Menos fiscalización, fragmentación, primarias caóticas y un desdoblamiento en Buenos Aires son algunas de las consecuencias. El misterio de la lista completa.
La Boleta Única que funcionará.
La Cámara de Diputados sancionó el proyecto para implementar el sistema de boleta única papel y cambiar por primera vez en más de un siglo la forma de elegir cargos nacionales. La ley llegó tras 17 años de iniciativas cajoneadas y un expediente que comenzó a debatirse en 2022.
La boleta única siempre fue resistida por el gobierno de turno, pero el gran obstáculo fue el Senado, que en 2016 no quiso tratar el proyecto que promovía su versión electrónica -impulsado por Mauricio Macri- y en 2022 cajoneó la de papel, aun sin mayoría del PJ.
El debate se retomó en enero y no lograba avanzar por la resistencia de los partidos provinciales, que ganan peso en el Congreso mientras aumenta la fragmentación. Condicionaron la sanción a eliminar la opción de votar lista completa.
Fue necesario eliminar esa opción y aplicar el sistema mendocino, con las categorías en las franjas horizontales y las agrupaciones políticas en las verticales.
El sistema se aplicará desde las próximas elecciones y trae cinco consecuencias en el escenario político. Algunas de ellas podrían derivar en futuras leyes correctivas que empezarán a discutirse pronto.
En esencia, el reclamo por la boleta única se debe a que permite mayor transparencia en los comicios, porque elimina para siempre la posibilidad de que una fuerza política no pueda ser votada por falta de presencia en el cuarto oscuro. El robo de boletas es una denuncia recurrente de los partidos con menos estructura territorial.
En las provincias que hay boleta única -Córdoba, Santa Fe y Mendoza-, los fiscales no requieren igual atención durante la jornada, pero sí deben poner el ojo fino al momento escrutinio, donde una simple marca extra en el papel puede impugnar un voto.
En los comicios legislativos se sabrá qué tanto más se sienten protegidas las fuerzas chicas con este sistema. O sea, si las denuncias por impugnaciones son mayores que las habituales por el robo de boletas.
El principal argumento de los miembros de Unión por la Patria que rechazaron la boleta única es la promoción que implica a un voto cruzado entre las categorías, lo que deriva en una fragmentación de las fuerzas políticas en el Congreso.
Ese riesgo, de todos modos, tampoco está exento con el sistema actual, porque la ciudadanía cambia sus preferencias cada dos años. La diferencia es que, con la boleta única y sin el casillero de lista completa, la gente deberá observar en detalle cada categoría a elegir, una invitación a mixturar los recintos con varias fuerzas políticas.
Por caso, en Santa Fe, donde el sistema de boleta única tiene una papeleta y urna por cada categoría, figuras famosas encabezan las listas legislativas para traccionar
En la boleta única de papel que se usará en la comicios nacionales las dos caras de las cabezas de lista estarán visibles, como en el sistema actual, pero al no existir la opción de votar lista completa serán claves para atraer el voto. En las provincias grandes, además, las figuras que lideren las nóminas tendrán una responsabilidad extra porque sólo podrán publicarse los primeros cinco nombres de la lista.
En su contacto con la oposición dialoguista, hace dos meses, el jefe de Gabinete Guillermo Francos sostuvo que no era posible implementar la boleta única papel durante las elecciones primarias.
Fue una presión extra para eliminar esos comicios y aún así no logró ablandar al PRO y la UCR, decididos a sostenerlo. El jefe de Gabinete finalmente aceptó que coexistan la boleta única y las primarias, pero adelantó las fechas.
Se votarán precandidatos una semana antes (el primer domingo de agosto) y la campaña empezará a comienzos de junio. Los años electorales, desde mayo, sólo se hablará de candidatos.
Para que la BUP sea aplicable en cargos nacionales de la provincia de Buenos Aires se incorporó el modelo mendocino, con las categorías en las franjas horizontales y las agrupaciones políticas en las verticales.
El diseño apaisado permitiría que entren todas las opciones, aunque el elector deberá mirar con atención para poner las cruces en el lugar correcto.
La provincia de Buenos Aires es la más sacudida por el nuevo sistema electoral, porque ser la única que, por ley, tiene comicios simultáneos con la Nación.
La cultura electoral bonaerense es tomar las boletas desde las puntas, dónde figuran aspirantes a la presidencia o la intendencia. Esa práctica no existirá más, al margen de la decisión que tome el gobernador Axel Kicillof y la Legislatura sobre el modelo de votación local.
“La elección bonaerense y la nacional se desdoblan de hecho”, era la definición de referentes de LLA. De continuar con la simultaneidad, sería necesario el sistema concurrente (dos boletas, dos urnas), que en la Ciudad de Buenos Aires funcionó mal.
En la oposición no peronista creen que la autonomía de la elección bonaerense fortalecería a intendentes y hasta fomentará a líderes de las ocho secciones electorales. Y consideran que perjudica por igual a Javier Milei y a Cristina Fernández de Kirchner, quienes no podrán usar sus figuras para arrastrar votos al resto de las categorías. No entienden cómo el Presidente no la vio.
Fue el gran debate este año, cuando estaban los votos para implementar la boleta única, pero los partidos provinciales lo condicionaron a la eliminación, expresa, de la opción de votar lista completa. De esta manera, dejarían de sufrir la ausencia de candidatos presidenciales en las elecciones ejecutivas, que les impide competir en igualdad de condiciones para las categorías legislativas.
La mayor parte del Congreso no está de acuerdo con esta restricción. Se oponen una gran parte de la UCR, el PRO, Encuentro Federal y Unión por la Patria, pero entre todas estas fuerzas no pudieron coordinar para cambiar el texto en la sesión.
Lo intentarán con un proyecto de ley en los próximos meses. Hay quienes quieren iniciar el debate rápido para sumar el casillero de lista completa en las próximas elecciones.
Otro sector prefiere esperar hasta las presidenciales y piden poner la lupa en las ocho provincias que el año próximo eligen representantes para el Senado y Diputados.
Dirigentes de la UCR de Mendoza explican que el 80% de los votantes usó la opción de lista completa el año pasado. Hay argumentos jurídicos para incorporar esa opción en otra ley: es un derecho que los ciudadanos pierden con esta modalidad de boleta única. Tal vez un juez lo advierta.