El proyecto que aprobó el Senado no contempla el voto al total de aspirantes de una misma fuerza con sólo una tilde. Qué dicen los especialistas.
Edgardo Kueider, senador de Unidad Federal, durante el debate de Boleta Única.
La Cámara de Diputados resolverá si acepta o rechaza los cambios que introdujo el Senado en el proyecto que propone la implementación sobre la boleta única de papel (BUP) y tendrá que definir sobre un tema clave: si vuelve a introducir en la papeleta un casillero que admite el voto por lista completa o lo elimina definitivamente.
Los integrantes de la cámara alta analizan los pros y contras del modelo. El casillero que permite votar por boleta completa había sido introducido a mediados de 2022, en sintonía con el modelo que regía en Córdoba y que había sido recientemente aprobado en Mendoza. Aunque las boletas de las dos provincias difieren en la disposición y el diseño, coinciden en habilitar al elector para que pueda votar a todos los candidatos de una misma fuerza con una sola tilde.
Esa posibilidad fue anulada durante el debate en el Senado, por pedido explícito de la senadora Mónica Silva, de Juntos Somos Río Negro, cuyo voto resultó imprescindible para la aprobación. La rionegrina planteó que ese modelo atentaba contra los intereses de partidos provinciales, que se presentan con lo que se conoce hasta ahora como “boleta corta” y no tienen arrastre en la categoría presidencial. Dijo que generaba desigualdad en la competencia electoral.
¿A quién le conviene que exista el casillero de lista completa? “El legislador tiene que definir qué quiere priorizar, ¿la gobernabilidad o la voluntad del elector?”, plantea Pablo Secchi, director ejecutivo de Poder Ciudadano. La definición todavía está en el aire en el Congreso y la línea que bajó el gobierno de Javier Milei fue, cuanto menos, sinuosa. Aunque avaló en un primer momento el botón lista completa, cedió sin problemas en ese punto cuando vio que no tenía los votos en el Senado para la aprobación, tal vez a la espera de una marcha atrás en Diputados.
La opción lista completa es uno de los puntos sobre los que conversó el lunes pasado el asesor del Correo Argentino y extitular de la DINE Alejandro Tullio con los diputados dialoguistas Emilio Monzó y Florencio Randazzo, a quienes se cruzó en la cena de Poder Ciudadano. La BUP fue uno de los temas estrella de la noche.
Como publicó Letra P, los bloques dialoguistas, el PRO, los radicales y un sector de Encuentro Federal tendrían decidido insistir con la versión original, que incluye ese casillero. Para Tullio, la inclusión de ese casillero puede generar algunas confusiones en el votante, que tiene que elegir entre dos opciones: tildar solo lista completa o hacer una cruz por categoría. En caso de superposición, el voto de considera nulo.
A eso se suma otro problema. Los números de la primera implementación de la boleta única en Córdoba, en 2011, indican que el casillero para la categoría gobernador tuvo un 2,46% de voto blanco, mientras que en la última categoría tuvo 20,64%. Eso se debió a la confusión que generó que el casillero "boleta completa" incluyera una foto del candidato a gobernador en lugar del logo del partido.
La situación es diferente en Mendoza, donde el casillero destinado a la boleta completa tiene solo el símbolo partidario. Según explica la senadora mendocina Mariana Juri, en la provincia el voto en blanco se mantuvo en los mismos niveles que antes una vez que se implementó la boleta única.
Según el politólogo Juan Manuel Abal Medina, estudioso de los sistemas electorales, la opción “ayuda a los partidos políticos” y contribuye a afianzar la gobernabilidad, ya que disuade al elector de la posibilidad de hacer votos cruzados en casilleros de diferentes signos políticos. Sin embargo, el exjefe de Gabinete cristinista cita como contraejemplo lo que sucede en Francia, donde se vota con boleta partidaria, como en Argentina y, sin embargo, el sistema político está “hiperfragmentado”.
En el mismo sentido opina Adrián Pérez, exsecretario de Asuntos Políticos durante el gobierno de Mauricio Macri. “En términos de gobernanza es mejor la lista completa. En Argentina la gente está muy acostumbrada a votar de esa forma”, dice Pérez, integrante de la Red de Acción Política (RAP), una de las organizaciones que trabaja desde hace años por la implementación de la boleta única.
"Incluir el botón lista completa representa una transición menos abrupta para el electorado, un cambio menos radical para los votantes, que están acostumbrados a votar así", coincide Carolina Tchintian, de CIPPEC.
Por el contrario, la supresión del casillero de lista completa obligará a los partidos políticos a buscar nombres relevantes que encabecen cada categoría o bien a fortalecer tanto el sello partidario que los candidatos resulten secundarios. Según Tullio, eso sucedió en México, donde Morena ganó en todas las categorías con boleta única y urnas separadas. “El partido tiene que adaptar su campaña a la conducta que quiere generar en el ciudadano”, dice.
Abal Medina advierte sobre los riesgos: "Sin la lista completa se fomenta la personalización. Y en cada categoría hay que poner a un famoso para conseguir los votos”. Con la boleta única, cualquier candidato taquillero tendrá las mismas posibilidades de sumar votos que los respaldados por partidos tradicionales. Fue una de las advertencias que se llevaron este martes los legisladores que participaron del evento que organizó CIPPEC para hablar sobre la BUP. Entre los asistentes estuvieron los diputados Mónica Fein, Esteban Paulón, Silvia Lospennato y Juan Brugge, y los senadores Edgardo Kueider y Maximiliano Abad. Los integrantes de la cámara baja preguntaron insistentemente sobre el tema, que deberán definir en los próximos días.
Con la política preocupada por las consecuencias y la gobernanza, el diseñador especialista en visualización de datos Andrés Snitcofsky, que participó de las audiencias en Diputados, dice que “lo que hay que solucionar son los problemas del votante”. “La gobernabilidad no se soluciona con la boleta. En 2023, la gente votó con la boleta tradicional y, sin embargo, dividió al Congreso en tres tercios. La gente sabe votar”.