El presidente Javier Milei puso en marcha este miércoles, horas después de la jura del nuevo canciller Gerardo Werthein, la prometida purga del cuerpo diplomático, el que dejará de ser uno de Estado y pasará a estar cooptado por el gobierno de ultraderecha.
A través de una resolución firmada por el secretario de Coordinación y Planificación Exterior de la Cancillería, Ernesto Alberto Gaspari, se ordena "la apertura de información sumaria" sobre todos los diplomáticos que hayan dejado asentadas sus firmas en los textos consultivos vinculados a la última votación contra el embargo de Estados Unidos a Cuba en la Asamblea General de las Naciones Unidas.
La purga de Javier Milei
El trámite tiene como punto de destino la generación de sumarios administrativos que justifiquen sanciones contra los involucrados en una cadena de opiniones que terminaron en un voto que el gobierno paleolibertario considera contrario a su programa y a las "ideas de la libertad".
Se busca por ese camino sancionar a los funcionarios que emitieron informes profesionales y apegados al acervo diplomático del país, de modo de amedrentarlos, sancionarlos y, en un caso extremo, removerlos de la carrera.
Si algo falló en la comunicación entre la excanciller Diana Mondino y la conducción política de la Casa Rosada, eso no es responsabilidad del personal aludido.
Más claramente: los diplomáticos de carrera asesoran y el poder político define siguiendo esos lineamientos u otros, propios. Todo lo demás son excusas para llevar adelante una persecución e instalar en el servicio exterior una suerte de comisariato político.
Las huellas de la Casa Rosada
Mondino sostiene que sus superiores –y los interventores en La Casa designados por estos– estaban perfectamente al tanto de cuál iba a ser el sentido del voto, por otra parte tradicional y coherente con la necesidad de asegurar respaldos a la causa Malvinas en el Comité de Descolonización de la ONU. Milei, en cambio, tildó a todas esas personas, incluida la exfuncionaria se supone, en la categoría de "traidores a la patria". O a él, lo que vendría a ser lo mismo.
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No es un dato menor que haya indicios de que Cuba podría presidir ese organismo en 2025, cuando la Argentina vuelva a plantear su reclamo para que el Reino Unido se disponga a negociar el conflicto por la soberanía.
De este modo, el Gobierno inicia la prometida purga en el Palacio San Martín, avanzada que sigue a la de la ex-AFIP y que hace temer por un intento oficial de colonización de áreas enteras del Estado.
La república cruje y espera por voces valientes en la dirigencia –¡solían ser tantas!– que así lo denuncien e impidan males mayores.