Con la pelea entre Axel Kicillof y Cristina Fernández de Kirchner como eje central, las tribus del peronismo ya empezaron a perfilar los armados para la pelea por las listas en la Séptima sección electoral de Buenos Aires, una batalla clave para la definición del nuevo mapa político en el Senado bonaerense. Por esa región del centro provincial se pondrán en juego tres bancas.
En medio de la incertidumbre por la continuidad o no de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), la sección menos poblada de las ocho en las que se divide Buenos Aires se prepara para la pulseada por renovar los escaños que ocupan Eduardo Bucca (Unión por la Patria), Alejandro Celillo y Lorena Mandagarán (ambos de la UCR).
La lucha por el Senado
La Séptima agrupa a ocho distritos y, con menos de 280 mil electores, es la sección con menos cantidad de votantes. Olavarría es el municipio más importante, con 100 mil personas habilitadas para votar, y su peso dentro del mapa electoral sigue siendo determinante. Lo sigue Azul (60 mil electores) y otras tres ciudades con aproximadamente 30 mil electores cada una: Bolívar, 25 de Mayo y Saladillo. Estos lugares suelen definir la rosca, relegando en el armado a los distritos más chicos, entre los que están Roque Pérez, Tapalqué y General Alvear.
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En 2021, el reparto resultó en dos escaños para el radicalismo y uno para el peronismo. Fue una verdadera anomalía: en cuatro de los últimos cinco comicios para elegir senadurías una misma fuerza se quedó con las tres butacas en juego.
Es que el piso elevado de votos que se necesita para conseguir una banca (el 33,3%) hace que pocas fuerzas logren superarlo cada cuatro años. En 2021, por caso, el peronismo lo superó por apenas 500 votos y consiguió así la banca para Bucca.
Este año, la atomización en el tablero político tanto en el peronismo como en el radicalismo, el PRO y los libertarios hace prever un escenario en donde a todos los espacios les será difícil llegar al piso. Y el que lo haga podría quedarse con las tres senadurías.
La proyección del peronismo
Es la proyección que entusiasma al peronismo. Incluso en medio de una interna sin cuartel y cada vez más picante entre el axelismo, el kirchnerismo y el massismo. Las tribus de Unión por la Patria saben que con un acuerdo de unidad en torno a la lista seccional pueden dar el batacazo y quedarse con las tres bancas en juego, gracias a la atomización en el radicalismo (que está dividido en dos sectores), el PRO y la tropa libertaria.
Es el argumento que esgrimen los macristas que más empujan un acuerdo con el mileísmo, como los diputados Cristian Ritondo y Diego Santilli y el intendente Guillermo Montenegro.
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Por las características de la elección, nadie apuesta a que, si se mantienen las PASO, haya una interna en la boleta seccional del peronismo. “Sería regalarle la elección a Javier Milei”, dice un operador con mucha experiencia en la región. La apuesta es por un acuerdo entre camporistas, axelistas y massistas que hoy parece muy dificultoso, pero que sus protagonistas entienden que debería llegar más tarde o más temprano.
Reparto de intendencias
En la Séptima, el peronismo se reparte la mayoría de las intendencias, con participación de todos los sectores. La Cámpora tiene las dos de más peso electoral, Olavarría (Maximiliano Wesner) y Azul (Nelson Sombra).
En tanto, Gustavo Cocconi, alcalde de Tapalqué, juega en el armado de Kicillof, donde también se anota Juan Carlos Gasparini, exintendente de Roque Pérez. El Frente Renovador controla dos intendencias, la de Roque Pérez, con Maximiliano Sciani, y Bolívar, de la mano de Marcos Pisano.
Entre esos sectores deberán negociar por la integración de una lista unificada de senadores.
Bucca, que aspira a quedarse otros cuatro años, movió primero. En medio de la pacificación con fórceps de la interna del peronismo, visitó a CFK en el Instituto Patria y se sacó una foto que acompañó con un texto de respaldo a la expresidenta. Pero su incorporación en la lista dependerá del resultado de esa pulseada. La Cámpora tiene nombres con trayectoria como César Valicenti y el acercamiento de Bucca al kirchnerismo podría relegar las aspiraciones de la agrupación de Máximo Kirchner.
La ausencia de apellidos de peso es un déficit del peronismo, especialmente con la elección desdoblada y el primer tramo de la boleta es el de los senadores provinciales. En ese marco, las acciones de Bucca podrían subir.
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El acuerdo no se replicará en la mayoría de los distritos para las elecciones a concejales. Ahí sí habrá competencia si se mantienen las PASO, porque los acuerdos son prácticamente imposibles.
Las cuentas de la UCR
En espejo, en el campamento del radicalismo esperan definiciones a nivel nacional para avanzar en la rosca seccional. La interna entre el sector de Abad y el que responde a Martín Lousteau puede dejar a la fuerza compitiendo atomizada. El mismo escenario vale para el PRO, donde todavía esperan ver si se concreta la alianza con La Libertad Avanza, o si competirá cada uno por separado.
El radicalismo de Abad es el que más pone en juego, ya que controla dos de las tres bancas que se renuevan: la de Celillo y la de Mandagarán.