FEMINISMO

8M: varones, tenemos que hablar

La sobreeducación feminista que no alcanza y la civilidad de los hombres que no llega. Del "callate, varón" a la "epidemia de soledad masculina".

El 8M, Día de la Mujer Trabajadora, es un recordatorio de una violencia que se registra todos los días: en lo que va de 2025, ya hubo 56 femicidios en Argentina, es decir, una mujer asesinada por un hombre cada 24 horas, según la asociación civil La Casa del Encuentro.

El peligro no está en la calle, sino en los hogares: el 60% de los femicidas son pareja o expareja de la víctima, reiteró la coordinadora de capacitaciones de esa asociación, Daniela Morínigo, este viernes en radio Urbana Play.

Detrás de esa cifra, hay un problema estructural: hombres educados para expresar sus emociones sólo a través de la ira, incapaces de conectar de forma profunda y de mantener vínculos con otras personas. Crecieron sin recursos para gestionar sus frustraciones, no buscaron construirlos y las mujeres que los rodean pagan el costo.

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Un año más, los datos recolectados por los observatorios feministas evidencian que la violencia que se da en el ámbito “privado” de una relación de pareja tiene su origen en el espacio público que la avala y la fomenta.

Por ejemplo, aun con información y estadísticas que advierten cómo todos los días una mujer es asesinada por un hombre machista, el Gobierno insiste en que la violencia de género no tiene ninguna particularidad. Aunque no es el único, según ONU Mujeres, en 2024 “casi una cuarta parte de los gobiernos de todo el mundo informaron de un retroceso en los derechos de las mujeres”.

Retroceso en la era de Javier Milei

“Ninguna vida vale más que otra”, había argumentado el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, al anunciar la intención de la gestión de Javier Milei de eliminar el agravante por femicidio del Código Penal. No creemos que nuestras vidas valgan más; luchamos para que entiendan que nuestras vidas son eso, nuestras.

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8M: nosotras hicimos todo bien, la “epidemia de soledad masculina” es toda de ustedes

Tras la victoria de La Libertad Avanza en 2023, enseguida se apuntó al movimiento feminista y se le exigió autocrítica. No al área económica del gobierno de Alberto Fernández ni a las facciones del Frente de Todos, sino al “progresismo”. Ese enfoque es reduccionista y erróneo. El crecimiento de la derecha consiste en una combinación de factores más complejos: crisis económica, descontento con la política tradicional y el éxito de los discursos que capitalizan el hartazgo social. Culpar al progresismo es injusto.

El problema no es que el feminismo no haya hecho lo suficiente, sino que es escaso el compromiso de los hombres con la curiosidad y las ganas necesarias para cambiar las dinámicas de sus relaciones con sus pares y con las mujeres.

A raíz del “callate, varón”, que tuvo su auge en 2018, se responsabilizó a las feministas de ese desinterés y se empezó a hablar de una "epidemia de soledad masculina", de cómo los jóvenes se vieron empujados a votar por el gobierno libertario por impotencia. ¿Es, acaso, algo más que un berrinche? ¿Es la consecuencia de haber perdido la impunidad de hacer y decir sin consideración o la incapacidad de asumir una nueva forma de estar en el mundo sin imponerse sobre las demás? Si el feminismo avanzó sin pedir permiso, cuesta arriba y bastante solo, ¿por qué debería frenar para convencerlos de sumarse?

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En la actualidad identificamos que ser madres, maestras y ocupar roles de cuidado en general es un trabajo no remunerado económica ni emocionalmente que agota. Ser “aliado” del movimiento feminista también implica entenderlo y formarse por cuenta propia como cada una lo supo hacer: leyendo y escuchando lo que miles de mujeres ya escribieron y dijeron sobre la violencia de género. No hace falta reinventar la rueda.

Así que, varones, tenemos que hablar: su civilidad es su responsabilidad. Tienen todo a mano para relacionarse con mujeres como pares, para ensayar dinámicas de relación que no tengan la desigualdad de poder como base, para garantizar que la equidad siga avanzando y correrse de la fantasía de “proveedores” que les asigna el machismo. Sin embargo, son los primeros en dejarse solos.

Nota escrita por Maira Haunau, Selena Martínez, Candela Rossi y Clara Morán.

ni una menos: en argentina, mujeres y disidencias reclamaron contra los femicidios y la violencia de genero
El presidente, Javier Milei.

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