Peronismo en llamas

Cruje Unión por la Patria en el Congreso: grupos rebeldes exigen gestos de CFK para no romper

Bronca de una decena de díscolos en el Senado y del doble en Diputados. Falta organicidad para un éxodo y 2025 será clave. Reclaman un PJ más federal.

Hasta ahora, los bloques Unión por la Patria de ambas cámaras del Congreso se mantuvieron casi sin rupturas, a excepción del trío tucumano que armó rancho aparte en Diputados. Pero las rebeliones internas crecieron en los últimos meses y la unidad de las bancadas para 2025 pende de un hilo. Dependerá de la gestión de Cristina Fernández de Kirchner en el PJ.

Al menos así lo advirtieron a Letra P legisladores que integran los grupos díscolos y que, si bien no cuentan con organicidad, dejaron sus marcas en varias sesiones durante el año y provocaron el nerviosismo de sus jefes: el diputado Germán Martínez y el senador José Mayans.

La división de aguas se expuso cuando Martínez y Mayans respaldaron la candidatura de CFK en el PJ nacional, donde fueron nombrados vicepresidentes. Lograron enfurecer a los pocos legisladores que apoyaron la fallida candidatura partidaria del gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela.

Las internas en las bancadas peronistas ya habían quedado expresadas en debates parlamentarios, cuando las tropas díscolas reclamaron mayor participación en las decisiones y no fueron tenidas en cuenta. La garantía de la unidad para el año que viene está atada a la coyuntura electoral y, sobre todo, a la renovación del peronismo.

“Es simple: los bloques no se rompieron porque estamos esperando ver cómo actúa Cristina en el PJ. Si sigue enfocada en la provincia de Buenos Aires, habrá problemas”, auguró ante Letra P un senador que participa de la preparación de la intifada.

Hay un criterio que une a los rebeldes: apoyan al gobernador Axel Kicillof en su pelea con CFK y especulan con anticipar un operativo clamor para que sea candidato a presidente. Son sólo ideas sueltas.

La pelea de Unión por la Patria en Diputados

En la cámara baja, los rebeldes peronistas dejaron una postal el 30 de abril, durante la sesión que aprobó la ley Bases, cuando 21 de los 99 miembros de UP se unieron para votar a favor de subir los impuestos al tabaco en detrimento de Pablo Otero, dueño de la tabacalera Sarandí. El resto de la bancada se abstuvo.

La gestiones para pulsar el botón rojo las realizó la bonaerense Victoria Tolosa Paz, enemiga declarada de La Cámpora, y logró su objetivo: el artículo fue enviado al Senado y finalmente se convirtió en ley.

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Anabel Fernández Sagasti y José Mayans.

Anabel Fernández Sagasti y José Mayans.

La lista de aliados que consiguió Tolosa incluyó a sanjuaninos, mendocinos, chaqueños y chubutenses. Sumó a figuras que fueron cercanas a Alberto Fernández, como Santiago Cafiero, Martín Soria y Carolina Gaillard. También al tucumano Carlos Cisneros, quien por ahora se desmarca de su gobernador Osvaldo Jaldo, aliado de Milei.

“De esa nómina, sólo no está entre los rebeldes Carlos Castagnetto. El resto ya veníamos hablando para diferenciarnos y ese fue el momento”, dijo una Letra P una diputada de UP que esa tarde invernal se desmarcó de las autoridades de su bloque y siguió haciéndolo el resto del año.

Una queja que une a esta veintena de peronistas es el enfrentamiento al kirchnerismo en sus provincias, representado por La Cámpora. No hay planes de acercarse al Gobierno, pero sí de rescatar a figuras cercanas a los gobernadores que se pintan de violeta, como Jaldo y Raúl Jalil, de Catamarca, con cuatro miembros en UP que se aliaron a la Casa Rosada en algunas votaciones.

Además, hay reproches por falta de discusión interna para tomar posturas, el reparto de lugares en comisiones y quejas por la “doble vara" en temas que se discuten en la Nación y las provincias, como Ficha Limpia y daños ambientales por el extractivismo. Para garantizar inversiones mineros, representantes de UP de ambas cámaras de San Juan, Catamarca y Jujuy votaron a favor del RIGI, tal vez el capítulo de la ley Bases más denostado por CFK. Fue otro de los momentos de tensión.

En octubre, ocho miembros del grupo rebelde de Diputados del peronismo se sumaron a la lista de Quintela en el PJ, que finalmente no pudo presentarse. No lograron hacer una causa común: no hubo reuniones para planear estrategias y se movieron fragmentados, aunque con diálogos permanentes entre sus referentes.

Que se note la bronca

La veintena de rebeldes de UP en Diputados coincide en defender a Kicillof en su pelea con Máximo Kirchner y su madre, al punto que hasta intentaron un acercamiento al gobernador a través de Daniel Gollán, miembro de la bancada, pero sin éxito.

Desde diciembre de 2019, Tolosa Paz buscó agitar la interna a través de un grupo de WhatsApp, bautizado "Federales", pero no pudo evitar la infiltración de miembros de todos los sectores. Hasta llegó a participar de las conversaciones virtuales el jefe de la bancada Martínez.

Habría otro chat reciente, que recién tomará dinámica en 2025, pero sus protagonistas prefieren no dar precisiones para evitar que vuelva a convertirse en una plaza pública del peronismo.

