Conformidad en el campamento de Martín Llaryora. Juan Pablo Quinteros, el vencedor impensado. La intervención de Rodrigo de Loredo y Luis Juez.
Luis Juez y Juan Pablo Quinteros, de la amistad al enfrentamiento político.
Gentileza La VozLa política de Córdoba saca costos y beneficios de una semana de centralidad nacional totalmente indeseada, porque nadie en su sano juicio puede celebrar o capitalizar la devastación forestal y el impacto socioeconómico de los incendios. También inesperada, porque las llamas en las sierras y campos son un fenómeno, lamentablemente, que ocurre cada año, hace más de dos décadas. Esta vez, la situación no pasó inadvertida.
A diferencia de sus antecesores, la nueva camada del Partido Cordobés que lidera Martín Llaryora es hija de su época y tiene presente la agenda verde que, se sabe, Javier Milei desprecia y deja como parte soslayable de la agenda de gestión pública. Sin embargo, ése es un valor diferencial con los padres fundadores del cordobesismo que podría tener un rédito a futuro.
En lo inmediato, las llamas no sólo jaqueaban las sierras, exponían los resabios de los desaciertos de las gestiones pasadas y la crudeza del desastre era transmitida las 24 horas por la televisión nacional. La oposición cordobesa lograba otro eje para sostener el efecto arrastre por los problemas de inseguridad y la corrupción en la cúpula de la Policía. La política nacional aprovechaba el trending topic para imponer sus agendas.
Claramente, Llaryora no puede sentirse como el ganador de la semana, aunque en el Panal eligen mirar el vaso medio lleno. La errática visita de Milei permitió camuflar los reclamos de Juntos por el Cambio por la política cordobesista en el manejo de la crisis y la supuesta autosuficiencia que pretendió, en un primer momento, mostrar el gobierno de Córdoba.
La cooperación institucional es un bien ponderado en el electorado cordobés, poliamoroso en materia de preferencias electorales. Con todo, la política es el reino de los simbolismos.
Es por eso que Llaryora eligió cerrar la semana con dos cosas que Milei no hizo en Córdoba: un saludo empático a los bomberos voluntarios de Capilla del Monte, los mismos que se quedaron en fila esperando la bajada presidencial; y una batería de anuncios de remediación, que ya había adelantado Letra P.
El Presidente no sólo rompió el protocolo de buenos modales, que antepone la empatía frente a quienes arriesgan la vida: también llegó con las manos vacías. Llaryora retrucó con $16.000 millones para obras y remediaciones en las zonas arrasadas.
Ahora, ¿por qué Llaryora se mueve como se mueve? ¿Cuida las formas, pero se desmarca en lo gestual? Este medio ya reveló que hay un empate técnico en las encuestas con Milei en la provincia. El gobernador logró recuperar sus niveles de imagen pública por mérito propio y por la caída sostenida del libertario en Córdoba.
También hay otros datos que miran en el Panal. La aceptación del “modelo Córdoba” asoma como estrategia revelada y probada. Un estudio que encargó el gobierno provincial a la consultora Corinto revela que el 44% de las personas encuestadas en la ciudad de Córdoba entre el 30 de agosto y el 2 de septiembre dice reconocer este modelo cordobés “como algo diferente a los modelos de otras provincias”. Dentro de ese universo, el 68% adhiere entre mucho y algo a esta construcción de gestión y política.
En el mismo estudio asoma un ejercicio hipotético que energiza a la escudería llaryorista cuando le preguntan a la gente si cree que estaría mejor con Luis Juez en la gobernación. El 16% cree que estaría mejor con el senador al frente del gobierno; el 13%, igual de bien; el 22%, igual de mal y el 33%, peor.
Juez es el único dirigente cordobés de renombre que desciende en la capital, según el informe, con un diferencial negativo de ocho puntos. A la baja también asoman Ramón Mestre y Juan Negri.
Mientras las referencias nacionales como Milei, Patricia Bullrich y Victoria Villarruel bajaron en su consideración popular, la dirigencia con tonada se mantiene igual que reportes anteriores: Juan Schiaretti logra un diferencial positivo de 54 puntos; Llaryora, de 29; y Daniel Passerini, de 30.
Rodrigo de Loredo tiene un resultado cero en el diferencial positivo y negativo, después de meses difíciles en el Congreso y una lejanía obligada con la agenda local que buscó revertir con el regreso a la ronda territorial. Sin especular, clavó la espina al tomar el eje de los incendios como su tema central de la semana, mientras Juez, su socio en Juntos por el Cambio, elegía un curioso silencio que terminaría en explosión en el recinto cuando La LIbertad Avanza no apoyó la emergencia por los incendios.
Sentido de la oportunidad del radical, sí, pero también de conciencia. El momento de plantear el debate es ahora. Como pasa cada año, la noticia y la discusión política sobre el tema muere apenas se apaga el último foco.
En los campamentos deloredistas celebran que el gobierno provincial tuvo que mostrar públicamente que para los incendios no basta la autonomía. También, la buena acogida en las reuniones que encabezó en Bell Ville y Marcos Juárez, donde el jefe del bloque radical en Diputados no verificó las hostilidades de las redes, sino al contrario.
A contrapelo de lo que podría pensarse, el que sube en el ranking es el ministro de Seguridad, Juan Pablo Quinteros. El exintegrante del Frente Cívico, también de Encuentro Vecinal Córdoba y actual miembro del Partido Cordobés tuvo semanas negras con los incendios y la corrupción policial, sin embargo, creció su imagen con respecto al mes anterior cerrando con un 31% de imagen positiva; un 22%, de negativa y un nivel de desconocimiento del 34%. La diferencia queda con nueve puntos en verde, según el estudio de Corinto.
Los esfuerzos opositores en limar al transfuguista habrían sido en vano. Una pregunta que quedó picando después del fuerte descargo a sus pares de La Libertad Avanza por no apoyar la emergencia por los incendios es si esto significa un quiebre en la relación con Milei: ¿se acabó la luna de miel entre Juez y el Presidente?
"Mientras el Presidente era entrevistado por Susana Giménez, Ezequiel Atauche recibió un llamado de la Casa Rosada. Dijo después que no apoyaban porque no estaban los fondos previstos, siendo que minutos antes se había aprobado el registro de datos genéticos sin respaldo presupuestario", soplaba una alta fuente del Senado a Letra P.
"Juez tomó del jarabe que lo hizo fuerte en política, la traición", remataban la semana negra del senador, que no depondrá su deseo de gobernar la provincia.
En el gobierno llaryorista echan sal en la herida. Quinteros, el otrora opositor, suma puntos porque le reconocen capacidad de trabajo, conducción política en la Policía de Córdoba y una leve mejora en todos los indicadores de inseguridad.
En los próximos días, se publicarán datos del observatorio que mostrarán recuperación -siempre pequeña- en los índices de homicidios, hurtos, robos, entre otros. Los volúmenes de delito no permiten descorchar en el Panal, pero, como al principio, eligen mirar la mitad del vaso lleno.
La política de Córdoba se ha vuelto puro gesto, o bien, puro humo.