparte bancada con el santacruceño Claudio Vidal, bajo el signo de Ser Energía Renovadora (SER). La lista incluye a Rolando Figueroa del Movimiento Popular Neuquino. Con esos respaldos, la iniciativa podría ser aprobada por 130 o 132 votos, pero las chances que tiene de prosperar en el Senado son escasas. 

 

Si los pronósticos se confirman, será un bálsamo para los malheridos del asado. El miércoles podrían resetar la relación hasta que llegue el momento de las definiciones electorales. Urtubey, susurran en Diputados, podría estar presente como observador de la sesión, desde los palcos para invitados especiales. Quede lo que quede del encuentro en San Isidro, no quiere quedar afuera de un resultado que se adjudicará JxC aunque se cocinó en su casa. 

 

Martín Lousteau con Guadalupe Tagliaferri. 
Gabriela Brower de Koning, al frente del debate sobre la movilidad de las jubilaciones. 

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