Capitanich no pudo arriar a los sectores críticos hacia el sello del PJ. Hay diez días para negociar candidaturas y que alguna de las alianzas se baje.
Gustavo Martínez y Coqui Capitanich, sumaron otro capítulo a su larga historia de desencuentros en el peronismo de Chaco.
La embestida final de Jorge Capitanich para arriar hacia el PJ de Chaco a todos los sectores en que quedó dividido no pudo contra la fragmentada realidad del peronismo. Al cerrar el plazo para la presentación de alianzas formales, el justicialismo se dividió en tres.
Pero la unidad puede entrar por la ventana, ya que integrantes de los tres sectores en pugna guardan bajo la manga la opción de negociar candidaturas y que uno o dos de esos frentes terminen bajándose para que a la hora de los votos las estructuras trabajen para la alianza que mejor parada quede.
Capitanich, en su regreso, armó con el sello el PJ el frente Chaco merece más, un nombre cargado de historia en el justicialismo local. El exgobernador se quedó con el sello partidario y la lapicera cuando pateó para adelante la elección de autoridades.
Chaco merece más, además del PJ, reúne al Frente Grande, el Partido del Trabajo y del Pueblo; el Partido de la Cultura, la Educación y el Trabajo; Partido Proyecto Popular; Partido de la Victoria; Causa Reparadora; Libres del Sur; Nuevo Encuentro por la Democracia y la Equidad; Unidos por Chaco y Kolina.
El exgobernador Domingo Peppo y el exintendente de la capital, Gustavo Martínez, armaron el frente Corriente de Expresión Renovada (CER), con el aval de los partidos Martin Fierro, Unir y Más Chaco y la adhesión de los partidos Socialista, Integración y Todos Unidos, junto al Movimiento Norte Grande y el frente político Ahora Peronismo. Ese espacio coqueteó con Capitanich hasta último momento. Pero sintieron cierto destrato de “Coqui” y decidieron no fumar todavía la pipa de la paz.
El tercer espacio justicialista es el que armaron las intendencias anticoquistas: Primero Chaco. Avisaron para no traicionar, porque incluso dentro de la conducción del PJ se opusieron a la prórroga del ejercicio de las actuales autoridades. Las referencias centrales del espacio son el intendente de Machagai, Juan Manuel García, y la jefa comunal de Barranqueras, Magda Ayala.
En los pasillos compañeros señalan de modo sugestivo que el gobierno provincial del radical Leandro Zdero movió recursos para que algunas intendencias de signo peronista se alejaran todo lo posible de la movida de Capitanich. El oficialismo se juega mucho este año en Chaco.
También presentó un frente Juan José Bergia, un radical "peruca": dirigente de la UCR pero histórico aliado de Peppo, de quien fue ministro, ahora hizo ese movimiento de independencia.
Las elecciones legislativas que en Chaco renovarán 16 de las 32 bancas son el 11 de mayo y hay tiempo hasta el 22 de marzo para el cierre de las listas: esos diez días son la ventana por la que el peronismo quiere colar una unidad, aunque más no sea forzada y de último momento, que le permita competir contra la alianza oficialista.
Las especulaciones están a la orden del día. En 2023 el justicialismo dio una muestra de hasta qué punto puede desintegrarse. Con esa experiencia a la vista, hay dirigentes que dicen que habrá esfuerzos hasta el último minuto para lograr que las tres alianzas se junten bajo un mismo paraguas. Otros aspiran a que al menos dos de esas coaliciones compartan boleta.