Qué la diferencia del sistema que usa Córdoba y aprobó la cámara baja en 2022. ¿La fragmentación es un riesgo o la foto del sistema político en implosión?
La boleta única utilizada en la última elección de Mendoza, con opción de lista completa.
La Cámara de Diputados discutirá si da sanción definitiva a la normativa que implementa la boleta única de papel que, según la aprobación del Senado, toma como modelo al sistema vigente en Mendoza desde las elecciones del año pasado, pero le quita la opción de lista completa.
Hay sectores que insisten con implementar el modelo que habilita la opción de poder votar todas las categorías con un solo tilde, una versión de lista sábana de la boleta única, pero la intención de La Libertad Avanza es acelerar los tiempos para que la reforma entre vigencia a partir de la contienda de medio término de 2025.
Como ya contó Letra P, los argumentos del oficialismo a favor del nuevo sistema encuentran su base en la transparencia y austeridad, pero también en la posibilidad de restar peso a los aparatos territoriales que, acusan, son la base de la estrategia electoral de los partidos tradicionales, especialmente del peronismo.
En ese marco se presagia que, si el plan funciona, el resultado podría llevar a un escenario de mayor fragmentación. Aunque los especialistas coinciden en ese punto, la experiencia previa encuentra que las razones de esa dispersión se relaciona más con la escenificación de las discusiones políticas que con el sistema en sí.
La ley que instauró la boleta única en territorio cuyano se aprobó a mediados de 2022 y se utilizó por primera vez en las PASO del año pasado. El oficialismo se impuso con comodidad en esa instancia y en las generales, logrando sostener su supremacía en la Legislatura provincial.
La contienda provincial tuvo primer capítulo en junio, pero estuvo antecedida por las primarias en siete departamentos, el domingo 30 de abril. En La Paz, Lavalle, Maipú, Santa Rosa, San Rafael, Tunuyán y San Carlos, fueron todas victorias oficialistas que se repitieron en las generales.
Aquella primera jugada, entonces, dio la razón a la estrategia de los intendentes opositores al oficialismo provincial, Cambia Mendoza, que lograron que sus candidatos sostuvieran el poder en cada una de sus regiones. Fueron seis triunfos peronistas y uno del sector que responde a Omar de Marchi.
En las elecciones provinciales, el oficialismo logró retener el poder con la vuelta de Alfredo Cornejo a la gobernación y mantuvo su mayoría en las dos cámaras que componen la Legislatura. Lo que si cambió fue la participación, que cayó del 79,07% en 2019 al 68,33% en 2023. El fenómeno no estuvo alejado de una tendencia que se venía repitiendo a lo largo del país.
La elección estuvo marcada por dos factores que terminaron explicando el nuevo mapa político en la provincia: la caída del peronismo, producto de la crisis nacional, y la falta de acuerdos internos en territorio cuyano, con la ruptura de Cambia Mendoza que se escenificó con la candidatura de De Marchi en la boleta de La Unión Mendocina.
Cornejo y De Marchi resultaron los dos candidatos más votados, experimentando el del PRO un crecimiento que parece explicarse a partir de la migración de votos opositores que abandonaron al peronismo.
Con De Marchi adentro, Rodolfo Suárez había ganado en 2019 con casi 555 mil votos. Cornejo apenas superó los 368 mil, pero su otrora aliado se arrimó a los 277 mil. La caída del peronismo resultó notoria: de los 389 mil votos que había cosechado Anabel Fernández Sagasti en 2019, pasó a poco más de 137 mil obtenidos por Omar Parisi en 2023.
Con esos resultados, los cambios en la Legislatura se explicaron a partir de la irrupción del demarchismo, que ingresó al escenario legislativo con ocho bancas en el Senado y diez en Diputados. Elección contra elección, en 2019 sólo ingresaron a la Legislatura representantes del oficialismo y de la pata provincial del Frente de Todos. En 2023, a esas dos ofertas electorales se sumaron La Unión Mendocina y el Partido Verde, que desplazó al FIT en el mapa legislativo provincial.
Con el peronismo en baja, el oficialismo incluso tiene más bancas que cuatro años atrás. Dos en Diputados y una en el Senado.
Las únicas diferencias entre la boleta única mendocina y la cordobesa es el orden de las filas y las columnas y el detalle principal en la opción para votar la lista completa: en Mendoza tiene el logo del partido, mientas que en Córdoba se agrega la imagen del principal candidato, lo que ha sido criticado en reiteradas oportunidades por los sectores opositores.
El diseño mendocino es, además, más amplio, lo que permitiría una mejor visualización de tramos y candidatos.
Ese punto aparece como crucial en la discusión del Congreso. La versión original de la cámara baja había llegado al Senado con el modelo cordobés como base, pero fue modificada a instancia de los partidos provinciales de Río Negro y Misiones, que pidieron eliminar la opción de la lista completa y volvieron a mandar al proyecto para que la última palabra quede en responsabilidad de Diputados.