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Axel Kicillof, en su hora crítica: endeudamiento, megaajuste o default

Tras prorrogar el Presupuesto 2024, se enfrenta al desafío de gestión más difícil desde su llegada a la gobernación. Abril, fecha clave para soñar con 2027.

Desde su llegada al gobierno, Axel Kicillof se enfrenta por primera vez a un escenario de default. Si la Legislatura bonaerense no le aprueba en febrero la autorización de endeudamiento por u$s 1.100 millones, dos meses después, en abril, la provincia podría entrar en cesación de pagos con acreedores externos, un horizonte que obligará a un megaajuste de las partidas con posible impacto en la política salarial.

Tanto oficialismo como oposición comparten las mismas pocas expectativas de encontrar una pronta salida a una negociación que condiciona toda la gestión de Kicillof para 2025. Si bien las charlas giran sobre los pedidos de fondos de los intendentes y la toma de deuda del Ejecutivo, en calle 6 sospechan que detrás hay una motivación política opositora para ahogar las finanzas de Buenos Aires en un año electoral.

El mensaje que bajó Kicillof a las pocas horas de que la Legislatura dejara caer los proyectos fue en un único sentido: Buenos Aires está en emergencia financiera y su gestión queda condicionada por la falta de herramientas de financiamiento y el recorte de los fondos nacionales. Y avisó que habrá dificultades para afrontar el primer vencimiento de deuda del año, de u$s 350 millones en el mes de abril.

Sin autorización de la Legislatura bonaerense

Kicillof ya prorrogó el Presupuesto y la Ley Impositiva para poder readecuar partidas en ministerios y darle a ARBA las herramientas para la política fiscal. Pero el problema central lo tiene en el capítulo de la deuda. Sin autorización para salir a los mercados, Buenos Aires enfrenta un panorama crítico por el calendario de vencimientos y la necesidad de financiamiento para atenuar el impacto de la motosierra de Javier Milei sobre las provincias.

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Por eso, Kicillof había incluido en el proyecto de Presupuesto 2025 un pedido para tomar nueva deuda y un programa de Letras del Tesoro por otros u$s 670 millones para afrontar cancelaciones y renegociaciones financieras de préstamos tomados, en su mayor parte, durante la gestión de María Eugenia Vidal y para financiar obras y programas sociales.

Escenario de default

La oposición, que asegura que el monto total de lo que debe cancelar el gobernador supera los u$s 2.000 millones, se niega a darle los votos para que Kicillof consiga ese nuevo endeudamiento, que requiere una mayoría especial en las cámaras. En La Libertad Avanza muestran los números del año pasado, cuando la provincia pidió tomar endeudamiento por u$s 1.800 millones, pero sólo colocó deuda por unos 400 millones de dólares.

Desde los bloques de la oposición matizan la declaración de emergencia de la gobernación. "Los números de la deuda no son graves. Buenos Aires tiene dos vencimientos en abril y octubre por u$s 350 millones de dólares. Es parte del operativo 'Lástima' que quiere dar Kicillof", chicanean.

Lo cierto es que si no se reencauza la negociación con la oposición en la Legislatura, el exministro de Economía enfrenta un escenario de default inédito en su gestión. Desde su desembarco en La Plata, renegoció la deuda y cumplió con todos los vencimientos con el rollover autorizado por la Legislatura.

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Para Buenos Aires, la cesación de pagos se asoma en el horizonte como una posibilidad cierta si en el período de sesiones extraordinarias de febrero no se arriba a un acuerdo en una negociación compleja no solo por los pedidos de la oposición sino por los ruidos derivados de la propia interna peronista.

El otro escenario futuro que vislumbra el kicillofismo es el de un reajuste profundo de partidas presupuestarias que impacte no solo en programas y obra pública, sino en la política salarial. ¿Podrá Buenos Aires, por ejemplo, afrontar la negociación paritaria docente en el inicio del ciclo lectivo 2025 sin esos recursos?

Para Kicillof, que siempre puso como prioridad de su gestión la paz social con los sindicatos, el dilema puede llevarlo a un camino nunca antes transitado de ajuste del gasto, justo en año electoral que puede ser un trampolín para el 2027.

Axel Kicillof, gobernador de Buenos Aires.
Axel Kicillof

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