CONMOCIÓN NACIONAL

El Congreso, entre el espanto y la vigilia en Recoleta

El intento de asesinato a CFK desató una vorágine política. Incertidumbre por lo que viene, estupor por el ataque y desconfianza con la jueza que tiene el caso.

Fernando Andrés Zabak Montiel, de 35 años y nacionalidad brasileña, apuntó su pistola bersa thunder calibre 32 contra Cristina Fernández de Kirchner y apretó el gatillo a las 21.10 de este jueves. Estaba perdido entre la muchedumbre que se agolpó para acercarle demostraciones de afecto a la vicepresidenta. La bala no salió, aunque el arma estaba en condiciones de disparar. El intento de asesinato fracasó de milagro, porque el agresor no supo usar el arma, pero desató una conmoción nacional sin precedentes que recién comienza. 

 

 

A la 1 de la mañana de este viernes ya se habían concentrado más de 1.500 personas movilizadas por el espanto que provocó el momento traumático. Estaba una parte de los diputados y los senadores del Frente de Todos que todavía no habían salido del estado febril que comenzaron a vivir desde que supieron del atentado. En las primeras horas posteriores hubo un trajín urgente entre el Congreso y Recoleta que reflejó el clima que se respira en el oficialismo. 

 

Cuando se enteró del ataque, la mayoría ya había dejado el Palacio Legislativo luego de una sesión que había durado siete horas. Ante la emergencia, volvieron para reunirse con quienes no se habían ido de sus despachos. El titular de una de las dos bancadas del oficialismo, José Mayans, se encargó de llamar a cada uno de los jefes de la oposición para invitarlos a participar de una conferencia de prensa conjunta. Todos aceptaron y antes de la medianoche posaron para una declaración conjunta de repudio. Cuando los legisladores opositores se fueron del Salón Arturo Illia, sólo quedaron los oficialistas. 

 

Fue el momento elegido para la conferencia de prensa que habían convocado. Se sumaron los diputados y las diputadas que estaban al otro lado de Pasos Perdidos. La rueda fue encabezada por Cecilia Moreau y Mayans. "Es una noche muy dura para todos nosotros, estamos acá para abrazar y solidarizarnos con la vicepresidenta y con toda su familia", dijo la flamante presidenta de la Cámara de Diputados. Anticipó que conformarán una comisión bicameral de investigación del atentado y que realizarán una sesión de repudio en los dos recintos del Congreso. 

 

La idea original apunta a sesionar este sábado. Surgió apenas llegó al Senado la noticia de la suspensión del acto para apoyar a Cristina que había convocado el PJ en Merlo. En su lugar esperan sesionar este sábado, pero la demostración podría concretarse recién el lunes ante la aceleración de una agenda política que cambia a cada momento. La bicameral no sólo es para que el Poder Legislativo indague el crimen fallido, sino porque distintas fuentes del oficialismo no pudieron ocultar su desconfianza apenas supieron que la investigación penal está en manos de la jueza federal Eugenia Capuchetti y del fiscal Carlos Rívolo. La magistrada está en el cargo que ocupó Norberto Oyarbide y su pliego fue enviado al Senado por el entonces presidente Mauricio Macri en noviembre de 2018. La desconfianza, según confiaron a Letra P, no pasa solamente por la decisión del líder del PRO, sino por el vínculo de cercanía que le adjudican a la magistrada con el presidente del bloque macrista en Diputados, Cristian Ritondo, y con el expresidente de Boca Juniors y empresario de juegos de azar Daniel Angelici

 

Las inquinas quedarán, por ahora, en un segundo plano ante la unidad por el espanto, pero la constitución de la bicameral que anunció Moreau buscará aplacar el nivel de desconfianza que admiten en el oficialismo. 

 

Cuando los diputados y los senadores planificaban las sesiones de urgencia para este sábado, la CGT y la CTA fijaron una reunión para este viernes con el objetivo de decidir un paro nacional. En el medio, el presidente Alberto Fernández habló por cadena nacional y decretó un feriado en todo el país para este viernes. El anuncio fue considerado una señal de pacificación por unos pocos legisladores. Otros lo consideraron un desacierto. 

 

Los movimientos de la Casa Rosada desde las 22 no pasaron inadvertidos en el Congreso. Los legisladores estaban al tanto de la reunión de urgencia que encabezaba Fernández y sabían que la cadena nacional era inminente. El ritmo febril no ocultó la amargura y la preocupación que podía apreciarse en los rostros de todos los presentes,  especialmente, en los pocos que habían hablado con Cristina y sabían que la vicepresidenta estaba reunida solamente con sus secretarios. "Está asustada porque recién le está cayendo la ficha de lo que pasó", le contó a este medio uno de los integrantes del conglomerado oficialista que salió raudamente para Recoleta apenas concluyó la conferencia de prensa que habían convocado. 

 

Frente al departamento de la vice se congregaron la senadora Anabel Fernández Sagasti, Inés Pilatti Vergara y sus pares Mariano Recalde y Martín Doñate. Por la Cámara baja llegaron Moreau, Paula Penacca, Daniel Gollán, Carolina Yutrovic, Agustina Propato, Victoria Tolosa Paz y Mario Pedrini, entre otras figuras. También estaba el gobernador bonaerense, Axel Kicillof; la ministra de Gobierno bonaerense, Cristina Álvarez Rodríguez, y el presidente de la Cámara de Diputados provincial, Federico Otermin. Nadie podía salir del estupor. Perderse entre la militancia que se había juntado en la calle le permitió a la dirigencia alejarse por un momento del miedo. Cualquiera de los presentes podía acercarse a la zona del crimen, delimitada por la policía con cintas naranjas, para darse cuenta de la gravedad de lo que había sucedido. 

 

Marcelo Lewandowski junto a Silvina Frana quien iba a ocupar la vicepresidencia del peronismo de Santa Fe.
Diego Valenzuela y Patricia Bullrich.

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