LA PROTESTA

Con nosotros no, Patricia Bullrich: la CGT copó la calle y no hubo protocolo ni represión

La central obrera copó el Congreso para acompañar a los jubilados sin un solo incidente. Mostró poder de fuego en la antesala del tercer paro contra Milei.

Sin las fuerzas federales desplegadas en las calles, sorteando el protocolo antipiquetes de la ministra Patricia Bullrich que estuvo corrida de la organización del dispositivo de seguridad, que quedó a cargo de la Policía de la Ciudad, la marcha de la CGT y los jubilados no tuvo un solo incidente.

Con una plaza colmada de columnas que se extendían por Avenida de Mayo casi hasta la 9 de Julio, el clima de la movilización contrastó con el de otros miércoles, que terminaron con represión por parte de las fuerzas federales al mando de Bullrich, disturbios y heridos.

Un desafío a Patricia Bullrich

Casi sin presencia policial en la plaza y con la Policía Federal limitada a custodiar el vallado que rodea al Congreso, esta vez la marcha se desarrolló en total normalidad. La manifestación se desconcentró con tranquilidad poco después de la lectura de un documento pasadas las 17, sin la aparición de agitadores que los organizadores identificaron como infiltrados en las últimas marchas.

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Para la CGT fue un desafío abierto al protocolo de Bullrich y un triunfo en una pulseada que incluyó en la previa un recurso de amparo concedido por el juez Roberto Gallardo a la central para que las fuerzas federales no custodien la marcha, que luego tuvo un revés en la cámara de apelaciones, y un desafío de la ministra de que iba a actuar de todas maneras.

CGT y jubilados

La confluencia de jubilados autoconvocados con carteles caseros, agrupaciones de la tercera edad y grupos del izquierda con las columnas perfectamente ordenadas y coordinadas de la CGT, fue el dato central de la jornada. “Que lo vengan a ver, que lo vengan a ver, los jubilados le enseñan cómo luchar a la CGT”, cantaba una señora, cacerola en mano, en la esquina de Rivadavia y Callao, a pocos metros del vallado que protegía el Congreso.

En una disposición coordinada y aceitada, los gremios de la CGT ocuparon el sector de la plaza sobre Hipólito Yrigoyen, Entre Ríos y Avenida de Mayo. Del otro lado, sobre Rivadavia, se ubicaron los movimientos sociales como el Polo Obrero, los partidos de izquierda y las dos CTA. Sobre el fondo de la plaza, el peronismo desplegó su acompañamiento, con columnas de La Cámpora, Derecho al Futuro, el espacio de Axel Kicillof, y la Corriente Federal kirchnerista de gremios.

Columnas en la plaza

Héctor Daer (Sanidad), Andrés Rodríguez (UPCN) y Octavio Argüello (Camioneros) fueron algunas de las caras visibles de la dirigencia cegetista en la movilización. Esta vez no hubo palco ni discursos, así que la mayoría de los referentes sindicales se quedó junto a sus columnas y no hubo una foto conjunta.

Además, participaron UDA, con Sergio Romero a la cabeza; el sindicato del vidrio de Cristian Jerónimo y Omar Plaini de Canillitas. Otros gremios como la Unión Obrera Metalúrgica y la UOCRA movilizaron columnas masivas, pero sin la presencia de sus referentes Abel Furlán y Gerardo Martínez. La Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) que encabeza Juan Carlos Schmid (portuarios y guincheros) aportó otra enorme fila donde se juntaron los aeronavegantes, taxistas, pilotos y metrodelegados.

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La CGT copó el Congreso (NA)

La CGT copó el Congreso (NA)

La política quedó en un segundo plano. Cerca del Congreso, un grupo de miembros de la Cámara de Diputados del peronismo y de la izquierda - como Germán Martínez, Cecilia Moreau, Julia Strada y Nicolás del Caño -se mezcló entre los manifestantes.

La movilización sirvió para marcar el clima previo a lo que en la CGT esperan sea el paro más contundente contra Milei este jueves. Aunque con colectivos en la calle, por la decisión de la UTA de Roberto Fernández de no sumarse, la central obrera completará su mensaje al gobierno libertario con una jornada de 24 horas de huelga que espera sea la más contundente que las dos anteriores. La postal masiva de este miércoles les da un halo de esperanza.

Roberto Fernández, secretario general de UTA
Martín Lousteau. 

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