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En las últimas sesiones de Diputados, los rebeldes dejaron su marca con algunos gestos, como entrar tarde a las sesiones o apagar los teléfonos los días previos. Fue una travesura que obligó a la secretaria parlamentaria del bloque, Paula Penacca, a tener que buscarlos en los pasillos. Les permitió reírse en los chat o en sus despachos y encender luces de alertas para lo que viene.

Las ausencias de los díscolos de UP tuvo una consecuencia: frustró la primera sesión convocada para derogar el DNU 846, que flexibiliza las condiciones para canjear deuda. Ese día, nunca aparecieron por el Congreso Liliana Paponet y Adolfo Bermejo (Mendoza); mientras que apagó los teléfonos hasta esa mañana el jujeño Guillermo Snopek, quien juega de a ratos con este grupo. Otro outsider, que esa vez apareció sólo en el recinto pero faltó a otras sesiones, es el santafesino Roberto Mirabella, cercano al exgobernador Omar Perotti. Suele amenazar con hacer un monobloque.

Tras la sesión frustrada por la deuda, Martínez reunió a su bloque durante cuatro horas y se sacaron chispas, aunque varios de los díscolos prefirieron no ir para no discutir en vano. El último diálogo entre este grupo fue antes de la sesión preparatoria y hubo un sondeo para pelear por alguna autoridad. No daban los números.

La pelea del Senado

En la cámara alta no hubo sesiones ordinarias desde septiembre, pero el bloque UP no evitó una crisis interna: en noviembre, los autodenominados rebeldes descargaron su bronca en los chats porque leyeron en las redes sociales un comunicado que no había sido consultado.

Los ánimos no venían bien porque la interna del PJ tuvo como búnker paralelo el Senado, donde UP funciona como interbloque, con 20 miembros del Frente Nacional y Popular; y 13 de Unidad Ciudadana, con predominio del kirchnerismo duro, referenciados en Juliana Di Tullio y Anabel Fernández Sagasti, con base en La Cámpora.

La agrupación de Máximo Kirchner cuenta hasta suma 11 votos propios en el Senado y agregará el de la entrerriana Stefanía Cora, reemplazo del expulsado Edgardo Kueider. Fernández Sagasti los maneja desde el recinto.

El jefe de los 33 es Mayans, quien, a su vez, fue el artífice de la candidatura de CFK al PJ. El formoseño negoció sumar a lista a legisladores y fue el nexo exclusivo con gobernadores. Tuvo charlas con Kicillof para intentar que se pronunciara a favor de la expresidenta y trató de bajar a Quintela, con buenos modos que le permitieron sostener un diálogo. El senador hasta invitó al riojano a la asunción de CFK en el PJ. Tanta es su habilidad para contener a sus pares, que cada vez que un colega le dice que no es kirchnerista, descoloca con su respuesta: "Yo tampoco: soy peronista", réplica. Muchos olvidan que era un latiguillo de Néstor Kirchner.

Dos pisos más abajo de su despacho de Mayans, en planta baja, el senador riojano Fernando Rejal armó la fallida lista de Quintela, junto a su coterránea María Florencia López, a quien sí se la vio en la asunción de Cristina en la UMET.

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El senador riojano Fernando Rejal habla con el kirchnerista Oscar Parrilli.

El senador riojano Fernando Rejal habla con el kirchnerista Oscar Parrilli.

Quienes visitaron el búnker riojano -un despacho histórico que ocuparon Eduardo y Carlos Menem; y en el que trabaja el exsecretario presidencial Ramón Hernández- cuentan que Quintela estaba convencido de poder ganar, porque contaban con ayuda logística de gobernadores o líderes locales alejados del peronismo, como Jaldo, Jalil; Martín Llaryora (Córdoba) y (el legislador misionero) Carlos Rovira. Ya estaban revisando los padrones, pero la justicia electoral no permitió ese mano a mano.

Las ovejas negras

Los rebeldes del Senado oscilan la decena de miembros y vienen pidiendo pista en el bloque hace meses, con los reclamos de siempre: más participación en las decisiones y perspectiva de renovación en el PJ, con mirada federal y respeto por la lógica de cada distrito.

Además de la dupla riojana, se anotan en esa lista el catamarqueño Guillermo Andrada, el puntano Fernando Salino, el pampeano Daniel Bensusán y el santafesino Marcelo Lewandowski. Se acercan, de a ratos, el sanjuanino Sergio Uñac y el trío santiagueño, que responde al gobernador Gerardo Zamora. También tienen contacto con este grupo los tucumanos Sandra Mendoza y Juan Manzur.

La última prueba de los rebeldes fue en la votación para expulsar a Kueider, como pedía CFK: hicieron una propuesta para suspenderlo, pero no prosperó en la reunión de bloque. No hubo ánimos de romper la bancada por este tema. La discusión sirvió para exponer diferencias.

En el Senado la interna peronista se vive más de cerca y la mira está puesta en la gestión de la exmandataria. Para no exponer las diferencias, exigen visitas frecuentes de Cristina a las provincias para ungir a cada integrante de UP. De lo contrario, el grupo no descarta crear una tercera bancada en el interbloque.

Por carriles paralelos, la disputa en UP se vive por los pliegos de la Corte: al menos una decena ya avisó que votará el de Ariel Lijo. Claudia Ledesma (Santiago del Estero), Uñac y Lucía Corpacci (cercana a CFK) firmaron el dictamen. Avisaron que en el recinto, votan a favor.

Cristina Fernández de Kirchner, con José Mayans y Germán Martínez. 
Fernanda Ávila, diputada por Catamarca de Unión por la Patria

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