LA GUERRA POR LOS RECURSOS

Juicio político: el arduo trámite del FdT y la clave de un dictamen larga vida

El oficialismo busca destrabar votos provinciales para sumar voluntades. Matices entre Rosatti y Lorenzetti, una llave posible. Los dos pedidos de Fernández.

Será sin prisa, pero sin pausa, advierten en el bloque del Frente de Todos en Diputados para dar el primer pantallazo de la batalla que tienen por delante. Desde que el presidente Alberto Fernández anunció que presentaría un pedido de juicio político contra la Corte Suprema, el conglomerado oficialista transita la previa del trámite que se viene en la comisión de Juicio Político, donde cuenta con las firmas suficientes para dictaminar. En el recinto sucede todo lo contrario: no tiene los números para el cuórum y mucho menos para los dos tercios de los presentes, pero apuesta al impacto que tendrá el desarrollo del proceso. 

 

La vía que tramitará el pedido será la Comisión de Juicio Político que preside la entrerriana Carolina Gaillard, amiga del Presidente y albertista leal. Tendrá en sus manos la conducción de una instancia que tiene reglamento propio y puede generar un dictamen que dura tres años. En ese tiempo, podrá llegar al recinto y no perderá estado parlamentario. El oficialismo tiene 16 de 31 integrantes de la comisión y la capacidad para mantener la dinámica del proceso hasta llegar al dictamen. Podría extenderse durante meses y podría empezar antes de fines de enero. Para eso falta el decreto presidencial que convoque a extraordinarias e incluya ese punto en el temario. Luego llegará el momento de reunir a una comisión que no suele funcionar. Tiene a verdaderos pesos pesados entre los 16 nombres del Frente de Todos, los 15 de Juntos por el Cambio y el representante del Interbloque Federal. 

 

Este miércoles el Presidente recibió en la Casa Rosada a Gaillard y al presidente del bloque, Germán Martínez. Les entregó el texto que ingresará la próxima semana en la Cámara baja. Según confiaron fuentes cercanas a la conversación, les dijo que analicen la acusación, que profundicen el análisis, respeten el reglamento a rajatabla y "hagan todo lo que tengan que hacer" para avanzar con el trámite. No será fácil. El interbloque de Juntos por el Cambio se prepara para revivir los predidos de juicio político que habían presentado contra Fernández y la Coalición Cívica, en especial, rechazará todo y no dará cuórum. Se cubren ante la posibilidad de que el oficialismo busque incluir uno impulsado contra el cortesano Ricardo Lorenzetti que lleva la firma, entre otros, de Juan Manuel López, el titular del bloque que fundó Elisa Carrió, otra detractora judicial del extitular de la Corte. 

 

En el oficialismo dan cuenta de movimientos del extitular de la Corte para dejar claro que no es lo mismo que su sucesor, Horacio Rosatti. Dicen que mueve sus influencias con gobernadores que tienen mucho peso dentro del panperonismo, como el santafesino Omar Perotti y el cordobés Juan Schiaretti, dos de los que no apoyan el pedido. Otros sospechan que el entrerriano Gustavo Bordet es parte del mismo juego, luego de despegarse de un apoyo que habían dado por confirmado.

 

Fernández primero habló de Rosatti y después extendió la acusación a los otros tres cortesanos. "Son un cuerpo colegiado y así actuaron en el fallo que favoreció a la Ciudad. Lorenzetti se diferenció en la decisión sobre el Consejo de la Magistratura, pero han actuado en forma coordinada", opinó una fuente del oficialismo ante las consultas de una eventual diferenciación para apuntar a los dos cortesanos. "Pero si queda demostrado que Silvio Robles fue el que escribió el fallo que favoreció a (el alcalde porteño Horacio) Rodríguez Larreta, entonces la responsabilidad entre Rosatti y Lorenzetti sería distinta", calculó la fuente parlamentaria que integra el organismo que preside Gaillard. 

 

Esa perspectiva anticipa que el oficialismo se prepara para hacer un amplio uso del reglamento interno de la comisión de Juicio Político. Llegar al dictamen significará dejar plantado una posibilidad de continuar con la acusación en el recinto cuando alguna fuerza reúna los votos necesarios dentro de los próximos tres años. Albertistas y cristinistas anticipan puntillosidad para evitar impugnaciones y garantizan que "todos serán escuchados".

 

En el bloque del FdT los que forman parte de la Comisión consideran que la filtración es producto de una pelea abierta entre el alcalde porteño Horacio Rodríguez Larreta y la titular del PRO, Patricia Bullrich. La licencia de D'Alessandro sería el último capítulo de una contienda que empeoró cuando el diputado Gerardo Milman, mano derecha de la exministra, quedó sospechado de una serie irregularidades. Una de ellas fue a partir de la denuncia del fiscal Augusto Troncoso, uno de los que aparece en los presuntos chats con el ministro porteño en uso de licencia por dos meses, casi el mismo tiempo que le pronostican al rodaje de la instancia acusadora en Diputados.   

 

En el oficialismo creen que podrían surgir nuevos coletazos que impacten directo en el trabajo de la comisión. Por ahora, los números son sombríos por fuera de los contornos de la instancia de Juicio Político. La aspereza de lo que se avecina sirvió para cerrar filas. Se espera que todas las tribus internas sean orgánicas para llegar al dictamen y llevarlo al recinto.

 

El interbloque de JxC vascula entre rechazar todo, hacer uso de la palabra para contrarrestar las acusaciones y vaciar las reuniones para dejar al oficialismo en soledad. A eso se suma el interbloque Federal, cuyo representante, Alejandro Topo Rodríguez, ya anticipó su rechazo. Posiblemente  sus siete colegas harán lo mismo cuando llegue la hora de medir las adhesiones en el recinto. Las cuatro voluntades del interbloque Provincias Unidas aportarían cuatro respaldos, pero no se sabe la posición que tendrían los cuatro escaños del bloque del FIT. 

 

Con ese territorio minado por delante, la única urgencia del FdT es consolidar la ofensiva argumental que llevará adelante un trámite parlamentario que tendrá una alta exposición pública. La decisión de contarle las costillas a los cortesanos está tomada y el mayor interrogante es cómo reaccionará cada uno de ellos. También si una eventual diferenciación entre Rosatti y Lorenzetti suma respaldos de algunos gobernadores que no pusieron el gancho. Otro apuntado es el sanjuanino Sergio Uñac. Cada jefe provincial podría sumar algunos porotos para llegar al cuórum, pero en Diputados la relación entre el mandatario y quienes se sientan en las bancas de su provincia no es tan lineal como en el Senado. 

 

Martín Lousteau con Guadalupe Tagliaferri. 
Gabriela Brower de Koning, al frente del debate sobre la movilidad de las jubilaciones. 

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