LA CRISIS ETERNA 

Con el modelo 2001, la Iglesia propone una mesa de concertación nacional y la política (no se pre)dispone

El papa y los obispos claman por diálogo y consensos. La grieta, afuera. El Círculo Rojo cristiano adhiere. Método Bergoglio. Antecedentes erráticos.

Con un índice de pobreza similar al de 2001 y una desocupación que crece al ritmo de la recesión, las autoridades de la Iglesia vuelven a proponer una mesa de concertación nacional que consideran “necesaria” para salir de una crisis social que ya lleva décadas y se profundizó en el primer semestre de la gestión de Javier Milei.

Pese a que es una prédica habitual del papa Francisco y de los obispos integrantes de la Conferencia Episcopal Argentina, la urgencia de un Pacto de la Moncloa versión argenta se hizo más frecuente en los últimos años como consecuencia del ensanchamiento de la grieta política, consideran los prelados.

También, señalan, a raíz del clima creciente de intolerancia entre el oficialismo y la oposición frente a los grandes debates como las políticas sociales, la asistencia alimentaria, el aumento de las jubilaciones, el financiamiento de las universidades públicas y el rol del Estado.

Fuentes eclesiásticas aclararon a Letra P que, "a diferencia de 2001-2002, la Iglesia no será parte ni se propondrá como mediadora. Es sólo una sugerencia que surge de hacer una lectura de la realidad del país. La clase política deberá hacerse cargo, si lo que busca es el bien común".

El planteo eclesiástico quedó plasmado en dos párrafos del Mensaje Final de la llamada Semana Social, que en dos jornadas reunió en Buenos Aires a dirigentes de diversos sectores y extracciones partidarias para reflexionar a partir de la consigna “La dignidad humana y el desarrollo integral”.

semana social Iglesia
La Iglesia propone una mesa de concertación nacional

La Iglesia propone una mesa de concertación nacional

En ese pronunciamiento, la Comisión Episcopal de Pastoral Social, presidida por el obispo jesuita Jorge Lugones (Lomas de Zamora), convocó a propiciar una instancia de diálogo “entre todos, sin dejar a nadie afuera” y a la que evaluó “indispensable para la construcción de esas políticas a largo plazo, que salgan de la mirada corta en términos electorales”.

El equipo nacional del papa también urgió a buscar consensos sobre “políticas buenas, estables, racionales y equitativas que afiancen la justicia social para que todos tengan tierra, techo, trabajo, un salario justo y los derechos sociales adecuados”.

El Círculo Rojo cristiano adhiere

La primera institución en adherir a la propuesta eclesiástica fue la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE), que encabeza Silvia Bulla.

En un comunicado, el Círculo Rojo cristiano consideró necesario alentar un "proceso constructivo de diálogo y búsqueda de consensos" y planteó que el objetivo común debe ser "impulsar políticas públicas sostenibles".

“Ese debate debe ser promovido en el marco del respeto, la persuasión en base a argumentos que fortalezcan nuestra democracia y el pluralismo necesario para que los consensos alcanzados sean duraderos”, sostuvo el empresariado.

El método Jorge Bergoglio

La propuesta de las autoridades eclesiásticas se sostiene sobre los siete pilares del método para el diálogo político que Jorge Bergoglio concibe poliédrico, en facetas:

  • No es fácil;
  • Necesita una base fundamental que es la identidad;
  • Exige buscar la cultura del encuentro;
  • Es para el bien común;
  • No es negociar para sacar la propia tajada;
  • La unidad es superior al conflicto;
  • La base es que “todos somos hermanos”.

Antecedentes erráticos

En 2001, la caída precipitada de Fernando de la Rúa derivó en la conformación de la Mesa del Diálogo Argentino, destinada, principalmente, a evitar un estallido social. Impulsada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Iglesia católica, hizo una serie de propuestas al entonces presidente, Eduardo Duhalde, entre ellas, el Plan Jefes y Jefas de Hogar Desocupados.

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La Mesa del Diálogo Argentino impulsada por la Iglesia en 2001

La Mesa del Diálogo Argentino impulsada por la Iglesia en 2001

Luego Néstor Kirchner, que acusaba a Bergoglio de ser el líder moral de la oposición, trabó toda instancia de diálogo amplio y plural auspiciada por la Iglesia.

En sus dos mandatos y en particular tras la guerra con el campo por las retenciones impositivas y la 125, Cristina Fernández de Kirchner se manifestó proclive a propiciar esos espacios de búsqueda de consensos pedidos por los referentes episcopales, pero siempre se licuaron en el tiempo.

Mauricio Macri puso el diálogo social en la plataforma de Cambiemos para llegar a la Casa Rosada y, pese a dos intentos sin consistencia, nunca lo concretó.

En 2019, la foto de Alberto Fernández y el líder de Juntos por el Cambio a la par en una misa por la paz social celebrada en Luján, pareció ser un síntoma de voluntad de ambos líderes de cerrar las grietas, pero las intenciones quedaron congeladas en la imagen y encerradas en las crisis sanitaria que provocó la pandemia de coronavirus.

El papa Francisco recibe a Ricardo Quintela.
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